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MANDY

LSD y Panaflex

 

Miriam Gálvez

 

Parece que tengo un nuevo director de culto favorito: Panos Cosmatos, quien desciende de una erudición cinematográfica empoderada de acción entre los setenta y ochenta. Su padre, George A. Cosmatos, realizó trabajos como Cobra y Rambo, entre otras.

Panos Cosmatos

Y como “el alumno supera al maestro”, me faltan adjetivos para plasmar lo que logró al realizar este metraje con una narrativa bárbara. Hermosa y perturbadora estética psicodélica neón con una paleta de colores potentes en Panaflex: ácidos y brillantes con algunas escenas animadas a lo Potterton en Heavy Metal que aparecen a cuadro.

Logra capturar la esencia nata de los ochenta con la tremenda sonorización oscura de sintetizadores nostálgicos de Jóhann Jóhannsson (lamentablemente uno de sus últimos trabajos, pues murió en 2018), evocando el arte icónico de la década y al mismo tiempo emulando a los muy socorridos viajes psicotrópicos (recurso que han explotado hasta el cansancio en filmes actuales, pero que, a diferencia de esos, Mandy sí tiene contenido de trasfondo).

No pueden faltar, por supuesto, más referencias propias de la época como Erick Estrada (Cops), Crystal Lake, Mötley Crüe…

La primera parte transcurre entumecida y entrañable. “Starless” de King Crimson (Red, 1974) es una invocación voluptuosa al script contundente, galáctico, esotérico, fascinante, espiritual y flamboyante en extremo; tan sólo el comienzo a un hilarante slasher con criaturas grotescas, duelos de motosierras, bikers del infierno y cultos siniestros propios del cine de horror o fantástico con tintes de thriller y grindhouse.

 

Un cóctel insolente de especie difícil de clasificar que desarma todo lo que habías visto antes.

Nicolas Cage (Red) logra realizar uno de los papeles más emotivos y memorables en su haber. Una bestia impecable nace después de una despiadada pérdida y junto con Andrea Riseborough (Mandy) logran recrear una de las parejas con la conexión más auténtica en la pantalla grande (sin dejar a un lado al sexy Sailor Ripley (Cage) en la inolvidable dupla que hizo con Lula Pace Fortune (Laura Dern) en Wild at Heart).

Red: ¿Cuál es tu planeta favorito?
Mandy: Jupiter… Sí, sin duda.
Red: Júpiter, ¿por qué?
Mandy: Porque la superficie de la atmósfera es una tormenta salvaje que lleva miles de años y el ojo del huracán es tan grande que podría comerse a la tierra. Sí, por eso es mi planeta favorito.
Red: ¡Qué locura!
Mandy: Mmmm… —suspira— ¿Y el tuyo?
Red: ¡Ahhhh! Saturno, tal vez.
Mandy: Sí, ¡Saturno es genial! Fue uno de los primeros que descubrimos. De los primeros que los humanos descubrieron, así que existen muchos mitos antiguos y geniales.
—Pausa—
Red: Cambié de parecer…
Mandy: ¿Qué?
Red: Prefiero Galactus…
Mandy: Galactus no es un planeta…
Red: No, pero él come planetas…
—Risas—

Un flamante «Tarkovsky Pulp» Cosmatos, quien en Cannes 2018  recibió una ovación de siete minutos en su estreno. ¡Muy merecida!

 

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Miriam Gálvez

SuperHeroína coyoacanense. Pseudo aprendiz sibarita. Bakeadicta. Cazadora de imágenes. Pesadilla, malestar creado por la mente enferma de algún noctámbulo en insomnio desesperado.

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