#MINIRP
31
#minirp es un ejercicio literario (utilizando la plataforma Twitter) que incentiva la imaginación partiendo de una imagen dada para crear historias.
Las historias que sobresalieron en nuestro ejercicio 31:
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Si te enamoras del bosque, te pierdes los favores de un solo árbol. La princesita nunca fue rehén de lo abstracto.
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Quédate aquí, abrázame.
Que necesito calor, soy sombra.
Convierte esta savia en sangre.
Soy un árbol sin alondra.
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Quería sangre en lugar de savia, por ello las doncellas como almuerzo cada fin de semana.
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Vestido primaveral, estampado con hojas frescas, has encantado al viento del bosque en cuyo corazón de árbol habita tu nombre.
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«No llores», le dijo el árbol. Me harán papel y me tendrás entre tus manos en forma de libro.
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Cansado de ser talado, el árbol despertó y fue a enraizar en los brazos de la mujer del leñador.
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Fue enterrando pretendientes bajo el viejo roble hasta que sangre y savia se mezclaron y brotó el amante perfecto.
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Abandonó el Bosque Encantado tras un amor imposible. Cuentan que de las semillas del rechazo germinó el Bosque Tenebroso.
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Iluminados por la luna primitiva, unas ramas recorren los secretos de la piel que se eriza con las caricias de antiguos chamanes.
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Lilith cumple la fantasía de los espíritus del bosque, se viste de pureza y los invita a pecar…
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El Fauno tenia la costumbre de coquetear con las hadas antes de que les salieran las alas, sabía que no volvería a tener ese placer.
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Años leyendo bajo el árbol de aquel enamorado aprisionado. Al fin leyó en alto y con su voz él pudo ser libre.
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En otoño, el sabino se desnudaba junto al río. Lo hacía lento, hoja por hoja… y ella siguió a su tutor…
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El hada no sabía cómo explicarle a la niña que aun con raíces en los pies podía volar.
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Cuéntame el cuento que me contabas cuando eras niña y corrías bajo la cama antes de que él llegará a darte golpecitos en el corazón.
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Era mitad muchacho y mitad árbol. Adoraba a Dida, mitad doncella y mitad bruja. El muchacho besó a la doncella y la bruja lo taló.
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A los que persiguen el nirvana interior recomiendan injertar el alma en sabina, por ser la madera, dicen, mala conductora del calor.
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Los une el lazo del amor. Un amor incomprendido aun en pleno siglo XVIII. Un árbol y una mujer. Ella lo sabe. Por eso se va.
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En sus sueños un apuesto árbol la invitaba a no despertar jamás. Empezó su pesadilla y quiso abrir los ojos. Un hacha fue la llave.
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Deseaba poder tener un bosque único y especial. Para conseguirlo empezó a cultivar a sus pretendientes.
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Caballero, árbol del alba, Dama doliente de noche. Malditos los dos. Unidos y separados hasta el fin de los tiempos.
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Castigado por los dioses le dio un último abrazo antes de volverse árbol. Ella quedó atrapada entre sus ramas, donde murió de hambre.
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Hasta los árboles la acariciaban, era el alma de su amado que estando lejos lanzaba sus versos para que en la naturaleza anidaran.
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La sedujo con cada sentencia. La atrapó con cada mirada. Otoñal. Extendiéndose cual árbol a través de la noche, del alma…
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La sangre le corría por el cuerpo; los vástagos como cerrojos le asfixiaban; bosque de espinas descuartizaban a princesas perdidas.
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MENCIÓN TERRORÍFICA
La venganza fue terrible. Los pueblos de los hombres fueron talados de raíz. Nadie pudo acusar a los árboles de injustos.
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—¿Acaso ya no me recuerdas? —dijo el árbol con tristeza.
La niña ha crecido y ha olvidado el columpio que colgaba de sus ramas.
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OTOÑO. Sabiendo que no volvería a verla hasta la próxima primavera, el árbol dejó caer sus hojas sobre el cabello de su amada.
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Homenaje a A. Blackwood.
Los sauces se mueven, ahora estaba segura. No fue producto de su imaginación. Ya están aquí. Vienen por ella.
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Todos los lunes publicaremos una nueva imagen.
¡Muchas gracias por jugar con nosotros!
