GAME OF THRONES
pasión desmedida
Ana Paula Rumualdo
La filosofía parece ocuparse sólo de la verdad,
pero quizá no diga más que fantasías,
y la literatura parece ocuparse sólo de fantasías,
pero quizá diga la verdad.
Tabucchi, Sostiene Pereira
Las series norteamericanas, plagadas de sitcoms y dramas de hospital en las que raramente muere algún personaje (a menos que se porte mal y haya que sacarlo so pretexto de que tiene ‘otros proyectos’), han encontrado un riquísimo nicho con la adaptación televisiva de Canción de Hielo y Fuego, saga fantástica creada por el muy amado y odiado George R.R. Martin.
Es tal el furor creado por GRRM, que las vidas de sus fans from hell prácticamente giran alrededor de dicha obra para bien o para mal: Elio García, co-fundador de www.westeros.org, fansite oficial donde se encuentra material relacionado con las novelas y la serie de televisión, vive, junto con su esposa (otra fan), de administrar el sitio, y se sabe de atrás para adelante los libros, tanto así que el propio autor le consulta cuando tiene alguna duda. Por otro lado, están los GRRuMblers, movimiento de fans encabronados porque GRRM no se ha “dignado” a terminar las últimas novelas (se la pasa de la vacaciones, dicen) y temen que muera antes de hacerlo. Entre ellos, se encuentra Remy Verhoeve, quien, ante la falta de conclusión de la saga, afirma que preferiría no haber leído nunca los libros, a pesar de que son los mejores que ha leído en su vida.
Las pasiones levantadas por las novelas se han multiplicado con la creación de la serie de HBO: Game of Thrones. Pero, ¿qué es lo que tanto nos gusta de ella?
¿Será el llanto que compartimos cuando vimos caer la cabeza de Ned Stark o el repudio hacía el malcriado y tarado de Jeoffrey Lannister?, ¿será la magia del asombro ante Khaleesi?, ¿será que deja a los Godínez soñar despiertos en un mundo sin oficinas?
Cualquiera que sea la razón, GOT pone en perspectiva la naturaleza humana que, de tan plagada de sangre y traición, sólo permite sobrevivir a los que saben moldear su propia suerte. De paso nos da unas ilustrativas lecciones de ciencia política e insiste, como Sun Tzu, que la preocupación moral hace vulnerable al personaje más poderoso.
Sin lugar a dudas, la obra creada por GRRM se considera literatura fantástica (no vaya a venir un vivillo a decirme que es una obra épica del realismo maravilloso), y el género es utilizado como un vehículo para abordar un gran tema de fondo: la insaciable y feroz lucha por el poder que, en diferentes escalas, es común para los seres humanos.
Ayer se estrenó el primer capítulo de la tercera temporada, así que ya podemos continuar mordiéndonos las uñas, cual señora que mira su telenovela favorita, mientras en Westeros los personajes que ahora pueblan nuestros corazones hacen lo indecible por ocupar el codiciado trono de hierro.
P.S.: Por cierto, si son seguidores de la saga desde que salió a la venta el primer libro, seguramente les gustará este video:
O generarán su propia muerte Westeros style.
U ofrecerán un festín similar a sus amigos o, más aún, crearán su propia bebida típica (como el Violatium).
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ANA PAULA
Abogada confesa. Expía sus culpas a través del cine y la literatura de género