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QUANTUM AND WOODY

el peor equipo de superhéroes del mundo

(James Asmus & varios artistas, Valiant Entertainment, 2013-2014)

 

Pok Manero

 

Mucha gente hoy en día todavía piensa que los comics son sinónimo de superhéroes. Afortunadamente, hay muchos títulos en el mercado que contradicen este pensamiento. Pero de vez en cuando, surgen obras que abordan a los superhéroes desde una perspectiva ajena al subgénero, las más de las veces visitándolo desde la comedia. Empowered (Adam Warren, Dark Horse Comics, 2007 a la fecha) es uno de dichos trabajos. Quantum and Woody es el que hoy nos atañe.

En 1997, la editorial Acclaim (compañía de videojuegos que previamente había comprado a los personajes de Valiant) publicó el título original, creado por el escritor Christopher Priest y el dibujante M. D. Bright. Dicha encarnación consistía en dos amigos de la infancia que se reencuentran cuando sus padres mueren bajo circunstancias sospechosas y deciden investigar al respecto. Diecisiete números salieron a la venta y, tras un hiato de un año, se publicaron cinco números más. Pero eventualmente la historia quedó inconclusa y, con la posterior quiebra de Acclaim, se volvió imposible cualquier esperanza de una continuación, convirtiéndolo en un título de culto y con un reducido -pero apasionado- grupo de seguidores. Mas no es de esos comics de los que trata esta reseña.

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Con el resurgimiento de Valiant Entertainment en 2012, sus personajes han regresado a la imprenta poco a poco, invadiendo las tiendas de comics con gran éxito. En lugar de continuar con las historias previas, Valiant decidió presentar versiones nuevas y actualizadas de todo su catálogo, y la pareja dispareja de superhéroes no fue la excepción, pues ha gozado de su respectivo reboot/revamp. En esta ocasión, Eric y Woody son hermanos, el primero es hijo natural del científico Derek Henderson, el otro es adoptado. Y son tan distintos como el día de la noche, incluso en el color de la piel: Eric es negro, serio, tímido, inteligente y muy responsable; mientras que Woody es blanco, un completo desmadre, extrovertido, un tanto bruto y no conoce el significado de la palabra responsabilidad. Bueno, lo conoce, pero es un aspecto que ignora por completo. Tras años de separación, la muerte de su padre los reúne en su funeral, mas el reencuentro es por demás explosivo ya que sus antiguas diferencias y resentimientos salen a relucir. No obstante, ciertos aspectos sobre la muerte del padre de ambos los hace querer averiguar las cosas y terminan en medio de una explosión en el laboratorio del difunto. Sobreviven de milagro, gracias a un traje de contención que «compartieron» a medias y que le deja a cada uno un brazalete dorado, mas sus partículas quedan inestables y amenazan con disiparse en el aire, lo cual sólo es impedido cuando, accidentalmente al principio, chocan dichos brazaletes con un sonoro ¡KLANG! Y, como efecto secundario, adquieren superpoderes: Woody, el impulsivo, puede proyectar rayos de energía; Eric, el reflexivo, genera campos de fuerza defensivos.

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De este modo, a pesar de no caerse muy bien y no estar de acuerdo con las formas de proceder del otro, estos hermanos se ven obligados a permanecer juntos para re-estabilizar sus átomos cada, digamos, veinticuatro horas. Posteriormente se ven envueltos en la conspiración de una cábala secreta de súper científicos, herederos del legado de Edison, quienes se han encargado de eliminar a la «competencia» y enriquecerse con los descubrimientos de otros. Fue este grupo, E.R.A. (las Adquisiciones Radicales de Edison, por sus siglas en inglés) quien estuvo tras el fallecimiento de Derek, buscando apoderarse de su investigación sobre una nueva fuente de energía. Para descubrir esto, Woody tiene la idea de ocultar sus identidades al portar disfraces y nombres clave. Es así como nacen Quantum y… Woody, pues a la mera hora decide que el spandex lo hace verse muy gay, y ni siquiera se molestó en pensar en un nombre clave. El resultado es similar a las comedias policiacas, o buddy-cop movies, con un dúo disfuncional, muchas risas y grandes dosis de acción, pero agregándole los superpoderes… y una cabra superpoderosa y peculiarmente inteligente que guarda uno o dos secretos impactantes.

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El punto más fuerte de este título es el tono humorístico que James Asmus utiliza en sus guiones. Este comediante, con mucha experiencia en teatros cómicos con el grupo Hey You Millionaires, comenzó su carrera en el medio del arte secuencial hace relativamente poco con algunos trabajos para Marvel (siendo el más notable su temporada en Gambit) y con la «segunda temporada» de Thief of Thieves, el proyecto que Robert Kirkman (creador de Invincible y The Walking Dead) dirige como si se tratara de una serie de televisión, con distintos guionistas para cada etapa de la historia. Y su humor brilla por su irreverencia, pues hace chistes que atacan directamente al racismo, los hillbillies, la política, los gays, los inmigrantes ilegales, el incesto, los fundamentalistas religiosos, el terrorismo y muchos otros temas que hoy en día son considerados «políticamente incorrectos», con la mayor desfachatez posible. Quizás es el único comic donde podemos leer la expresión «sweet monkey-fucking Darwin!«

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Pero no todo son bromas y acción. El replanteamiento de los personajes como hermanos adoptivos hace que su dinámica tenga una resonancia emocional de mucho peso, logrando que el lector se preocupe por ellos. Los flashbacks que muestran la interacción entre ellos cuando eran adolescentes y con Derek presentan un contrapunto conmovedor al ver lo distantes que son ahora como adultos. También nos muestran las motivaciones y dificultades relacionadas con el tema de la adopción de una manera muy honesta, con todas sus complicaciones y contrariedades. Al final del día, aprendemos que la definición esencial de «familia» se refiere a aquellas personas a las que, por muy incompatibles que sean, no podemos dejar de amar y, aunque no queramos, tenemos que soportarlos como son.

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En cuanto al arte, varios dibujantes prestan su talento a las desventuras de este par. Los primeros cuatro números de la serie corren a cargo de Tom Fowler, quien le da vida a Quantum y a Woody con mucha expresividad y gran fluidez de trazo, lo cual va muy bien con el tono ligero y humorístico. El segundo arco histórico es trazado por Ming Doyle, cuyo trabajo ya había contemplado en Mara (Brian Wood, Image, 2012) y en una de las historias en la antología Strange Adventures (varios escritores y artistas, Vertigo, 2012). Con trazos que parecen más bien imprecisos, siento que esta novel dibujante todavía tiene mucho desarrollo por venir en su estilo. Para el último tercio de la serie, el artista conocido como Kano contribuye con dos números en los cuales su innovador acomodo de viñetas brinda frescura a la narrativa (haciendo incluso un homenaje al trabajo de David Aja en Hawkeye, su reciente y multi-premiada colaboración con el escritor Matt Fraction). Los últimos dos capítulos son trazados y entintados, respectivamente, por Wilfredo Torres y Erica Henderson, cuyo estilo podría describirse como una mezcla de Mike Allred con Hergé (lo cual es maravilloso).

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En sí, los primeros cuatro números (recopilados en el volumen 1: The World’s Worst Superhero Team) son un despegue fenomenal, con el suficiente combustible para mantener el interés en el resto de la serie. El cambio de dibujante en la parte central (volumen 2: In Security) podría hacer que unos cuantos lectores se alejaran del título, sin embargo, quienes permanezcan hasta el final (volumen 3: Crooked Pasts, Present Tense) podrán constatar la clase de calaña que realmente es Woody, cuando su pasado criminal lo hace oponerse directamente a su hermano en medio de engaños y un robo de alto nivel. Si bien el humor es una constante, a veces raya en lo absurdo, pues no se limita a los disparates de Woody, sino que todos los personajes se comportan de una manera estrafalaria, incluso los villanos. Y el mismo Woody puede llegar a ser realmente detestable, de tan irresponsable que es.

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Tras el final de la serie, este dueto de superhéroes/cazarrecompensas regresa para la miniserie The Delinquents, co-escrita entre Asmus y Fred Van Lente y dibujada una vez más por Kano, en la que tienen una especie de crossover con Archer & Armstrong, otra pareja dispareja que protagoniza su propio título de Valiant (escrito por Van Lente y también muy bueno, por cierto). Para esta nueva aventura, la historia vuelve a alcanzar el mismo nivel humorístico de los primeros números, así que es muy recomendable. Más aún porque trata sobre una búsqueda del mítico tesoro de los vagabundos, siguiendo las dos mitades de un mapa tatuado en la piel disecada de un trasero humano. Todo ello con un arte que sorprende por su acercamiento experimental, incluyendo una secuencia de acción que consiste en un solo escenario abarcando dos páginas y figuras recortables de los personajes, invitando al lector a desarrollar su propia parte de la historia para ahorrarse incontables páginas de trancazos y explosiones. O las cuatro portadas variantes, que juntas constituyen un tablero de juego de mesa (las fichas, reglas y tarjetas se incluyen en las últimas páginas de cada número).

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Actualmente, se están publicando dos títulos más que pueden causar cierta confusión. Por un lado, tenemos Q2: The Return of Quantum and Woody, una secuela a la serie original de los 90 y realizada por sus creadores, la dupla Priest-Bright, lo cual emociona mucho a quienes se quedaron con ganas de qué pasó con esa versión de los personajes, veinte años después. También se acaba de lanzar recientemente Quantum and Woody Must Die, por Asmus y Steve Lieber, que continúa las peripecias de la encarnación moderna. Quien escribe estas palabras aún no ha tenido oportunidad de leer ninguna de estas nuevas series, mas no dudo que sean de una calidad a la par del resto de los trabajos de ambos escritores.

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En México, Kamite está publicando la serie aquí reseñada y apenas han salido a la venta los primeros cuatro números, así que están perfectamente a tiempo de subirse a este divertido tren (así como a varios otros títulos licenciados por Valiant, los cuales son también por demás interesantes). Más que nada, este título nos deja ver que el panorama del comic se está transformando, pues ahora tanto Marvel como DC están empezando a fijarse en las nuevas tendencias y han empezado a incorporar más humor dentro de sus líneas editoriales.

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pokAdrián “Pok” Manero, tras años como lector asiduo, decidió que el siguiente paso en su manía consistía en elaborar sus propias ficciones. Se dedica compulsivamente a leer comics y libros y a ver películas, quisiera ser como los gatos y disfruta escribiendo sobre sí mismo en tercera persona.

@PokManero