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AYER MARAVILLA FUI

O DE LA (IM)PERMANENCIA

 

Miguel Sandoval

 

Paradójicamente, hay cosas que dejan de ser lo que eran, pero que siguen siendo las mismas. Es el caso del Distrito Federal, ahora Ciudad de México, que para sus habitantes, cuando menos en cuestiones cotidianas, permaneció igual pese al cambio de nombre. Ayer maravilla fui de Gabriel Mariño cuenta una conversión parecida en su protagonista, que, aunque permuta de cuerpo, sus aficiones, deseos y nostalgias no se transforman.

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La acción transcurre precisamente en la CDMX, donde nuestro personaje cambia de edad, sexo y complexión sin poder controlarlo, en fechas azarosas y absorbiendo la identidad de otros. En su departamento riega plantas, crea pequeñas esculturas con cerillos, observa fotografías (quizá) de un viejo amor al que, imaginamos, perdió hace mucho: esta es su rutina. Una nueva mujer llama su atención, viven un pequeño romance, a consciencia de que puede volverse un extraño para ella en cualquier momento.

La cinta amplifica el aura melancólica con imágenes en escala de grises, también con la evocación de un sueño en que el protagonista describe una visión profética en la que cambia de cuerpo eternamente. Pequeños placeres arriban a su vida cuando ocupa un cuerpo joven: pelando un huevo duro sin que sus manos tiemblen, masticando cómodamente su comida, disfrutando de la libido que su corporalidad pasada (la de un anciano) desconocía.

Por otro lado, el amor a la ciudad está manifiesto en las caminatas que solitario hace el personaje, permitiéndonos recordar que el ex-Distrito Federal tiene muchas caras (las de los puentes, las de los parques para patinar, las de los paraderos de autobuses), pese a que esencialmente es un solo territorio y pese a que es el mismo para sus habitantes aun cuando estos no hayan transitado todos sus rincones.

La propuesta dramática de Gabriel Mariño podría ubicarse entre el relato fantástico y el de la ciencia ficción, resolviendo con sencillez la dinámica del cambio de cuerpo y sin artificios que la hagan poco verosímil: la transformación sucede de noche, acoplada al panorama de la humedad y la lluvia, entre las sábanas. No sabemos quisquillosamente cómo o por qué ocurre, y es que esto no resulta fundamental, sino lo que nos encamina a la tragedia del protagonista en el último acto.

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Gabriel Mariño

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El director de la producción del 2017 explicó en una entrevista para Clímax (1) que intentó responder con el filme si es posible enamorarse de la esencia de una persona en lugar que de su cuerpo; también se inspiró en una entrevista a Liv Ullman, actriz fundamental para Ingmar Bergman, sobre qué hubiera hecho si le hubiese sido posible convertirse en hombre por un día: ella respondió que el amor.

Respecto al uso del blanco y negro, Mariño declaró que sirve para plantear un balance entre la realidad de la Ciudad de México y la fantasía (lo onírico de su historia), lo cual es cierto, pues deja la sensación de que en algún lugar, entre sus más de ocho millones de habitantes, a alguien le está sucediendo la transformación. Somos animales sociales, las imágenes de Ayer maravilla fui nos llevan a espacios de convivencia voluntaria u obligada y, sin embargo, guardamos secretos que no nos atrevemos a contarle a nadie.

En otro aspecto, el realizador señala que su película también es un homenaje al cine de serie B (remembranza de producciones con recursos limitados, de temáticas no siempre afines al mainstream y con el cuerpo como protagonista de alteraciones). Aunque el terror no es visualmente efectista en esta obra, ni su tono narrativo lo evidencia escandalosamente, hay un miedo existencial a dejar de ser nosotros, a convertirnos en un “fui, fui, fui” sin fin.

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Ayer maravilla fui debutó en el 15º Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM, 2017), donde ganó los premios a Mejor Actriz de Largometraje Mexicano (Sonia Franco) y a Mejor Primer o Segundo Largometraje Mexicano. También cuenta con las actuaciones de Hoze Meléndez, Siouzana Melikian y Rubén Cristiany.

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(1) Hiraid Tepunto Aco: «La intermitencia física del querer»: entrevista a Gabriel Mariño, director de Ayer maravilla fui; Clímax, 2021. AQUÍ.

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La puedes ver en Prime Video.

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Miguel Sandoval

Estudiante de Ciencias de la Comunicación en la UNAM.

28 años, lector y gran fanático del terror.

Escribo sobre cine, microrrelatos y de mis experiencias cotidianas.

¡Larga vida a la Nueva Carne!

@sndvlmiguel

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