Seleccionar página

LA CAÍDA DE WARREN ELLIS

Juan Manuel Díaz

 

En mi opinión, Warren Ellis (Essex, Inglaterra, 1968) es uno de los mejores guionistas de historietas que hay actualmente… o al menos lo era. La cuestión es que hasta treinta y tres mujeres denunciaron haber sido víctimas de abuso sexual, coerción, manipulación, gaslighting y abuso emocional por parte del autor. En tiempos actuales, analizar la obra de un agresor sexual puede ser visto negativamente tanto para el autor del análisis como para el medio en donde se publique. Antes de continuar me gustaría mencionar que debe haber una responsabilidad por parte de cualquier autor en situaciones semejantes. Sin importar que sea Ellis o Woody Allen, me parece que es preponderante considerar los actos y no caer en la ingenuidad de que todo autor y obra ocurren en el vacío. Hay compromisos entre la obra y su creador*.

*

Warren Ellis

*

Ahora bien, me parece que una parte importante de este tipo de discusiones —así como otras que puedan ocurrir al respecto como la pretensión de separar al autor de la obra— requiere precisamente el análisis de vida y obra para comprender lo que se obvia: toda obra artística —además de estética— es una obra social e histórica susceptible a contradicciones y que nos habla de un tiempo determinado.

Es así como, hablando de la obra de Ellis, me remito a uno de sus mejores cómics: Fell, publicado por Image Comics en 2005 e ilustrado por Ben Templesmith. Solamente duró nueve números entre septiembre de 2005 y enero de 2009. Si, como dice el escritor uruguayo Mario Levrero, al conocer una obra de arte conocemos el alma del autor, Fell nos muestra el mundo interior de Ellis como un mundo contradictorio, violento y tétrico, tal vez dando visos de aquello de lo que se le acusa.

*

*

La premisa de Fell es sencilla: el detective Richard Fell es transferido a Snowtown, un puesto en la zona más pobre, violenta y corrupta de una ciudad estadounidense sin nombre. El arte de Templesmith acentúa las características de Snowtown por medio de su estilo expresionista, acentuando las sombras. El realismo no es importante, lo que importa es la construcción de una atmósfera y de la emotividad de los personajes por medio de los colores y trazos barridos. Es como si una cámara estuviera desenfocada, lo cual acentúa la falta perpetua de certezas y de seguridad. Tanto el lector como Fell desconocen lo que ven y los alrededores. Bien pudiera ser la atmosfera de un sueño, una alucinación o una pesadilla por parte del protagonista.

*

*

El detective Fell se encuentra con lo peor de la humanidad en un lugar que carece de protección y en donde los habitantes pintan una “S” gigante para obtener la protección de la propia ciudad, casi como si fuera un ser vivo. Cada historia es un caso autocontenido en la vida de Fell, pero que cuyos asesinatos violentos fueron extraídos por Ellis de la prensa. Es decir, Fell persigue verdaderos asesinatos. Digamos que no es la mente perversa la que diseña los asesinatos, pero los vuelve una experiencia estética casi única empaquetado en una forma noir.

*

*

Además —y tal vez debí empezar por esta parte—, el experimento de Fell es un experimento económico. La pretensión de Ellis es publicar un cómic de no más de 1.99 dólares por número sin necesidad de comprar otro para comprender la historia. El objetivo del autor es disfrutar una historia corta e inclusive algunos escritos que dan luz al proceso creativo del autor, lo cual da otra dimensión a la obra. Una que en la mayoría de los casos no se toma en cuenta, o al menos no tan importante en el diseño de la historieta.

Es cierto que la crudeza de la narrativa, la violencia, el arte explícito y temáticas sensibles no son para todos los lectores. Sin embargo, quien se aventure a las páginas de Fell encontrará uno de los mejores cómics de los últimos veinte años, el cual —en más de un sentido— redefine al medio y sus posibilidades.

*

Los 9 números de Fell.

*

Para terminar en un círculo: si bien recomiendo leer Fell, también recomiendo tener en consideración la propia caída del autor, semejante a la del detective Fell. Las acusaciones sobre acoso sexual de Ellis no son, en ninguna manera, cosa sin importancia y, más allá de censurar o silenciar su obra, me parece que cada lector debe decidir su relación con la obra.

**

* Dicho sea de paso, me parece que no existe per se la cultura de la cancelación. Ciertamente la última historieta de Ellis fue cancelada, pero —en casos similares— Woody Allen y Roman Polansky siguen haciendo cine sin ningún tipo de repercusión. Me parece que quien afirma que las denuncias de acoso sexual acabaron con las carreras de ambos directores no solo cae en una exagerada simplificación, sino que inclusive niega los hechos. Particularmente lo siento más grave con respecto a Polansky, porque Chinatown sigue siendo una de mis películas favoritas. Pero al mismo tiempo no olvido las acusaciones de violación que tiene el director.

****

Juan Manuel Diaz de la Torre

Tengo 36 años y nací en la Ciudad de México un 11 de octubre de 1985. Ese día fue viernes y debí nacer a las 6 de la mañana, pero llegué hasta las 8. Tal vez por eso me gustan los viernes y dormir hasta tarde. Soy escritor de poesía, cuento, novela y viñeta, aunque mi trabajo diurno es ser profesor e investigador. En realidad, creo que mi chamba es comunicar: sin importar que sea una reflexión en forma de cuento, un análisis de una película o algún apunte sociológico, lo único que hago es comunicar.

 

¡LLÉVATELO!

Sólo no lucres con él y no olvides citar al autor y a la revista.