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MAD MAX

FURY ROAD

 

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El fin de semana pasado, varios autómatas nos dimos cita para vivir juntos la experiencia épica de la nueva entrega de Mad Max.

Éstas fueron nuestras primeras impresiones:

marianaMariana Esquivel (Vikinga)

Las mujeres en Mad Max: Fury Road fueron mi parte favorita. «Who killed the world?», nos preguntan, y sin gran necesidad de diálogos, nos dan la respuesta. Tenemos a una líder temeraria, que supera todos los desafíos, sólo para encontrar a su idílico matriarcado deshecho. Por otra parte, las víctimas que detonan toda la persecución, se convierten en cazadoras para mostrar que una realidad distinta es posible. Lo mejor de todo es cómo una genial película de acción puede tener una agenda feminista sin sentirse forzada, ni caer en clichés.

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anapAna Paula

Mad Max no se molesta en sobre explicar. Tiene poco diálogo, pero confía en el lenguaje cinematográfico. Este tipo de aciertos siempre se agradecen en cualquier película. Furiosa y Max me mantuvieron al borde de la butaca durante toda la película, mientras que Nux y Capable mostraron las sorpresas de la interacción con el otro cuando se le quita la etiqueta de objeto. El pacto del espectador con la pantalla queda perfectamente sellado gracias a la congruencia con su propio mundo. No espero ver nada mejor hasta pasado el verano.

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FdLFrancisco de León

Lo MAD MÁXimo

Cada temporada de cine hay, afortunadamente, sorpresas que son gratas, filmes que antes que generar expectación con monstruosas campañas, prefieren la discreción y la confianza en el producto final. Tal es el caso de Mad Max. Y vaya sorpresa la que nos ha dado el veterano director George Miller. Y es que en una época en la que los remake parecen no sólo consumir las taquillas, sino disminuir las posibilidades creativas, Miller opta por traer una aventura nueva dentro de los universos que ya había planteado en sus emblemáticas cintas ochenteras. Mad Max vale de todo a todo: un diseño de producción impactante, grandes actuaciones, efectos físicos mezclados con un nada abusivo uso de CGI y, curiosamente, un gran diseño 3D. La cinta es emocionante, breve. Su poco diálogo es de resaltarse, todos y cada uno de los personajes se dan a conocer por sus acciones, las cuales resaltan más por el trepidante ritmo de la cinta. De verdad la gran sorpresa de este verano. Por mucho.

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urbina2Enrique Urbina

Arrolladora, Mad Max, en un mundo donde todo falta, nos da todo: los colores, la acción (el decir en el hacer), los personajes tan sólidos –comparados con ésos planos y sin chiste que no son más que máscara y marca-, la violencia, la velocidad, lo absurdo (de sí misma, de todo), lo nuevo, lo divertido, las balas, la gasolina, el agua. El guitarrista con el lanzallamas, el guitarrista con el lanzallamas. Mad Max no se mide, no hay por qué; la película viene a explotar y reconstruir todo, es adrenalina pura inyectada al patético y condescendiente cine de acción que nos ha tocado soportar. Mad Max es cine con y que deja firma. Mad Max me voló la cabeza. Quiero verla de nuevo, witness me.

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la foto (1)El Antolo

Mad Max es un viaje turbulento que te mantiene interesado intensamente todo el tiempo y aún después de recorrerlo la adrenalina se queda en tu cuerpo pidiendo más, lo cual te obliga a vivirlo de nuevo. Después de haberla visto por segunda vez, quedaron retumbando unas palabras en mi mente: «Witness me», las cuales hicieron que todo valiera la pena. Instantáneamente se convierte en una de las películas obligadas de este año. Altamente recomendada por los Comicólogos (al menos uno de ellos… O sea, yo… Bueno, ¡sólo véanla!)

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pokPok Manero

Tras poco más de treinta años, Mad Max regresa a la pantalla. Y de qué manera. De la mano de su creador (y director de las tres entregas anteriores), George Miller, esta vez el forajido es interpretado por el camaleónico Tom Hardy, acompañado por Charlize Theron coprotagonizando. Miller nos entrega una historia autocontenida, no necesariamente una secuela ni un remake, sino una historia dentro del mismo universo post-apocalíptico que creó en 1979. Con gran acción y una manufactura impecable, el aspecto visual de la película es impactante y se vuelve su mayor atractivo.

Lo que más me gustó, en lo personal, es el minucioso detalle con el que fue creado el mundo en que se desarrolla la aventura, con ingeniosas modificaciones al lenguaje (como el adjetivo kami-crazy, entre otros) y los mantras que recitan los personajes, mostrándonos lo ajeno de este mundo lejano que a la vez se mantiene ligado a esa locura de la primera película del personaje, que estaba ubicada en un futuro entonces cercano. Sólo puedo esperar que haya más entregas, para explorar más a profundidad esta realidad y a sus habitantes.

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yo-cobraMiguel Lupián

Hablar de Mad Max es recordar esas remotas tardes de la infancia pegado a un televisor Hitachi sintonizado en el canal 5, fantaseando ser como Ash o Max. Treinta años después, movido por la nostalgia, acudí al cine para revivir una aventura más de mi héroe de acción favorito. Pero George Miller, creador de esta trilogía de culto (a quien le había perdido la pista), no se conformó con agasajar a los fans de antaño: renovó a los personajes y sus discursos, para que fueran más cercanos a las nuevas generaciones. Fury Road es un canto al no olvido: a no olvidar nuestra capacidad de asombro, a no olvidar nuestros orígenes, a no abandonar el camino furioso que es la vida.

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Ramón Fernández

Mad Max me dio esperanza: sí es posible que un director reinvente su franquicia y que logre algo aún mejor. Me encantó que el rol de Max en esta película fue ayudar a las verdaderas (y maravillosas) protagonistas, pero que no sobró como personaje. Todo esto en un mundo post apocalíptico que superó mis expectativas tanto en lo visual como en lo conceptual. Y claro, nunca me quejaré de dos grandes y ruidosas horas de acción pura y bien capturada.

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rafaRafael Villegas

Furiosa y Max son los héroes protagonistas de la película. Ambos. Son héroes protagonistas no porque sean fuertes y hábiles (que lo son), sino porque son complejos (y la complejidad, es evidente, no sólo se construye con hartos diálogos). Me parece que aquí está el asunto importante, lo que incomoda a unos y nos alegra a otros. Hay que preguntarnos por qué películas recientes con supuesta agenda feminista no han causado tanta molestia entre los “iron johns” (los del movimiento de los hombres mitopoéticos). Me refiero a películas como Maléfica o la Alicia de Burton, en las que se plantea un feminismo light, cuyo método es la simple inversión de los roles tradicionales de género (de débil a fuerte, de fuerte a débil). Pero en estas películas la inversión de roles no va de la mano con tratamientos complejos de personajes, o, para el caso, del asunto del poder y las consecuencias de la violencia. Esto produce, principalmente, heroínas definidas sólo por su posibilidad de demostrar poder o de ganar al final. Justo como se ha hecho toda la vida con los héroes masculinos más chafas.

La representación de las mujeres (no sólo Furiosa) en Fury Road es transgresora no porque se les represente como valientes, fuertes, físicamente hábiles, inteligentes (supuestos atributos de la masculinidad heroica), sino porque se muestra todo tipo de mujeres, desde las claramente poderosas como Furiosa, hasta otras, como un par de las chicas, que hacen su luchita pero no se caracterizan precisamente por sus habilidades de supervivencia postapocalíptica, por lo menos no de manera directa y física (pienso en el caso de Cheedo la Frágil -así se llama-, que en un momento flaquea y ya se quiere regresar con el machín superior Inmortan Joe, pero más adelante usa un enmascaramiento de debilidad para tener su minuto de heroína, y no me refiero a la feliz sustancia).

Hemos visto o leído todo tipo de hombres en las historias, necesitamos lo mismo en la representación de las mujeres. Todo tipo de mujeres, desde heroicas hasta pusilánimes; todo tipo de mujeres siempre y cuando sean tratadas de manera compleja. Es necesario equilibrar el protagonismo heroico entre mujeres y hombres, de eso falta un montón, pero no creo que esto sea lo más importante. Por lo menos no es lo más propositivo de Fury Road. Finalmente, heroínas “badass” tenemos por lo menos desde la Ripley de Alien, y eso fue en el 79. Max pelea mejor que Furiosa, ella es mejor tiradora. Ambos tienen deudas con el pasado, aunque esto apenas se sugiera. Ambos son personajes complejos, que nos dan un rango específico de ser humanos, es decir, lo que los hace únicos.

Por eso me gusta Fury Road, además de todo el espectáculo visual, incluyendo al guitarrista del infierno, claro.

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