THE NEW 52
(II)
Manuel Barroso
DC vs. DC (Artistas y discurso. Balance)
Es sabido que DC ha tenido problemas con algunos de sus artistas y que muchas de sus acciones son, literal, una patada en las bolas (cualquier duda, ahí está Alan Moore). Y si algunos ingenuos pensaron que con The new 52 iba a ser diferente, se equivocaron.
Podemos tomar el caso de Nick Spencer, quien fue despedido malamente como guionista de Supergirl antes de que el primer número viera la luz.
John Rozum, J. T. Krul y George Perez salen al mes de que aparezcan los números que estaban escribiendo. Rob Liefeld abandona la compañía por diferencias con el editor y deja los tres títulos de los que era guionista. La lista de abandonos y errores es realmente grande (aquí hay una cronología exacta desde el 2009 hasta septiembre del 2013: http://guttersandpanels.com/gutters-and-panels/2013/3/23/the-new-52-timeline-of-departures ).
Sin embargo, hay dos que llaman mucho mi atención y que, creo, ejemplifican los errores de The new 52.
El primero es el caso de Gail Simone, guionista de Batgirl. La historia tenía ventas razonables, una sólida base de lectores, era bien recibida por la crítica y era de lo más propositiva entre los 52 títulos que compartían espacio con ella. Y, de repente, a Simone le dicen –por correo electrónico– que estaba despedida. Ajá, a la misma persona que había logrado hacer de Barbara Gordon un personaje independiente del Caballero de la noche. Y si lo estás pensando, Lector, la respuesta es sí: Gail Simeon es la responsable de transformar a Batichica en Oráculo (es decir: creó uno de los mejores personajes de DC). Y, aunque la recontrataron doce días después de despedirla (por la gran presión de los fanáticos), la forma en que le quitaron su puesto (que le quitaran el puesto, demonios) es, al parecer, una constante en este relanzamiento de universos.
El otro caso, que es asqueroso, es una prueba de cómo los hombres que toman las grandes decisiones (porque no es un editor, hay varios (que se pelean entre sí) y también cuenta la gente de mercadotecnia) no tienen ni idea de lo que está sucediendo dentro de sus historias. La prueba de la que hablo es Lobo.
Me explico: este es Lobo:
Y este es el “verdadero” Lobo:
Cuando fue presentado (hace poco), los lectores no supimos si indignarnos o reír. ¿Él puede partirle la madre a Wolverine, pelearle a Superman y es responsable de la extinción de su raza?, ¿ese niño bonito es el antihéroe de DC? No, la verdad no nos la compramos. Lo peor está en que lo van a meter. Con un background tambaleante y sin respetar las dos veces anteriores que han tratado de meter al personaje en el universo de The new 52, así va a ser la aparición del “verdadero” Lobo (hace tiempo se rumoraba que iban a hacer una película de Lobo. Si la hacen, ahora podrán contratar a DiCaprio para hacer al temible cazarrecompensas).
Antes de cerrar aquí, hay algo que quiero comentar. No es un problema, más bien una anotación. Habría que pensar cómo deciden a qué títulos se les pone más atención y cómo se reparten los personajes entre los guionistas. Si bien es cierto que todos querían a los grandes superhéroes, también es cierto que con títulos como Grifter, Static Shock o Blackhawks permitían –por las pocas expectativas que podían tenerse de ellos– una experimentación con las historias enorme.
Experimentación que casi no se aprovechó.
Y en la noche más oscura… la luz
Pero a pesar de todo lo enlistado, de todos los defectos enumerados arriba, esto sigue siendo DC. Y eso también significa que están haciendo cosas grandes.
Aquaman…
…o Animal man pueden ser ejemplos de historias con gran calidad visual y en el guión. Pero hay cuatro títulos que me parecen especialmente destacables.
El primero es Wonder woman. Desde antes del 2011 se empezó una renovación en la historia de la amazona, pero la marca de los 52 ayudó a que dicha remodelación se acelerara. El panteón griego con el que interactúa Diana ha aumentado, la historia es más interesante y visualmente (excepto por el oscurecimiento de los colores en el traje de la Mujer Maravilla) está muy bien trabajado.
Batwoman es uno de los títulos más fuertes de The new 52. Visualmente tal vez no es nada extraordinario, pero la historia es una belleza y Katherine Kane es uno de los personajes más interesantes de la compañía. Ya había tenido una aparición importante antes del 2011, incluyendo su tórrida relación con la policía Renee Montoya (quien después se convirtió en Pregunta), y ahora está teniendo una fuerte pegada con su título en solitario (el cual ya tuvo un encontronazo con los editores cuando éstos prohibieron que hubiera un matrimonio entre Kate y su novia Maggie Sawyer. ¿Resultado de esta prohibición? Los que llevaban el proyecto se bajaron del barco. A ver qué pasa ahora).
¿Recuerdas el casi que escribí arriba cuando hablé de experimentación? Bueno, se debe a The Swamp Thing. Salido literalmente del pantano, esta historia ha logrado buenas ventas y el asombro de los lectores. Su equipo no sólo ha logrado hacer que su personaje se haga de un nombre en el complicado mundo de los superhéroes, sino que también han cruzado otros títulos con el suyo de forma exitosa.
Y el tope es Batman. No es extraño. Estamos hablando del mejor superhéroe de DC después de todo. La noche de los búhos y Death in the family han hecho de este título la luz más fuerte en esta etapa de los 52.
Final issue
The new 52 llegó para quedarse. Al menos en el papel y en las portadas. Es una etapa y una dirección que DC decidió tomar. Es un momento de claroscuros (más oscuros que claros) que tal vez se levante. Y lo digo porque ya ocurrió Blackest night y fue una belleza…
…ya ocurrió Forever evil y los supervillanos tomaron los comics durante un mes en un gran acierto de la compañía.
(Ese mes fue hermoso. Con portadas movibles como éstas:
…y el epílogo de Dial H.)
Y se viene Futures end, que promete ser algo grande.
Y los fans seguiremos leyendo, consumiendo comics, admirando a nuestros héroes y esperando que nuestras historias favoritas no desaparezcan en la vorágine de los 52.
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Manuel Barroso nació, creció y murió antes de enterarse de ello. Por eso reseteó la consola y sigue aquí.
Lee como poseso, escucha rap y jazz de forma adictiva, escribe porque le duelen las historias. Odia las verduras.
Mañana comprará un rifle.