TAN LEJOS COMO SELIDOR
LAS HISTORIAS DE TERRAMAR
Irad Ramírez
La magia de las islas de Terramar es invocada a través de la palabra. Sólo los magos y los dragones conocen el verdadero nombre de las cosas, conocimiento fuente de su poder. En cualquier lugar del territorio puede nacer un niño con un don especial que, al llegar a la pubertad, se le asigna su nombre secreto y es enviado a la isla de Roke, donde se encuentra la escuela de magia. Cuando terminan su formación, la mayoría de los magos vagan por las tierras ayudando a quien lo necesite, aunque también hay los que se vuelven sirvientes de algún terrateniente, desdeñando las tareas más mundanas, las cuales se las dejan a las brujas y hechiceros de pueblo, personas con algún don mágico pero que nunca tuvieron una formación en Roke.
Al oriente se encuentran las islas de los Kargos, pueblos bárbaros que luchan entre ellos y se dedican a saquear las islas más próximas. Rinden culto a los Antiguos y aborrecen la magia y sus practicantes.
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Ursula Kroeber Le Guin, autora de la saga Las historias de Terramar, llevó al límite al género de la fantasía y la ciencia ficción, incorporando un elemento antropológico en sus mundos, en particular en el ciclo de Hainish (siendo las novelas La mano izquierda de la oscuridad y Los desposeídos las más relevantes), detallando la cultura, economía, cultura, historia y religión de sus territorios. También habló de identidad de género, diversidad cultural, sexualidad, memoria y otros temas con una naturalidad que pocos autores de su rubro se atrevían.
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Ursula K. Le Guin no escribe personajes, nos muestra humanos pensantes y sensibles. Nació en Portland en 1929, hija de un antropólogo y una escritora exitosa, siempre estuvo rodeada de libros. Tuvo una infancia fuera de lo común: en su casa recibieron a diversas personalidades, académicos, refugiados de la Segunda Guerra Mundial e indígenas, con los que convivió de cerca. Estudió Literatura Renacentista Francesa e Italiana y se casó con el historiador Charles Le Guin, ambos se dedicaron a la docencia y tuvieron tres hijos. Fue una autora prolífica en diversas publicaciones de ciencia ficción, escribió a lo largo de sesenta años más de veinte novelas, cientos de cuentos y ensayos.
Gavilán (o Sparrowhawk), protagonista de la primera entrega Un mago de terramar (1968), es un pastorcito que vive en la isla de Gont. Desde muy chico demostró cierto don mágico y se vuelve aprendiz de la bruja del pueblo, de la que aprende ciertos encantamientos, como el llamar a los animales para que acudan a él, en especial el gavilán, del que obtuvo su apodo. Al principio su maestra tenía intenciones egoístas, pero la personalidad y el talento natural de Gavilán hizo que despertara en ella el cariño y se volvió su protegido.
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En una de las incursiones kargas, Gavilán invoca una niebla para proteger a su pueblo de los bandidos, llamando la atención del mago Ogión, el cual lo toma como pupilo, le da su verdadero nombre y lo inicia en el camino de la magia. La sed de conocimiento de Gavilán lo lleva a Roke, donde destaca entre su generación y entiende que la magia es una transgresión del orden natural y que la misión de los magos es preservar el equilibrio.
El joven Gavilán, consciente de su talento, se vuelve competitivo y soberbio, aprende por las malas las consecuencias del uso irresponsable de la magia y en su camino por reparar sus errores encuentra su fuerza en la amistad, la generosidad y en la dedicación de su arte.
La segunda novela, Las tumbas de Atuan (1971), nos pone en la piel de una sacerdotisa karga llamada Tenar, que habita en un extraño templo dedicado a los Sin Nombre, donde se encuentra un inmenso laberinto en la penumbra, resguardando los tesoros sagrados de su pueblo.
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La pequeña Tenar a los cinco años es secuestrada por los oscuros sacerdotes, la despojan de su nombre y la crían para convertirse en la mayor sacerdotisa y guardiana del laberinto. Vive aislada del mundo exterior, en el templo no pueden entrar los hombres, salvo los eunucos. A los catorce años conoce a Gavilán, al que hace prisionero y despierta su curiosidad. En sus conversaciones, su forma de ver el mundo entra en conflicto y descubre que los hechiceros no son los monstruos que le hicieron creer. Si bien Un mago de Terramar es una historia redonda, donde parece que el héroe cumplió su viaje, en esta segunda parte nos damos cuenta de que Gavilán aún tiene muchas heridas que necesitan sanar.
En La costa más lejana (1972) conocemos a Lebanen, un príncipe que llega a Roke pidiendo ayuda, ya que la magia está desapareciendo en las islas. En ese momento, Gavilán —ahora el Archimago— se encuentra en la cumbre de su poder, pero ansía la libertad de su juventud, por lo que partirá junto al príncipe en un largo viaje hasta la lejana Selidor, buscando la grieta por donde se está escapando la magia del mundo y descubriendo los misterios más allá del muro que divide a la vida y la muerte.
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En Tehanu (1990), originalmente el capítulo final, han pasado un par de décadas desde Las tumbas de Atuan. Ahora Tenar ha enviudado y se hace cargo de una granja, vive una vida pacifica y solitaria hasta que rescata a la pequeña Therru, que fue abandonada y maltratada por sus padres, quedándole terribles cicatrices. También se reencuentra con Gavilán, al que ayudará a recuperarse de los estragos de su última aventura.
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Más de una década después del final de Terramar, Ursula vuelve a visitar su mundo con dos libros, el primero una colección de relatos Cuentos de terramar (2001), donde explora el pasado y otros lugares de las islas, así como el origen de algunos de los conflictos que formarán parte de la última novela, En el otro viento (2001), un epilogo donde los personajes lidiarán con el nuevo mundo que ayudaron a crear.
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La verdadera magia de Terramar es ver cómo todo se transforma a lo largo de la saga. La autora le da mucho peso al poder nombrar las cosas, ya que a través de la palabra nos relacionamos con el otro y el mundo. El nombre secreto de las personas es su bien más preciado, compartido sólo por amor.
Más que una batalla del bien contra el mal, Terramar muestra cómo los considerados débiles se anteponen a lo establecido, la tradición y el poder sin recurrir a la violencia. La fuerza de los personajes está en la compasión, en la comunidad y la generosidad, sin importar las diferencias. El mayor reto de Gavilán no fue luchar contra magos malignos, bárbaros o dragones, sino el encontrarse a sí mismo, con la ayuda de sus amigos.
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Irad Ramírez
Artista visual y Especialista en Promoción de la Lectura, egresado de la Universidad Veracruzana. Se dedica a la divulgación de la literatura fantástica y de horror.
Fundador de Los Antiguos y Abismales, comunidad que se reúne periódicamente desde el 2017 para la lectura, análisis y discusión de cine y literatura de horror.
También colabora en el Reflexionario Mocambo, espacio cultural dedicado a la promoción de la lectura y las artes vivas.
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