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CARRIE WHITE

El “bullying” sobrenatural

Lorena Loeza

 

En realidad, son pocos los personajes femeninos aterradores memorables en la gran pantalla.  El extenso catálogo de sicópatas y de almas atormentadas en el cine es predominantemente masculino, exceptuando los casos  de las personas poseídas, ya que  -ahí sí- el demonio no puede evitar tener prejuicios de género y se ensaña de manera particular con las mujeres.

En este panorama, destaca un personaje como el de Carrie White, protagonista de la primera novela de Stephen King que alcanzara fama a nivel mundial y que lo convirtiera en un prolífico escritor (al que ningún formato literario le es ajeno: lo mismo  crea cuentos que novelas, novelas por entregas, series, guiones para películas, series de TV, programas unitarios y sagas… que se cuentan en su larga lista de éxitos y ganancias millonarias).

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Pero para King todo empezó con historias que provenían de la vida misma. En su texto “Mientras escribo”, el escritor tiene la enorme generosidad de hablar del oficio que le ha dado de comer todos estos años, y del cual, sin arrogancia, afirma que sabe un poco.

En la obra cuenta el origen de Carrie White, la chica que bordó las pesadillas de la generación ochentera. Publicada en 1974 después de muchos rechazos de las editoriales -rescatada incluso del bote basura por su esposa, cuando el escritor ya había perdido la fe-, el libro contiene muchos de los elementos que configurarían el estilo de King como escritor de historias sobrenaturales. En primer lugar, la historia es un claro ejemplo de su abierto conflicto con la adolescencia, en donde sus protagonistas generalmente padecen todos los cambios propios de la pubertad, en medio de algo más aterrador que la simple idea de crecer. En segundo, muestra el realismo de situaciones que las hacen posibles en el mundo en que vivimos. Hay que recordar que en el libro se incluyen incluso supuestos reportes policiacos y otras “pruebas” de lo ocurrido.

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Carrie es una adolescente atormentada a quien nos toca conocer al momento de su primera menstruación, experiencia que resulta aterradora para una chica solitaria, aislada del mundo y criada de acuerdo al fanatismo religioso de su madre. La chica tiene poderes telekinéticos que asustan a su madre e incluso a ella misma. Los usará para vengarse de tanto maltrato de manera por demás expresiva de todo el odio y resentimiento acumulado.

King narra que  el personaje de Carrie está inspirado en dos chicas que conoció de verdad y que fueron sus compañeras en la secundaria. Una de ellas  era una chica que siempre iba vestida de la misma forma -lo cual provocaba toda suerte de burlas y maltrato-,  hija de una madre jugadora. Supo que se suicidó un tiempo después, cuando ya era adulta, casada y madre de familia.  La otra  tenía una madre muy religiosa. Ambas sufrían el acoso y maltrato de sus compañeros, siendo este un tema que ha cobrado importancia en los últimos años por expresarse de manera cada vez más violenta en los ambientes escolares. Sin embargo, nunca hemos visto -ni veremos- que una chica víctima de bullying pueda cobrar venganza del modo en que Carrie White lo hizo, pero es quizá por ello que la historia sigue siendo interesante para ser retomada hasta la época actual, en varias ocasiones y en diferentes versiones.

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El libro fue llevado a la pantalla grande por primera vez, bajo la dirección de Brian de Palma en 1976, en la versión que recordamos toda la generación ochentera. Sissi Spacek hace una recreación del personaje como un alma atormentada pero también profundamente aterradora, siendo quizá la imagen más popular de Carrie que nos viene a la mente cuando pensamos en ello: una joven vestida de blanco bañada en sangre de cerdo y con sus enormes ojos azules mirando hacia nosotros, los espectadores. Además de Spacek, participan Piper Laurie en el papel de Margaret White y Amy Irving. También actúan John Travolta y Nancy Allen, que eran estrellas de las teen movies de la época.

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Sin embargo, no es la única vez que el personaje ha sido interpretado. La tétrica historia ha sido adaptada al teatro, en un musical de Broadway que al parecer se recuerda con más pena que gloria. El musical se estrenó el 28 de abril de 1988 y su puesta en escena se clausuró el 15 de mayo del mismo año, lo cual quiere decir que duró  menos de un mes en cartelera. El papel de Carrie  estuvo interpretado por Liza Hateley (anunciada como actriz debutante), y el de Margaret White estuvo interpretado por Betty Buckley. La puesta en escena fue producida por Friedrich Kurz y dirigida por Terry Hands.

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En 1999 se produjo una secuela para el cine,  Carrie 2. La Ira (The Rage. Carrie 2), que se centra en la supuesta historia de Rachel, una media hermana de Carrie por vía paterna. La chica también tiene poderes telekinéticos y problemas de adaptación a los hogares adoptivos y al ambiente de la secundaria. Lo demás es como se lo imaginan. La chica estalla en medio de una fiesta de la fraternidad y acaba con los acosadores de uno en uno.  La cinta fue dirigida por Katt Shea y protagonizada por Emily Berg en el papel de Rachel, Jason London, Mena Suvari y Amy Irving interpretando a Sue Snell de la película original, varios años después y convertida en consejera escolar. La cinta contó con la colaboración del propio King en el guión, pero definitivamente, más que avanzar la historia, terminó siendo una variación del mismo tema.

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Posterior a eso, y quizá pensando que la historia podría contarse de diferente manera de nuevo, se produjo en 2002 una cinta para televisión. En esta ocasión fue Angela Bettis quien Interpretó a Carrie, y Patricia Clarkson a su madre. La cinta es más apegada en el libro en algunos detalles, pero definitivamente el final es completamente distinto, lo que le da un giro de tuerca a la historia poco convincente. El sugerir que Carrie hubiera podido sobrevivir a la noche de graduación le resta fuerza a su furia y venganza, la hace parecer  como heroína y no como la víctima trágica de la propuesta original.

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Finalmente, la más reciente versión  de Carrie fue estrenada en 2013. Dirigida por Kimberly Pierce y protagonizada por Chloë Grace Moretz y Julianne Moore. Siguiendo la moda del “remake” que lleva las historias a un plano más actual, la historia en realidad no aporta nada nuevo, excepto quizás una Carrie un poco más consciente de lo que le rodea, y poco menos atormentada. Moore enloquece en pantalla, pero nunca logra por sí sola recrear un ambiente tan oscuro en pantalla, cosa que Piper Laurie lograba solamente con sus expresiones faciales desorientadas y frenéticas.

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Muchos fans se decepcionaron, entre otras cosas, porque ninguna de las versiones posteriores logró lo que la primera: uno de los finales más inesperados y perturbadores de la pantalla grande. La gente gritaba en las salas de cine cuando la descarnada mano de Carrie White salía de la tumba. Eso quizás es lo que más extrañamos de la cinta original. La capacidad de aterrarnos en medio de una explosión de furia y venganza.

Pero también queda un poco ausente la idea de la confrontación de modos distintos de ser mujer, la desmitificación de la maternidad como imagen del amor incondicional.  Y es que más aterrador que una adolescente descontrolada como Carrie es quizá vivir con una madre como la que tenía ella;  sin duda el drama de Carrie y su madre es tan actual que no se necesita de poderes telekinéticos para exponernos al terrorífico mundo de las relaciones familiares perturbadoras y la violencia escolar. Un espejo de la aterradora experiencia de crecer, que definitivamente nunca pasará de moda. Ya lo dijo el propio King: “desconfío de la gente que tiene buenos recuerdos de su adolescencia.”  Y, sinceramente, yo también…

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lorenaNorma Lorena Loeza Cortés

Es Profesora de educación preescolar por la Escuela Nacional de Maestras de Jardines de Niños, Licenciada en sociología y Maestra en Estudios Latinoamericanos por la Facultad de Ciencias Políticas en la UNAM. En el año 2000 recibió la medalla Alfonso Caso al Mérito Universitario, por parte de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM.

Ha sido profesora e investigadora en universidades públicas y privadas, en organizaciones de la sociedad civil y el sector público.

Ha presentado ponencias en foros nacionales e internacionales en temas sobre análisis de presupuestos públicos, educación, salud, jóvenes, incidencia política y análisis cinematográfico.

En 2011, participó en la publicación colectiva “Femmes Fatales, 13 escritoras hablan de cine de terror” coeditado por Editorial Samsara y Festival Macabro. Actualmente, también  es colaboradora en Corre cámaraArtes 9 y Cineforever, sitios electrónicos especializados en Análisis Cinematográfico y  de arte multimedia