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AMORES COMPLICADOS

Vivi Page

 

¿Hasta dónde puede llegar una mujer enamorada? ¿Cuál es la línea que separa el amor del horror? ¿Puede una mujer cometer atrocidades por amor? ¿Es capaz de amar atrocidades?

Las historias de mujeres enamoradas no siempre son románticas e idílicas. Ellas no siempre son los personajes buenos del cuento. No todo lo que se hace en nombre del amor es bondadoso ni correcto, y ejemplos hay muchos.

Existe, para comenzar, la novia del psicópata, visto también en historias reales de parejas de asesinos (que tienen también sus películas) como Bonnie y Clyde o el Ken y la Barbie asesinos.

La novia de Chucky, Tiffany, es realmente la protagonista que desde Bride of Chucky (1998) ha impedido la derrota del muñeco diabólico; es culpable también de convertir en comedia negra una saga slasher ya de por sí absurda y risible. Es la chica sexy e irreverente y dispuesta a dejar su cuerpo de carne y hueso para convertirse en plástico por amor.

Asimismo existen las psicópatas románticas: son ellas las autoras intelectuales de la historia, no están detrás de su pareja masculina sino que en estos casos ellos son las víctimas.

En el caso de Audition (1999), dirigida por Takashi Miike, Asami Yamakazi tortura de forma cruel y creativa al hombre que realizó un casting para conseguir pareja después de enviudar; será así la desdichada presa de la protagonista. Una película que en su última fase está llena de crueldad y sadismo, pero no deja de causar miedo en lo más profundo de nuestra psique, evitando ser únicamente morbosa y entretenida.

En Play Misty for Me (1971), del gran Clint Eastwood, Evelyn, interpretada por Jessica Walter, se obsesiona por el locutor de radio Dave Garder hasta cometer locuras que ningún psiquiatra puede apaciguar. A parte de ser la primera película que Eastwood dirige, es especial porque refleja su gusto por la música y sus influencias cinematográficas. El hombre es un seductor que cree que puede utilizar a la chica por una noche y termina pagándolas caro.

Ambas mujeres, al igual que las compañeras de los asesinos, son mujeres hermosas, inteligentes y muy capaces; enamoradas que las llevan a un punto de quiebre en el cuál ser perversa es la única forma de demostrar su pasión o de vengar la traición.

Pero no todo es romance psicópata, existen las que se enamoran de la bestia: las alegorías de la clásica historia de la mujer bonita, la dama, la señorita y el hombre bestia, ya sea peludo, raro o desagradable.

En The Shape of Water (2017), de Guillermo del Toro, la joven Elisa se enamora del hombre anfibio, y este amor es correspondido. Cuando el anfibio se encuentra en peligro y Elisa quiere liberarlo, le pide ayuda a su amigo, quien al principio se niega. Sin embargo, al ver que una pareja afroamericana y él mismo por ser homosexual son excluidos de un establecimiento, se da cuenta que no hay exclusión para el amor. Esto es, en esencia, la enseñanza de la película.

En La mosca (1986), remake dirigido por David Cronenberg, el científico Seth Brundle crea una máquina teletransporadora, pero luego de varios experimentos él mismo decide probarla sin saber que una mosca traviesa se infiltra. Comienza así la mutación de hombre a mosca de la cual Kafka estaría orgulloso. Al principio, Verónica, su objetivo amoroso, se entera de lo sucedido y quiere ayudarlo, pero cuando la mutación es ya bastante desagradable duda de su amor hacia Seth y lamentablemente descubre que está embarazada de él.

La ciencia ficción nos habla siempre del miedo a lo que la tecnología —o más bien, a lo que el ser humano con la tecnología— puede llegar a ocasionar. Sin embargo, en esta historia hay subtemas bastantes interesantes para analizar, como el dilema moral de abandonar a una persona con un afección repugnante o la ética en permanecer con alguien por un motivo más allá del amor y respeto hacia la persona en cuestión.

Si en el primer ejemplo la protagonista se enamora del monstruo a sabiendas de lo que es y sus implicaciones, en el segundo ella se enamora del hombre común y corriente, no del monstruo (al menos físicamente hablando) al que evoluciona.

Es una metáfora del significado del amor, el cual debería ser profesado hacia un ser por sus cualidades internas. El mismo Cronenberg hizo la comparación de la trasformación de mosca, en el caso de su película, con enfermedades como el SIDA.

La bestia (en hombres y mujeres) es, al fin y al cabo, el miedo de lo que podemos ser: enfermos, raros, adolescentes con cambios hormonales, etc.

No solo hay ejemplos de las damas en el dilema entre amar o no a la bestia, ¿qué sucede cuando ellas son los monstruos?

En Corpse Bride (2005), hermosa película de Tim Burton (con todos los elementos que esto conlleva), Emily es una mujer muerta capaz de quitarle la vida a un hombre para que pueda vivir a su lado. Y no es una villana, pues durante todo el filme intenta mostrarle sus cualidades y está completamente segura que si Víctor, el sujeto en cuestión, no la ama no es por razones del corazón, sino por estar muerta y ser un esqueleto sin carne. Las cosas terminan saliendo bastante bien, caso contrario en la siguiente cinta.

En Monkey Shines: An Experiment in Fear (1983), de George Romero, el protagonista Allan sufre un accidente que lo deja parapléjico y tiene por compañía una mona que fue sometida a experimentos que le permiten tener inteligencia y otras facultades, como los celos, que al enamorarse del protagonista la hacen peligrosa.

El amor es complicado y puede confundirse. Y no, no todo lo que se hace en su nombre es bello, a veces puede ser repugnante, triste o terrorífico.

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Vivi Page

Nací en la ciudad de Puebla, el 2 de diciembre de 1997. A muy temprana edad me enamoré de las palabras y desde entonces hasta ahora he intentado conquistarlas.

Estudié un año lingüística y literatura. Sin embargo, por azares del destino, dejé la carrera, pero no las letras. Mis relatos van desde lo erótico hasta lo escabroso, publicados en algunas revistas digitales.

Y este es solo el comienzo.

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