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WEBTOONS COREANOS

de Horang

 

Kari Martínez

 

Hace unos años (2011), todos nos volvimos algo locos con un webtoon que apareció en internet desde Corea del Sur en el portal Naver Webtoon: era Bongcheon-dong Ghost y le quitó el sueño a varios. Las imágenes y la forma en la que se lee le dieron fuerza a una historia que se concibió en una lengua que la mayoría de sus espectadores desconocemos. Al recorrer los gráficos y los pasos de la protagonista, se mantienen los escalofríos, el suspenso y el miedo por lo que vamos a ver o escuchar.

 

Este cómic fue hecho por Horang, pseudónimo de Choi Jong-Ho, un escritor y artista gráfico que mantiene un blog lleno de material fantástico y de horror, en el que incluso ha compartido webtoons basados en películas de terror recientes, como El Conjuro 2 y Lights Out. Ambos cómics no han sido traducidos al inglés; sin embargo, aun estando en coreano, logran expresar y provocar en sus receptores del otro lado del mundo, el terror impregnado en estas historias.

Las anécdotas narradas por Horang están mayormente vinculadas a fantasmas que provocan terror y buscan venganza. En Corea, los entes que tienen asuntos sin resolver, y que por lo tanto no pueden abandonar el mundo vivo, se reconocen como gwishin, 귀신, de los cuales hay diferentes tipos, según la causa de su muerte; pero el más popular, cuya imagen se emplea en las películas orientales es el Cheonyeo Gwishin, 처녀귀신, un fantasma femenino vestido con un hanbok blanco o sobok, 소복, prenda tradicional de luto, que lleva el cabello suelto porque, al haber muerto soltera, no puede llevarlo recogido. Esta clase de gwishin también se conoce como “fantasmas vírgenes”. También están los Mul gwishin, 물귀신, fantasmas de gente que murió ahogada y que vagan en lugares con agua, por lo que su “piel” siempre está mojada y muy pálida; o las Gumiho, 구미호, criaturas representadas por un zorro de nueve colas que, según la leyenda más oscura, puede tomar la forma de una hermosa mujer que atraerá a los hombres para comerse sus hígados y corazones.

Hay entonces diferentes gwishin y más seres en el folclor coreano, cuya naturaleza es mezclada con la esencia tétrica de lo moderno en las historias de Horang. Todos sus fantasmas tienen asuntos sin resolver, siguen aquí para completar algo que les falta, algo que no los deja descansar, algo de lo que tienen que ocuparse, como la venganza dirigida o caótica.

Son cuatro los principales webtoons de este autor coreano que han sido traducidos al inglés. Pero antes de darle clic a los links, hay que recordar que su lectura puede causar sobresaltos a personas sensibles e incluso no tan sensibles; si eres capaz de ver solo, con las luces apagadas, cómo Regan MacNeil baja las escaleras como araña en reversa sin inmutarte, no tendrás mayor problema, puedes acceder a las historias presionando sobre los títulos.

Bongcheon-dong Ghost se basa en una leyenda urbana que cuenta la aparición de una mujer fantasma en esta división del distrito Gwanak de Seúl; en vida, fue la señora Cho, quien se suicidó al perder la custodia de su hija. En el cómic, contemplamos desde la perspectiva de una chica que regresa a su casa cerca de medianoche, y que al levantar la mirada se encuentra con una mujer que camina de una forma muy extraña. Es obvio que algo está mal, pero tanto la chica, como el lector, continúan con un paso inseguro; es la protagonista la que ya no querrá avanzar, aunque el espectador siga. Éste no sólo es el primero de los webtoons publicados, sino que es probablemente el más popular.

Ok-su Station Ghost apareció el mismo año y está presuntamente inspirada en eventos reales, en los que una supuesta pareja cometió suicidio en esta estación de las Líneas 3, Gyeongui–Jungang y Gyeongwon del metro de Seúl. En esta historia, se combina además la tecnología, pues el protagonista se vale de las publicaciones en foros y de su teléfono móvil para compartir lo que está viendo: una mujer con un andar muy peculiar, de nuevo.

Posteriormente, en el 2013, Ghost in Masung Tunnel deja a las mujeres fantasmas para concentrarse en algo que también da mucho terror: los niños. El autor combina la historia de un presunto accidente de autobús en nuestra era con un suceso ancestral, en el que una familia fue decapitada por una falsa acusación de traición al rey Gwanghae.

Finalmente, Knock Knock se basa en un juego llamado “Wall-knock ghost”, una forma de contactar a un fantasma para hacerle preguntas; uno más que se une a la lista a la que pertenecen la Ouija o el infame Charlie-Charlie, y que refleja las curiosidades del ser humano por el futuro y por la vida más allá de la muerte.

Knock Knock es el más reciente de estos cuatro webtoons ya traducidos al inglés; publicado en el 2015, el suspenso no es lo único que atrapa aquí, sino que su narrativa se conecta con el trabajo previo de Horang, pues el lector puede toparse con referencias al Fantasma de la estación Ok-su, en un entramado de intertextualidad y metaficción.

El hecho de que Horang haya construido todas estas historias en lugares específicos del espacio coreano, las acerca a la posibilidad de su existencia, lo cual a su vez hace que crezca el miedo. También es posible apreciar que la mayoría de los fantasmas y de los personajes protagónicos son figuras femeninas: tal como las brujas del Occidente, las mujeres fantasma de las historias orientales se comen el mundo para reclamar un espacio que no les fue dado en vida. Nos aterran sus largos cabellos y ojos vacíos, que llenamos con nuestras propias emociones y reflejos.

Aunque generalmente expreso mi ferviente emoción por las palabras y las etimologías bestiales, en esta ocasión me di a la tarea de volver a traer a la superficie estos cómics virtuales, cuyos monstruos me recuerdan la ansiedad y el nerviosismo que destila la oscuridad, un sentimiento que todos hemos experimentado desde niños al apagar la luz, o de adultos al caminar por una calle en la noche; emoción que trasciende más allá de los fonemas y los signos de cualquier lengua.

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Dale clic a los títulos… si te atreves.

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Kari Martínez Zúñiga

Gusta de prestar voces a los animales y objetos, cual fabulista frustrada. De niña se escondía bajo la cama para asustar a los demás. Ama la lengua y se siente orgullosa de la Ñ en su apellido. Es fan de los zombis y experta en entender cuando se le traban los dedos a alguien mientras habla; pero la peor para escribir semblanzas.

depalabrasymonstruos.wordpress.com

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