STRANGE ADVENTURES

el (posible) regreso de las antologías

(Varios escritores y artistas, Vertigo, 2014)

Pok Manero

 

La Ciencia Ficción siempre ha estado hermanada al medio del comic. Desde sus orígenes como descendiente de las publicaciones pulp, sus personajes han deambulado por los linderos de la fantasía y el horror, el crimen y la ficción especulativa. No por nada muchos de los superhéroes de hoy en día -en particular los de Marvel- vieron por primera vez la luz dentro de las páginas de antologías de Ciencia Ficción.

Este tipo de publicaciones tuvieron su mayor auge en los años 50, con títulos como Stange Worlds de Avon Comics, Weird Fantasy y Weird Science de EC, Space Adventures de Charlton y las populares Strange Tales y Journey into Mystery (cuyan páginas vieron nacer a Thor) de Marvel. Si bien no gozaban de tanta popularidad como las antologías de horror, pudieron sobrevivir al embate del infame Comics Code Authority y la cacería de brujas que éste significó, guiada por el psicólogo Fredric Wertham.

Quizá las publicaciones más exitosas de entre todas las que comezaron su tiraje a principios de esa década fueron Strange Adventures y Mystery in Space, ambas de DC Comics. La primera estuvo en imprentas de 1950 hasta 1973, alcanzando los 244 números. En sus páginas surgieron varios personajes que en la actualidad han sido incorporados al Universo DC, como Captain Comet, los Atomic Knights y, siendo el más popular de ellos, Adam Strange.

Por su parte, Mystery in Space alcanzó los 117 ejemplares y presentó en sus interiores a Hawkman y a Ultra, the Multi-Alien, entre otros.

Con el paso del tiempo y la llegada de la hegemonía del superhéroe, éstos acapararon las páginas de las antologías de CF. Fue así que, en Marvel, Tales to Astonish se conviertió en The Incredible Hulk y Tales of Suspense cambió su nombre a Captain America. Dentro de las páginas de Strange Adventures tuvieron sus primeras apariciones personajes como Animal Man y Deadman. Para finales de los 60 la mayoría de estas revistas cesaron su publicación, o bien cambiaron de giro, como lo hizo Tales of the Unexpected al acortar su título simplemente por The Unexpected y contar historias de horror una vez que los estándares se hubieron relajado nuevamente. Eventualmente, el formato de antología y, en particular, sus contenidos relacionados con la Ciencia Ficción, vieron su lamentable ocaso. Si bien a través del tiempo ha habido varios intentos por revivir estos títulos, no han pasado de homenajes y miniseries.

 

A partir de 2011, a la editorial DC le ha dado por lanzar one-shots por medio de su línea Vertigo, rescatando el espíritu de la antología enfocada en los géneros fantásticos. Retomando la iniciativa presentada por trabajos previos como Bizarro Comics y Strange Tales MAX, se recurre a escritores y artistas independientes que poco o nada tienen que ver con el mundo de los superhéroes (aunque dichos proyectos presentaron sus visiones atípicas precisamente sobre este tipo de personaje). Aquí incluso se recurrió a algunos autores de novela que no han tenido acercamiento previo al mundo del comic o ha sido apenas incipiente. Hace apenas unas semanas salió el tomo llamado Strange Adventures, que reimprime el one-shot del mismo nombre así como el de Mystery in Space. En total contienen dieciocho historias realizadas por diversos talentos, creando un mosaico de relatos con mucha riqueza y diversidad.

Un futuro en que el Mercado rige las vidas de los ciudadanos y perro come perro, una tecnodroga que reemplaza al opio y lo supera al corresponder el amor del adicto, un hombre y su amigo imaginario que no están seguros quién de los dos es el real, un mundo en que se puede comprar un día en la vida de alguien más. Con este tipo de relatos oscuros y transgresores da inicio este volumen, dando paso a una nostálgica mirada a los personajes del pasado y a una mutación estilo Cronenberg, dando pie a una de las mejores historias (en mi muy personal gusto): la de un homúnculo que nos narra su origen como un experimento de laboratorio, las crueldades que sufrió y el curso que tomó su vida al huir. Los siguientes dos capítulos sirven como «probadita» a dos de las series que entonces estaban próximas a lanzarse o en curso: Saucer Country de Paul Cornell y Ryan Kelly (con Goran Sudzuka como artista invitado aquí)…

… y Spaceman de Brian Azzarello y Eduardo Risso (probando su suerte con la ficción especulativa).

Lo anterior corresponde a la primera de las antologías incluidas. En la segunda mitad conocemos a un perdedor con un brazo cibernético, una nave inteligente con la misión de erradicar el libre pensamiento, una historia de amor a través de los años y la hibernación y el final de una relación de pareja al estilo cuántico, para empezar. Se ven complementados por las aventuras de una exploradora de la selva, la eterna lucha entre instinto y razón en una raza de centauros, sueños frustrados de viajes espaciales en medio de un triángulo amoroso gay y un brebaje alienígena que despierta los más violentos instintos. Para cerrar con broche de oro, el asombroso Mike Allred nos brinda una alegoría de la existencia, con toda la maravilla y el horror que conlleva en un eterno ciclo de muerte y resurrección.

Con talentos provenientes de distintas latitudes, la obra se ve enriquecida por el crisol de tan variadas perspectivas, dándonos la oportunidad ahora de reflexionar, ahora de deleitarnos, ante las infinitas posibilidades de estos subgéneros tan subestimados por la «academia». Es tal vez por este mismo desprecio que el medio del comic resulta tan adecuado para este tipo de historias, alejado como está de las exigencias y pedanterías de los supuestos defensores de la Literatura (así, con mayúscula).

DC también ha lanzado otros one-shots con el formato de antología, a saber: The Unexpected y Ghosts (recopilados en un tomo con el título del primero); Time Warp y The Witching Hour (en espera aún de ser recopilados), dándole cabida al horror y lo impredecible, a lo fantástico y lo asombroso; en resumidas cuentas, al futuro mismo. En cuanto los vea, no dudaré en agregarlos a mi colección personal y, si les interesa explorar los distantes parajes no sólo de la ficción especulativa sino de la literatura de la imaginación, tampoco ustedes deberían dudarlo.

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Adrián “Pok” Manero, tras años como lector asiduo, decidió que el siguiente paso en su manía consistía en elaborar sus propias ficciones. Se dedica compulsivamente a leer comics y libros y a ver películas, quisiera ser como los gatos y disfruta escribiendo sobre sí mismo en tercera persona.  vinetaspalabrasyfotogramas.blogspot.com