SAGA
temo por el futuro de Lying Cat
(Brian K. Vaughan & Fiona Staples, Image Comics, 2012 a la fecha)
Pok Manero
Brian K. Vaughan es, indiscutiblemente, uno de los mejores escritores de comics hoy en día. No por nada con sus diversas series ha ganado siete Eisners y un Hugo, sin contar las múltiples nominaciones adicionales. Vaughan sorprendió al mundo entero con su aclamado Y: The last man (Vertigo, 2002-2008) al retratar de forma completamente verosímil cómo sería un mundo sin varones, con arte de Pia Guerra principalmente. Casi a la par, desarrolló con Tony Harris Ex Machina (Wildstorm, 2004-2010) con esa mezcla de Ciencia Ficción, superhéroes y política. No sólo ha realizado comics “de autor”, pues también creó junto con Adrian Alphona a los entrañables Runaways (Marvel, 2003-2008), un grupo de niños que descubre que sus padres son en verdad supervillanos y, como sugiere el título, huyen de casa para hacerles frente. Y cuando todos pensábamos que su especialidad eran las series de largo aliento, nos sorprendió una vez más con la novela gráfica Pride of Baghdad (Vertigo, 2006), en donde las ilustraciones de Niko Henrichon acompañaron a sus palabras para contarnos la trágica historia cuasi verídica de la manada de leones que escaparon de un zoológico tras el bombardeo a Irak en 2003. Tras amasar esta impresionante lista de éxitos, se alejó por un tiempo del mundo del noveno arte para entrarle a las series de televisión con Lost.
El 2012 nos trajo su tan esperado regreso al mundo de las viñetas con Saga, comic que versa sobre la paternidad y sus obstáculos dentro de un entorno que mezcla la Fantasía con la Ciencia Ficción en un matrimonio tan improbable –mas funcional- como el de sus personajes. Antes de hablar sobre la historia, quisiera detenerme para hablar de la editorial. Para Vaughan y Staples era importante poder tener completo control creativo así como los derechos de adaptación, pues no pretenden que su saga, valga la redundancia, sea llevada a ninguna pantalla –chica o grande por igual. Con esto en mente, se propusieron crear algo demasiado caro para la televisión y demasiado sucio como para ser el estreno popular de verano en cines. Además, querían una editorial que les garantizara el mismo precio por ejemplar durante toda su corrida, sin importar el número de páginas (y estableciendo una cantidad mínima de páginas de historia, sin contar publicidad). Sólo Image satisfizo todas sus condiciones. Y no es poca cosa, precisamente por esto la editorial está publicando las cosas más interesantes de la industria actualmente, pues les da a sus creadores todas las libertades que quieran.
Para hablar sobre la trama, tenemos que hablar sobre el conflicto entre el planeta Landfall, habitado por humanoides alados adeptos a la tecnología, y su luna Wreath, cuyos residentes portan cuernos o astas en sus cabezas y recurren a la magia que hay en la naturaleza. Esta guerra, iniciada muchas generaciones atrás, fue “exportada” a otros planetas dada la interrelación gravitacional entre los cuerpos celestes en donde se originó y la consecuente imposibilidad de destruir por completo al otro sin salir de órbita. Es así que la reyerta llegó a todo rincón de la galaxia, afectando por igual a aliados, oponentes y neutrales. En medio de todo esto está Marko, soldado de Wreath que decide rendirse al no verle más sentido a la lucha y es tomado prisionero. Alana, una de los guardias landfallianos, es rebelde por naturaleza. Una novela sediciosa los une inadvertidamente y deciden huir, traicionando a sus respectivos ejércitos y granjeándose muchas malas voluntades. Por si fuera poco, esta unión prohibida da como fruto a una bebé, con cuernitos y pequeñas alas, quien es la narradora de la historia.
Como es costumbre de BKV, su narrativa es muy fluida y completamente adictiva, uno no puede dejar de dar vuelta a las páginas. La única diferencia es que en esta ocasión no recurre a tantos cliffhangers en la acción, sino que en algunos finales de capítulo utiliza lo que podríamos llamar cliffhangers emocionales. Su construcción de personajes es tan meticulosa que resulta imposible no encariñarse con ellos. Desde los padres protagónicos, pasando por los abuelos paternos e incluso el cazarrecompensas The Will y su compañero, Lying Cat (un felino enorme que con un vocabulario de tan sólo una palabra logra ganarse nuestro corazón), no hay personaje que no resulte empático y agradable. No puedo dejar de mencionar a Izabel, la niñera fantasma de la bebé, quien tiene mucha personalidad y vida, por contradictorio que sea. Todo esto me hace temer por ellos, pues es bien sabido que Vaughan tiene finales que son, a mi parecer, innecesariamente crueles. Pero esta vez el autor no se esperó a llegar al final de la historia para matar a los personajes, en los apenas tres volúmenes que van publicados ya lleva dos muertes importantes y algunos cambios de status bastante drásticos para otros. Lo cual me hace temer aun más por los que quedan.
Fiona Staples fue elegida por Vaughan precisamente porque su arte no se parece al de nadie más. Con un estilo más bien europeo, la dibujante no recurre a lápices y tintas por separado sino que pinta, no sé si con brocha o de manera digital, lo cual da a su trabajo un aire distinto a lo que estamos acostumbrados a ver en otros títulos. Ella misma colorea sus ilustraciones, utilizando una paleta de todos los colores para crear los diversos panoramas de otros mundos, transportándonos a ellos por completo. Algo que a ella no le gusta dibujar es máquinas y cosas tecnológicas, por lo que sus naves y edificios tienen diseños extraídos de la naturaleza: es así que podemos ver un árbol-cohete espacial, o naves que parecen cráneos de animales gigantescos o moluscos voladores. Y su maestría para trazar expresiones faciales complementa a la perfección las emociones contenidas en las palabras.
Apenas se han publicado tres trade paperbacks, que recopilan los dieciocho números que lleva la serie. Tras cada arco de historia, Vaughan y Staples se han dado hiatos de dos a tres meses antes de lanzar el siguiente, dando tiempo de afinar la historia para evitar retrasos en la periodicidad del título (pero haciendo que tengamos que esperar más entre cada uno). Así que están perfectamente a tiempo para entrarle desde el principio. O bien, si prefieren sus comics en español, la buena noticia es que acaba de salir a la venta el número uno publicado por Kamite, incluso con una coqueta portada variante de fondo plateado. Si lo están pensando, les digo de una vez: no lo duden. Sigan esta serie, les aseguro que no se arrepentirán.
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Adrián “Pok” Manero, tras años como lector asiduo, decidió que el siguiente paso en su manía consistía en elaborar sus propias ficciones. Se dedica compulsivamente a leer comics y libros y a ver películas, quisiera ser como los gatos y disfruta escribiendo sobre sí mismo en tercera persona. vinetaspalabrasyfotogramas.blogspot.com