EL OCULTISMO ES CHIC
Mike Flores
De acuerdo al Diccionario de la Real Academia, el ocultismo es un conjunto de conocimientos, prácticas mágicas y misteriosas con las que se pretende penetrar y dominar los secretos de la naturaleza. Sin duda, la moda es algo que existe tiempo atrás en la historia de la humanidad, desde las vestimentas, cortes de cabello, pasando por la manera de hablar, la forma de actuar y llegando hasta la simbología: un símbolo anarquista, ying yang, etc.
Actualmente nos encontramos ante una nueva “moda”, por así decirlo; una moda más espiritual, basada en la trascendencia y el significado, con el uso de antiguos símbolos y creencias que en alguna época se consideraba “pagano”, “del diablo” o materia de “brujas”. ¿Qué nos ha llevado a esto? Quizá los medios hacen un gran trabajo. Esto se puede ver en el cine, con temas como los viajes astrales. La noche del demonio (Insidious) nos muestra un más allá, uno que quizás en alguna ocasión lo encontramos en nuestros sueños o, si somos afortunados, en nuestras pesadillas.
Otro gran ejemplo viene con El conjuro, cinta de terror llena de artefactos, exorcismos y algo que me atrevería a llamar la “ciencia de lo paranormal”. Si alguna vez viste Supernatural, puedes sentirte tan seguro como yo de cómo actuar al toparte con alguno de estos seres (bueno, al menos el conocimiento estará; la acción dependerá de tu lucha por la supervivencia). Retomando El conjuro, vemos esta serie de objetos: una galería de colección de objetos que resguardan un poder: una muñeca que mereció una película entera en su honor, lo que llevó a investigar más acerca de estos famosos seres Lorraine y Ed Warren.
Cruzando también está La bruja, para la que ya nos estábamos preparando. Si eres fanático de Harry Potter, seguro ves la magia de una manera muy especial y diferente; sin embargo, si eres más de los que ven American Horror Story: Coven, tendrás una punto de vista muy diferente acerca de la magia y hechicería: una más oscura, misteriosa y tenebrosa perspectiva.
Yéndonos afuera de la pantalla grande, y más personal, podemos ver esto mismo en el uso de los atrapasueños, objetos adminículos presentados por la tribu norteamericana de Ojibwa, que encontramos tatuados o en collares; los cuarzos de tantos colores, formas, nombres y funciones; la misma cruz católica, que podemos encontrar en leggins, playeras y grupos musicales (†††); la ouija, que ha tomado un nuevo sentido artístico, encontrándola en cuadros, mesitas y las tan geniales carcasas para celular (suena tentador); los cráneos, las catrinas, algo de lo que los mexicanos de hace tiempo supimos adoptar de una excelente manera con nuestro día de muertos, al grado de lograr pasar esta cultura acerca de la muerte a nuestros hijos en la pantalla grande con El libro de la vida.
Actualmente, inclusive en ciudades como Guadalajara, se están llevando a cabo un gran número de actividades referentes a la parte oscura de la vida, por decirlo de algún modo: talleres de Horror y Terror, siendo el más actual en la Biblioteca Pública del estado de Jalisco; un obra de teatro sobre una Vampiresa, expuesta bajo la luz tenue de veladoras en un rincón del Panteón de Belén; recorridos con actuaciones por el ex convento del Carmen, allá por noviembre; el museo de la tortura y asesinos seriales; conferencias de novela negra; entre otras.
Esta “moda” de lo oculto y misterioso pareciera llevar de por medio algo de trascendencia, algo que nos indica que hay más allá de lo que conocemos y desconocemos. Un sentido mágico-ritualista que nos lleva a plasmar simbología en nuestra piel, cargar con nuestros amuletos de protección, asistir con curiosidad a la pantalla grande para aprender más acerca de lo que en otros lugares fuese motivo de acuse de prácticas oscuras (con pena de muerte), y que ahora se busca un entendimiento de que, quizá, el mal o el bien depende del uso que le demos a nuestra vida.
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Mike Flores
Licenciado en Psicología, entusiasta de la escritura, el horror y el terror, aprendiz de CM, caballero de la música, bajista en Odd y guitarrista en nuevo proyecto Circus.