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UN SUEÑO QUE NO ERA DEL TODO UN SUEÑO

Macarena Muñoz Ramos

Había ocurrido al otro lado del mundo. Pero la oscuridad pronto los alcanzó. La ceniza generada por la erupción del Monte Tambora en Indonesia en abril de 1815 cruzó tres continentes a lo largo de un año provocando un cambio climático. Sin embargo, los visitantes de una villa suiza que habrían de generar vida a partir de sus miedos y sus dudas, de sus pasiones y sus odios, apenas y mencionan esto en sus diarios personales. Quizá la muestra más palpable es el poema “Darkness” (1816), escrito por Lord Byron.

Lord Byron

Lord Byron

 

En la primavera de 1816 un poeta libertino y de belleza maldita, acompañado de su médico personal de apenas 21 años y un carruaje lleno de libros, ropajes, un perro, armas y dos sirvientes, abandona Inglaterra para siempre, acusado de varios crímenes, entre ellos, el de incesto por la relación que sostuvo con su media hermana y que dio como fruto una hija, además de sus  affairs con numerosas actrices y varias mujeres de sociedad casadas y uno de los peores de todos: corromper hombres jóvenes.

 

El médico de ascendencia italiana que respondía al nombre de John William Polidori, atractivo y ambicioso, acepta ser el acompañante -realmente el secretario personal- en ese recorrido por el continente a pesar de la negación de su familia. Polidori tenía ambiciones literarias y creyó una bendición (pronto se daría cuenta de que era más bien una maldición) ser elegido por el gran Lord Byron. Además, un editor le ofrece 500 libras por escribir un diario de su viaje. Éste se publica íntegro casi un siglo después, en 1911. Y es el que nos da ciertas ‘claves’ sobre esos días no sólo compartidos con Lord Byron en plenitud con sus 28 años, sino en la legendaria estancia en Villa Diodati.

John William Polidori

John William Polidori

 

En mayo de 1816, el escritor Percy Shelley y su pareja Mary Godwin realizan su segundo viaje al continente. En julio de 1814 habían huído juntos de Inglaterra cuando Percy abandonó a su mujer y a sus dos hijos y Mary enfrentó a su padre, que a pesar de sus ideas liberales, no aceptaba la relación entre ellos. Los acompañó Claire Clairmont, la hermanastra de Mary. El trío viajó por mes y medio a través de Francia, Suiza, Alemania y los Países Bajos. A pesar de los magníficos paisajes que sus diarios personales registraron, fueron semanas desastrosas. No tenía dinero, pues Shelley dependía de un crédito que apelaba a su origen noble. Su padre, Sir Timothy, administrador de la fortuna familiar, estaba decepcionado con la vida que mantenía su hijo y  se negó a fomentarla.  El 4 de agosto de 1814, Shelley anotó en el diario que llevaba Mary Godwin: «Vendí mi reloj, la cadena, etc., lo que me procuró 2 napoleones y 5 francos».

Percy Byshee Shelley

Percy Byshee Shelley

 

De estos dos viajes que Percy Shelley y Mary Godwin -y la infaltable hermanastra Claire- realizan al continente surge el libro Historia de una excursión de seis semanas por una parte de Francia, Suiza, Alemania y Holanda; con cartas descriptivas de una navegación por el lago Ginebra y los glaciares de Chamouni, publicado en 1817. Dividido en tres secciones el texto consiste en un diario, cuatro cartas y el poema de Percy Shelley “Mont Blanc”.  Las cuatro “Cartas de Ginebra” relatan el periodo entre mayo y julio de 1816, en el cual los Shelley visitan el lago de Ginebra y cambian su narrativa de primera persona del singular a plural. Las dos primeras cartas, así como la cuarta, describen la belleza del Mont Blanc, los Alpes, el lago de Ginebra y los glaciares cercanos a Chamonix. La tercera carta describe una excursión a Vevey y a otros lugares relacionados con el filósofo Jean-Jacques Rousseau.

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La anotación en el diario de Polidori correspondiente al 26 de mayo de 1816 revela que Lord Byron y el médico llegaron a Ginebra. Y que dos días después conocieron a Shelley y a Mary, que iban acompañandos de una de las últimas amantes que Byron tuvo antes de abandonar Inglaterra a finales de abril. Nadie se explica cómo es que Claire Clairmont, de 18 años, logró convencer a su hermanastra y a Shelley de viajar a Ginebra, pues en el fondo su intención era encontrarse con Byron y revelarle que estaba embarazada. Se podía respirar la tensión, sin embargo, Shelley y Byron congeniaron y pronto estrecharon lazos. Shelley, Mary y Claire se mudaron del Hotel d’ Angleterrer a un pequeño chalet llamado Montalegre, que se ubicaba a diez minutos caminando de Villa Diodati, donde se instalaron Byron y Polidori.

Mary Shelley

Mary Shelley

 

Contrario a esa idea que se ha perpetuado de que aquellos días estuvieron empapados en orgías y láudano, el diario de Polidori revela que la vida en Ginebra era plácida y burguesa. Que los primeros días el tiempo fue favorable y que  el ‘clan’ navegaba por el lago, leía al aire libre, hacía excursiones por los alrededores y discutía de literatura y filosofía después de cenar. Polidori acostumbraba anotar sólo las iniciales y, aunque Mary todavía no se casaba con Shelley (sería hasta diciembre de ese año, días después del suicidio de Harriet, la primera mujer de Shelley, que contraerían matrimonio), ella se presentaba como Mrs. Shelley, y así lo constata el diario. También hay una anotación ‘curiosa’: el 2 de junio Polidori escribe que llevaron a vacunar a William. Sí, William Shelley, el primer hijo de la pareja que había nacido en enero de 1816 (murió en junio de 1819) y cuya aparición apenas y se menciona en los artículos, ensayos e investigaciones sobre esos días en Villa Diodati. Es más, hay un lío tremendo con  una supuesta hija nacida y muerta en 1815. Pero se confunde con Clara Evelina Shelley, que nació en Venecia en septiembre de 1817 y que  murió prácticamente un año después por disentería.

Claire Clairmont

Claire Clairmont

 

Mary apunta en su diario que se sentía feliz como un ave que estrenaba sus alas, motivada y encantada. Pero pronto el panorama cambia y comienzan los días tormentosos que obligan al clan a refugiarse entre cuatro paredes. La joven de 19 años escribe que el verano se había destruido a golpe de truenos de un tipo que ella nunca había visto. Que todos contemplaban las tormentas desde el otro lado del lago maravillados y asustados. Según una de las anotaciones de Polidori, el 15 de junio se tuerce un tobillo al tratar de saltar una cerca y que al día siguiente los Shelley visitan Villa Diodati, cenan y se quedan a dormir. ¿Es realmente esa noche cuando ocurre el ‘milagro monstruoso’? La respuesta podría quedar en el aire porque Polidori anota en su diario que el 17 de junio se acercan a la ciudad para asistir a un baile invitados por Madame Odier y que a él le presentan a la Condesa Potocka (una de las amantes de Napoleón). Que intentó bailar, pero que el dolor en el tobillo se volvió insoportable. Y termina con esta enigmática frase: «Las historias de fantasmas habían comenzado, pero no para mí».

 

Quizá la noche del 16 de junio es cuando Byron echa mano de la traducción francesa de la recopilación alemana de historias de fantasmas titulada Fantasmagoriana. Quizá desde algunas noches atrás ya había sembrado la expectación entre los Shelley y Polidori o ya había lanzado el reto de escribir sus propias historias motivado por las espantosas tormentas de las que fueron testigos. Se dice que el ambiente se había vuelto propicio no sólo por el clima sino por las tensiones que se vivía bajo el techo de Villa Diodati: Claire no desaprovechaba ningún momento para intentar recobrar su relación con Byron. Shelley estaba estresado por el encierro. Polidori, sujeto a un sillón y a las burlas de Byron y Mary tratando de hallar la forma de despejarse.

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El 18 de junio ocurre el terrible episodio donde Shelley tuvo un colapso nervioso tras escuchar a Byron leyendo el poema “Christabel” de Samuel L. Coleridge. Polidori lo registra en su diario: «A las doce en punto comenzaron a hablar de fantasmas. LB leyó algunos versos de “Christabel” y de pronto se hizo un silencio que fue roto por S, que comenzó a sacudirse y a poner sus manos sobre la cabeza mientras corría fuera de la habitación. Le echamos agua a la cara y cuando vio a Mrs. Shelley la confundió con una mujer que tenía ojos en lugar de pezones, y esto lo horrorizó aún más». Al día siguiente, Polidori anota: «Inicio mi historia de fantasmas…»

 

Byron comenzó un relato sobre dos amigos que realizan un viaje a Grecia y uno hace partícipe al otro de un extraño juramento antes de morir. Pero lo abandonó enseguida y el fragmento quedó perdido entre sus papeles. Cuando tres años después se le adjudicó falsamente la paternidad de El Vampiro, furioso envió ese fragmento a su editor para que lo publicara, pero no hizo caso y se limitó a ponerlo al final del nuevo poema de Byron, “Mazzepa”, sin ninguna aclaración y con el título “Fragmento de un relato”. También es conocido como “El entierro” y con el nombre del protagonista, “August Darvell”.

 

Shelley inició un relato sobre un fantasma hecho de cenizas que iba a estar dedicado a su hijo William. Se ha dicho, erróneamente, que como fruto de sus experiencias durante esa estancia en Ginebra, escribió el relato “Los asesinos”, sin embargo éste ya había sido publicado en 1814 al regreso de su primer viaje por Europa.

 

De Polidori no está tan claro qué es lo que escribió, pues se cuenta con varias ‘pistas’ cuyo origen parece que son el reto impuesto por Byron: Por un lado está la anécdota que Mary menciona en el prólogo de Frankenstein sobre «una mujer con cabeza de calavera que fue condenada a esa condición en castigo por haber mirado por una cerradura». Por otro, y según el mismo Polidori declaró en el prólogo de su novela Ernestus Berehtold, escribió su famoso relato El Vampiro, a petición de una dama que le propuso que recogiera el fragmento escrito por Byron y lo continuase con un mínimo de verosimilitud y que, según él, terminó en tres mañanas. Finalmente, en 1819, cuando publica su novela Ernestus Berethold o El moderno Edipo, declara que «fue iniciada la misma noche en que Frankenstein fue concebida».

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En el prólogo de la tercera edición de Frankenstein (1831), Mary comentó sobre el reto impuesto por Byron y reconoce su falta de habilidad para generar una idea y escribir su historia. Hasta que la inspiración llegó a ella durante una noche de insomnio (la madrugada del 22 de junio) en aquella habitación oscura iluminada por la luna llena: «Vi -con los ojos cerrados pero a través de una aguda visión mental-, vi al pálido estudiante de artes diabólicas arrodillado al lado de aquella cosa que había conseguido juntar. Vi al horrendo fantasma de un hombre yacente y, entonces, bajo el poder de una enorme fuerza, aquello dio señales de vida y se agitó con un torpe, casi vital, movimiento. Era espantoso… Al día siguiente anuncié que había pensando en una historia».

 

Seis días después de que Byron lanzara el reto, Mary consiguió tamizar lo que desde tiempo atrás había estudiado, contemplado y escuchado. Radu Florescu, profesor emérito de historia de la Universidad de Boston, comentó que Mary y Shelley visitaron el castillo Frankenstein cerca de Darmstadt durante su primer viaje a Europa en 1814. Este castillo perteneció a un notorio alquimista llamado Conrad Dippel, que experimentó con cadáveres humanos con la pretensión de devolverles la vida. Florescu especuló que Mary no mencionó esta visita para mantener la autenticidad de su historia. Es más, se atrevió a asegurar que esto formaba parte de unos ‘diarios perdidos’ de Mary.  

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Se dice que Shelley estudiaba biología, magnetismo, electricidad, astronomía y que había asistido a algunas lecciones de anatomía en el Hospital Saint Bartholomew. Mary seguía al profesor Aldini, quien investigaba la reacción de los cadáveres a la galvanización. En uno de esos experimentos la mandíbula de un asesino muerto empezó a temblar. Mary y Shelley deben haber conocido también los estudios de los fisiólogos alemanes de la época a través de su amigo William Lawrence, un profesor del Colegio Real de Cirujanos que fue médico de Shelley desde 1814. Mary escribió en el prólogo de la tercera edición de Frankenstein que las tormentas  que sacudieron Villa Diodati  generaron  conversaciones alrededor del fluido vital, los experimentos de Darwin y el galvanismo (efectos que tenía la electricidad sobre el tejido animal). Ella asegura que permanecía callada, escuchando a Byron y a Shelley, y que prestaba mucha atención sin apenas participar.

Frankenstein Castle (Darmstadt, Alemania)

Frankenstein Castle (Darmstadt, Alemania)

 

El 14 de mayo de 1817 Mary concluye su narración. Tras los intentos fallidos para encontrar editor, Frankenstein o el Prometeo Moderno ve la luz en marzo de 1818, publicado de manera anónima por una editorial de dudosa reputación. Contenía un prólogo escrito por Shelley y una dedicatoria a William Godwin, el padre de Mary. El éxito es inmediato e inclusive recibe una crítica muy favorable de parte de Sir Walter Scott, pues Shelley le envía una copia y el escritor de Ivanhoe cree que es obra suya.

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Tristemente, Frankenstein y El vampiro comparten en su primera edición la ‘orfandad’ de sus autores reales y se les imponen nombres más conocidos.

 

El 1 de abril de 1819 El vampiro fue publicado en The New Monthly Magazine bajo la autoría de Lord Byron, lo que provocó gran malestar en John Polidori. Si bien no queda claro si fue escrito durante la estancia en Villa Diodati, se reconoce la influencia del relato inacabado de Byron que surge de los mitos sobre vampiros que escuchó durante sus viajes por los Balcanes. El nombre del personaje principal proviene de Lord Ruthven Glenarvon, el villano de una pobre novela gótica escrita por Lady Caroline Lamb, una ex-amante de Byron que intentó vengarse de él a través de esa historia. Sin embargo, a través de la escritura de Polidori, ‘su’ Lord Ruthven se convierte en el precursor del vampiro aristocrático, maligno y atractivo.

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Todos los hombres que moraron en Villa Diodati en el verano de 1816  murieron en el transcurso de los ochos años siguientes. Primero fue John Polidori que, a los 25 años (24 de agosto de 1821), puso fin a su vida bebiendo ácido prúsico. Después Percy Shelley, ahogado el 8 de julio de 1822. Y por último Lord Byron, el 19 de abril de 1824, al tomar parte en la lucha griega por independizarse del Imperio Otomano.

 

Byron inicia su poema “Darkness” con: «I had a dream, which was not all a dream…» El sueño de crear vida desde una hoja de papel se transformó en pesadillas y ensoñaciones que han perdurado a través de doscientos años. Ahora, en la segunda década del siglo XXI, aún escudriñamos las entretelas de la criatura muerta vuelta a la vida y del no-muerto que sobrevive a través del líquido vital. Nos esforzamos por imaginar qué habitaba en la cabeza de sus autores y qué hubo en la atmósfera de aquel verano que estuvo cubierto por la oscuridad y el signo maldito de un cambio climático que provocó hambrunas y muerte.

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Imagen de cabecera: «Villa Diodati and the moon, reflected in Lake Geneva» (1833), dibujo de William Purser, coloreado a mano por Edward Francis Finden.

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macarMacarena Muñoz

Vampira estudiosa de su especie. Cazadora de los alientos de la noche para construir

historias de un mundo distinto al que habita.

macvamp.blogspot.com

@MacVampMM