EL MONO
terror cómico, sangriento y peludo
Israel Yerena
La comedia y el terror tienen una relación bastante estrecha e íntima, tan así que cuando hay química entre ambos elementos se obtiene un resultado tanto divertido como aterrador y, ¿por qué no?, bastante sangriento. Ejemplo de esto es El mono (The Monkey), lo nuevo del director de Longlegs y del amo de la literatura de horror: Stephen King.
Dos hermanos gemelos encuentran un siniestro juguete en forma de mono. Lo que parece ser una antigüedad, se convierte en un símbolo de desgracia cuando se percaten que, por alguna razón, el muñeco encuentra bastante divertido acabar con la vida de sus seres amados. Ahora, intentar destruirlo sólo traerá consigo una serie de fatídicas tragedias tanto dolorosas como divertidas.
Osgood Perkins hace gala de su maestría para mezclar sangre y risas con esta hilarante cinta basada en el relato que le da título escrito por Stephen King. El director nos entrega una obra que adorarán los devotos de lo siniestro, pero también de las risas, pues el espectador será testigo de una cadena de situaciones perturbadoramente cómicas que no tienen desperdicio alguno.
El mono no busca ser una obra maestra del género, pero sí una obra bastante entretenida y digna que se posiciona entre las mejores adaptaciones que ha tenido la obra de King. No busca ser aterradora como para quitarnos el sueño (y eso está bien), sino lo bastante ingeniosa y graciosa como para hacernos pasar un rato extremadamente agradable mirando el sufrimiento de todos los protagonistas.
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La comedia que maneja es muy bien pensada (aunque, ciertamente, con un par de efectos especiales que le restan un poco de credibilidad). Y es que, a pesar de que nos muestra varias situaciones absurdas, tampoco son ridículas, pues su intención nunca es ser realista, sino, más bien, exagerar todo con tal de buscar nuestras risas; y las consigue bastante bien.
Técnicamente hablando, su estética noventera parece más ochentera o setentera que nada, pero cumple bien con su cometido de crear un estilo retro. Su elenco es fantástico, mostrándonos personajes carismáticos en todo momento.
En cuanto a su narrativa, comienza de una forma emocionante y llena de suspenso, mismo que decae un poco a la mitad y hace que la duración se perciba más larga de lo que realmente es. Afortunadamente, su tercer acto es lo bastante sangriento, divertido y alocado como para presentar situaciones de miedo mientras nos provoca varias y diversas risas hasta su último fotograma.
El mono podrá no ser una obra oscura, retorcida ni polémica, sobre todo si se toma en cuenta que su director es el responsable de Longlegs, pero definitivamente será una de las películas más graciosas y sangrientas del año. Un deleite para todo amante de la comedia y el horror.
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¡Ya en cines!
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AQUÍ puedes leer «El mono».
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Carlos Israel Yerena Cruz
Amante de los temas tabúes, lo retorcido y lo bizarro, desde muy temprana edad —cuando apenas era un pequeño Ghoul— encontró en el género de terror un refugió en el cual depositar y liberar todos aquellos deseos perversos que crecen hasta en la mente más pura.
Sin importar la vertiente, ya sea literaria o cinematográfica, el horror es un género que lo ha sumergido en un mundo que le ha enseñado que, a veces, la belleza más extrema se encuentra en las obras más grotescas.
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