Seleccionar página

LOS CAMINOS DE ALGÚN DIOS

Benedetta, un filme controversial

Lord Crawen

 

“Todos tenemos un pecado”.

Remitiéndonos a esta frase que se menciona durante el filme —y para los que hemos leído los pasajes bíblicos en busca de mejorar (o aterrorizar) las historias—, el pecado original, si bien es la vida según sus cánones, los siete restantes tienden a ser selectivos de acuerdo a las personas.

El filme al que remito estas palabras se titula Benedetta (2021), dirigido por Paul Verhoeven, quien tiene entre su filmografía algunos títulos controvertidos como You Don’t Nomi (2019), Bajos instintos (1992), Show Girls (1995) y Elle (2016). Todos los anteriores cuentan con una carga erótica que suele incomodar a más de uno y agradar a los que tienen en su ser este recóndito pecado en sus almas. Aunque también debemos agradecerle por dirigir Robocop (1987).

Volviendo al tema, Benedetta no podría catalogarlo enteramente como un filme de suspenso o de terror. Judith Brown, en su libro Immodest Acts: The Life of a Lesbian Nun in Reinassance Italy (1986), presenta la investigación de sor Benedetta, una monja de un convento en Pescia (Italia) que, tras una larga investigación, fue acusada de actos lésbicos en el año de 1623. La historia de sor Benedetta, como muchas otras en la Iglesia, han salido a la luz en los últimos años gracias a historiadores que se han atrevido a inmiscuirse en temas (si puede decirlo un no creyente) de un hilo muy delgado en una sociedad aletargada y eclesiástica.

Conforme los tiempos avanzan, no sólo la religión católica ha tenido que retomar sus cánones de inicio y manipularlos para la atracción de nuevos feligreses, su grey también —y como la de muchas otras religiones— ha disminuido de forma considerable después de la exposición de estos temas, para los más conservadores.

¿Pero por qué estoy escribiéndoles sobre religión e historia, si lo que ustedes quieren es suspenso y horror?

Bien, es que el filme Benedetta es abordado desde la sombría perspectiva de la realidad. Viéndolo desde el punto de vista de un servidor (un ser que busca siempre una historia que contar), el filme transporta más de una idea de terror y lo respira detrás de cada imagen.

Inicia con una muy joven Benedetta Carlini, quien será entregada a un convento en Italia por sus padres a la tierna edad de 9 años bajo un dote de cuantiosas monedas otorgado por su padre, debido a que su hija tiene un “don” y una conexión con “la virgen”. Al avanzar el tiempo en el filme, Benedetta se ha hecho mujer y una monja más del convento, hasta la llegada de una joven hermosa llamada Bartolomea, a quien el padre de Bendetta entrega un dote al convento para salvarla de las garras de su propio padre, quien la había tomado por esposa y esclava (esta historia me sigue sonando clásica y terrorífica aun en este 2022).

Hasta este momento, todo normal: un filme que cuestiona la posición de la iglesia católica ante la sociedad. Y entonces ocurre el milagro.

Actuado o no, la joven Benedetta comienza a tener visiones y vívidas conversaciones con “Jesús”. Estas visiones las actúa durante sus actividades diarias, causando incomodidad en el resto de las hermanas e incluso en la abadesa. Una noche comienza a tener fiebre extrema y es encargada a Bartolomea. Benedetta, y sus más profundos impulsos del pecado, solicitan que Bartolomea se entregue a ella, pero ocurre todo lo contrario. Estigmas en brazos y pies de Benedetta la comienzan a transformar en tema de conversación, el padre parroquial analiza la situación, las hermanas cuestionan las heridas y parte de la mujer, ahora en busca de ser la esposa de “Jesús”, se levanta y, cambiando terminantemente su voz, poseída por una fuerza sobrenatural, las llama a creer en el milagro o ser maldecidas por su injuria.

Me detendré un momento en este punto para no contar más spoilers.

Analizando los casos bíblicos “documentados”, existe más de un caso de “posesión”. Mismos casos han sido documentados por la Iglesia (por no decir perseguidos) y resguardados para no hacer que las masas se entreguen a un pánico, por menos decir, existente.

Muchas de estas posesiones son documentadas bajo el sello del diablo o de sus acólitos. Cuando se trata de ángeles celestiales, se etiquetan como milagros (aunque la persona pierda sus facultades mentales y se vuelva agresiva en su totalidad). Tras mucho investigar en mis años de existencia, no podría determinar casos de posesión como algo efectivo. Psicólogos, científicos y teólogos tienen mucho trabajo aun en este ramo, en el que las cosas, para los poseídos, no han salido nada bien. Aquí es donde comienza el suspenso y el horror del filme.

¿Acaso sor Benedetta tenía un problema emocional o psicológico que le llevaba a cometer sus pecados y sus propias apariciones y laceraciones? ¿Era obra de un “dios” que requería devoción absoluta, justo como la Biblia lo exige? O tal vez era parte de ese lugar oscuro, al que la Iglesia tanto teme y castiga con la creación del diablo. El diablo existe porque dios existe, y no se puede separar este hilo de existencia o contradicción dentro del canon bíblico. Y esto se retoma en todos los libros que intentan darnos la explicación de la creación del todo (más allá de lo que la ciencia podría explicar).

Volviendo al filme, Benedetta Carilini se vuelve abadesa tras los milagros ocurridos. Una de sus hermanas la culpa de hacerse las heridas y es condenada a auto flagelación, aunque su castigo es más severo. La abadesa es retirada de su título y, en busca de su redención personal, solicita a un obispo acudir y hacerle pruebas. Todo esto durante la peste que azotaba al continente europeo.

Al final, la mujer (y el deseo) se despoja de los mantos eclesiásticos y se entrega al pecado y la pasión, justo como muchas personas deberían hacerlo: seguir sus instintos sin temor a un castigo. Pero el mayor temor de una persona es retirarle la venda de los ojos y poder así observar que en el mundo existen seres más allá de la imaginación religiosa.

El culto es en sí una maquinaria de ilusiones perfectas para quien sigue sus designios y un horror para quien intenta dejarlos. Y ese es el terror infundado que todos los humanos a la fecha tenemos. Cuando llega un filme que nos muestra lo contrario, nos cuestionamos si en la luz de nuestra existencia puede convivir la oscuridad misma sin hacernos daño.

Cuestionarnos es lo que debemos plantearnos día a día.

Benedetta es un filme que logra cuestionarnos, que expone a la Iglesia y sus mandatos y, sobre todo, que demuestra los horrores de las personas que, desde muy pequeñas, entregan su fe ciega a un mundo que no conocen.

Por si necesitan más cosas sobre el maligno, fuera de la Biblia hay muchos casos “documentados”, libros y filmes que pueden darles una idea de que el camino del libertinaje y la libre elección no son tan malos. Las pesadillas aguardan a que sean leídas.

**

****

Jezreel Fuentes Franco (Lord Crawen) nació el 29 de junio de 1986 en la Ciudad de México. Estudió Ingeniería en Comunicaciones y Electrónica en el Instituto Politécnico Nacional. Su pasión por la literatura y la música lo lleva a formar parte del taller de creación literaria impartido por el profesor Julián Castruita Morán y Alejandro Arzate Galván. Participante de Concursos Interpolitécnicos de Lectura en Voz Alta, Declamación, Cuento y Poesía. En 2014 es finalista del Concurso Interpolitécnico de Declamación. Participó en 4 obras de teatro de improvisación, las cuales fueron presentadas en los auditorios de la Escuela Superior de Ingeniería Textil y en el Cecyt 15. Ha realizado ponencias en eventos de «Literatura del horror” en el auditorio del centro cultural Jaime Torres Bodet. Actualmente publica en El nahual errante y Sombra del aire, ambas revistas de corte virtual.

¡LLÉVATELO!

Sólo no lucres con él y no olvides citar al autor y a la revista.