EL PIQUETE PROVIDENCIAL
Alicia M. Mares
“La duda de haber sido picada te despabiló. En segundos, el insecto verde metálico se escabulló por la ventana y voló hasta perderse. Apenas lograste distinguir a aquel rápido y sigiloso ser robótico. Miraste tu brazo, no tenías ninguna marca. Pero sabías que era posible que picaran sin que el insecto dejara huellas visibles. Cada cuerpo reaccionaba diferente. ¿Era tu turno?”
Ante la futura metamorfosis
“Crisálida” es el cuento que inaugura el libro Ante la futura metamorfosis (Odo Ediciones, 2024) y el que evidencia que, a pesar de que el mundo haya sido invadido por una plaga de insectos mecánicos, resultado de las fallidas estrategias bélicas de Corea del Norte, hay cosas que nunca cambian. Por ejemplo: siempre hay jefes nefastos.
Esa es la cruz de Magda, una diseñadora que trabaja en una oficina de sol a sol, en un ambiente repleto de presión, críticas, chistes misóginos y el constante robo de crédito de su trabajo por parte de su odioso jefe, Tadeo. Aislada y minimizada, cansada de siempre quedarse hasta la madrugada en la oficina, la vida de Magda da un giro cuando es picada por uno de estos misteriosos insectos metálicos.
Y, si bien llevan más de una década asolando al mundo, picando a la gente y provocando efectos insospechados, su existencia ya ha sido asimilada por la burocracia de los departamentos de Recursos Humanos:
“¿Debías avisar que tal vez habías sido picada?, ¿a tu jefe o al seguro? Trabajarías desde casa o, según la gravedad de tu caso, podrías quedarte a descansar.”
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El piquete enigmático
Al inicio del cuento, la presión por el trabajo es lo que más ocupa la mente de Magda. Pero, mientras más tiempo transcurre desde el piquete del insecto, más angustia siente ella, pues no sabe cómo responderá su cuerpo. Trasnochada, la diseñadora investiga en internet y descubre que, a pesar de que el 98% de los casos son leves y benignos, existen unos que no lo son:
“[…] Una mínima fracción, aproximadamente 0.001%, no presentaba ninguna reacción física; sin embargo, al cabo de los días, surgían cambios irreversibles en la psique. La conducta mostraba alteraciones anormales que iban de moderadas a extremas. Les llamaban los “ausentes”.
Entonces terminaban como indigentes, en instituciones de salud mental o muertos.”
Incluso, desesperada por saber lo que le espera, Magda acude con Madame Flora, una tarotista con reputación de adivinar certeramente qué le sucederá a las personas tras haber sido picadas. Su respuesta es enigmática: “Serás otra”.
De esta forma, el piquete del insecto se desplaza hacia el territorio de lo esotérico, de lo mágico.
Este cuento es la antesala de la metamorfosis, una que Magda deja de esperar con desesperación y angustia y, en cambio, hasta empieza a prepararse para recibirla con la calma de quien ya ha hecho las paces con su vida.
Pensando que va a morir o perder la cabeza, la diseñadora finalmente le planta cara a su jefe, reclama su trabajo y deja en evidencia quién es la más talentosa de la oficina. Hasta corren al jefe y le dan su puesto a ella. Y, la verdad, es una de las escenas más extáticas que cualquier oficinista puede leer.
Pero entonces, ¿cuándo llega el cambio? ¿Cuándo le afectará por fin el piquete, cuyos misteriosos efectos le harán dejar su antigua vida detrás? ¿Qué efectos serán esos? La conclusión del cuento es una que se puede adivinar, aunque no deja de ser gratificante.
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El poder está en la ausencia del insecto
A pesar de que está tan presente en las primeras páginas, la figura del insecto va desvaneciéndose. Nunca llega a ser descrito: es un insecto verde metálico que se mueve a gran velocidad. Bien podría ser una mantis o un mosquito transfigurado. No obstante, lo que importa, más que el animal en sí, es el piquete y los efectos que causa.
El hecho de que esté ausente incrementa la anticipación por parte de Magda y la tensión lectora. Me parece una decisión certera, pues es en su ausencia y en lo ambiguo de su descripción donde se incrementa su misterio y el potencial de los efectos que puede causar.
Y, sin embargo, a Magda sólo le otorga la valentía necesaria para tomar las riendas de su vida. Podríamos, entonces, considerar que el piquete ha servido como un efecto placebo e impulsado a Magda lo que nunca habría hecho por sí sola.
A través del cuento, la pesadilla de Magda de acabar vagando en la calle va siendo desplazada por otra mucho más realista: permanecer justo como es en ese momento, sin reclamar la dignidad y el respeto que merece, sin ser valiente.
El piquete del insecto, en ese sentido, viene a ser un detonante de lo que realmente necesita Magda: una llamada de atención a su vida y a los pequeños que son los problemas de la oficina en el gran esquema de las cosas.
Quizás esa fue la verdadera magia del piquete del insecto: darle la claridad mental para determinar qué cosas son insignificantes (como el talento de su jefe y el poder que tiene sobre ella) y cuáles son importantes; qué cosas son parte de la rutina gris de una vida aburrida y qué otras conforman el placer de vivir.
Es así que un solo insecto misterioso y robótico puede incitar reflexiones tan necesarias y ayudar a una diseñadora a barrer todo lo mezquino del panorama de su vida. El catalizador para una revolución Godín.
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AQUÍ puedes descargar el libro.
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Alicia Maya Mares (Ciudad de México, 1996)
Graduada del 12º Máster en Creación Literaria de la Universidad Pompeu Fabra y correctora de estilo en formación.Trabaja como redactora en una agencia digital.
Ha publicado en la sección “Piensa Joven” del Heraldo de México, en las revistas Marabunta, Colofón, Origami y Efecto Antabus, y le lee su columna de revista Palabrerías a sus seis gatos.
Creció al lado de un árbol de jacaranda.
Twitter: @AliciaSkeltar
Facebook: @AliciaMaresReading
Instagram: @aliciamayamares
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