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PENUMBRIA 61

CÓSMICA

 

 

Cuando la luna sangra y las estrellas engordan,

el Devorador de Planetas anda cerca.

Emiliano González

 

Las auroras boreales captadas en nuestro país la noche del viernes 10 de mayo —aunadas al eclipse total del 8 de abril— nos inspiraron para lanzar una convocatoria que tuviera que ver con fenómenos astronómicos.

De acuerdo con el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), los fenómenos astronómicos son procesos o propiedades a los que están sometidos los objetos del espacio exterior, incluidos estrellas, planetas, cometas y meteoros. Algunos de estos interactúan con la Tierra, ocasionándole situaciones que generan destrucciones tanto en la atmósfera como en la superficie terrestre. Algunos ejemplos: eclipses, lluvias de estrellas, impactos de meteoritos, pasos de cometas, conjunciones de planetas, tormentas solares y magnéticas, lunas de sangre, auroras boreales, solsticios y equinoccios, etc.

La unión de estos dos grandes temas —astronomía y literatura fantástica— nos pareció interesantísima de explorar, pues, como apunta Miguel Santander, “astronomía y literatura son un matrimonio bien avenido. Por un lado, la astronomía ofrece perspectiva, permite alejarse de los árboles y contemplar el bosque en su conjunto. Por el otro, la literatura abona el terreno para la metáfora, para contemplarnos a través de un espejo en el que reflejarnos. Juntas, son capaces de explotar sin parangón el sentido de la maravilla, de resaltar el poder del conocimiento frente a la ignorancia, de reclamar la razón y la hermandad frente a la barbarie… y de hacernos pasar un rato fantástico por el camino”.

Como siempre, la respuesta a la convocatoria superó nuestras expectativas; no sólo por la cantidad de participaciones (que ha sido una gran constante en nuestro proyecto), sino por la variedad de formas en las que se abordó el tema.

Así, en la Tienda de antigüedades del perverso Mefisto encontrarás dioses, eclipses, incineradores; singularidades, ingratitudes y Perseidas; tarántulas, destellos, juegos divinos; mariposas, soles y magia; planetas, paradigmas, turismo; brebajes, idilios y noches que reclaman almas; polvo de estrellas, lunas de sangre, nieve fresca; danzas, advientos y días extraños; la eternidad, genios, ofrendas; sombras, ciclos, supernovas y oficinistas angelicales.

El Tentáculo de obsidiana (reconocimiento al cuento que más nos gustó) se lo llevó “Dioses y eclipses”, de Efraím Blanco, por la forma tan poética y especulativa de crear una cosmogonía.

Sólo me resta invitarte a leer estos relatos cósmicos y pedirte que siempre mantengas la mirada en alto.

Miguel Lupián

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AQUÍ puedes descargarla en formatos EPUB y PDF.

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