El refri asesino
Concepción Figueroa
Imagina un mundo donde las cosas tienen sentimientos y sensaciones, esto puede remitir a un lugar maravilloso donde la lavadora baila mientras el ventilador canta y la mesa los observa risueña… Pues no, no en este cuento de Pepe Rojo llamado “Cosas”. En él se ha encargado de crear un mundo realmente genial donde los seres humanos conviven con objetos que tienen sentimientos y, por lo tanto, conflictos internos. ¡Tremendos!
Con una estratégica inversión de valores, el autor extirpa la emocionalidad de las personas, los vuelve fríos (podría decirse que hasta distantes), sus sensaciones están siempre bajo control; sienten, hablan, viven e incluso se lamentan al pagar las cuentas del psicólogo a donde son enviados ciertos objetos que sufren depresión, pero nada más.
Pepe Rojo
Sucede que el refrigerador se deshiela por la tristeza de sentir pudrirse la comida en su interior; el reloj se quedó parado a las 3:00 am y no saben por qué. Son los objetos los que tienen terribles crisis, los que se comportan de maneras emocionalmente destructivas. Si pasas junto a la mesa estira su pata para que te caigas, el sistema de ventilación sufre de hiperactividad o los refris se vuelven una banda de asesinos… Ningún objeto está feliz de ser quien es.
“En la noche, mientras todos duermen…
La pecera envidia el porte de la lámpara de pie. La temperatura del agua sube unos cuantos grados y mata al pececito que nadaba en ella. El sofá reclama a la silla mecedora su actitud insolente y despreocupada. La silla de mecer cuchichea obscenidades al mantel de la mesita, que, a su vez, recita oraciones piadosas. La alfombra, que ahora es marxista, intenta explicar a un florero la manera en que es explotado por el sistema.”
Un texto increíblemente divertido y, aunque quisiera contarles el final, no lo haré: no sería capaz de robarles esa maravillosa experiencia.
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AQUÍ puedes leer el cuento.
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Imagen de cabecera: portada del disco The Fridge and the Power it Holds, de Killer Refrigerator.
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Concepción Figueroa, mujer, literata y profe.
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Sólo no lucres con él y no olvides citar al autor y a la revista.
