¿Y qué si decidimos escapar de la realidad?
I
Marilinda Guerrero
Hablar sobre literatura fantástica es siempre motivo de contradicciones. Aún existe la confusión con otros géneros, tales como el realismo mágico y lo real maravilloso. Emir Rodríguez Monegal dijo “hablar de realismo mágico versus literatura fantástica es un diálogo de sordos” y sí. No hay un acuerdo común sobre las fronteras entre cada una de estas categorías.
El término realismo mágico fue introducido en América Latina por medio de España a través de la Revista de Occidente, dirigida por José Ortega y Gasset. En esta publicación tradujeron y difundieron el libro del crítico Franz Roh que buscaba dar cierta unidad a un grupo de pintores alemanes post expresionistas. El nombre del libro en alemán era Nach Expressionismus: Magischer Realismus: Probleme der neusten europäischen Malerei. Al traducirlo al español, se enfatizó únicamente el subtítulo Magischer Realismus, quedando así el término Realismo mágico. En charlas literarias el término se abrió paso y autores europeos comenzaron a llamarse mágico realistas.
Lo fantástico se asocia a las producciones culturales europeas a partir del siglo XVIII. Entre los primeros teóricos sobre el género está Tzvetan Todorov (1939-2017).
Todorov menciona que en el relato fantástico los hechos irreales no tienen justificación alguna. No existe una certeza sobre lo que está ocurriendo. El lector necesita explicaciones y estas no son provistas por el relato. El cuento será fantástico mientras dure la vacilación del lector, pero éste, al finalizar la lectura, tomará una decisión.
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Si el lector busca una explicación real a los sucesos de la historia, ésta pertenece al género de lo raro, lo misterioso.
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Si el lector decide aplicar nuevas leyes de la naturaleza para entender los sucesos en la historia, ésta pertenece a lo maravilloso.
Entre otro de los primeros teóricos encontramos a Louis Vax, que realizó una clasificación de temas fantásticos: hombres lobo, vampiros, el juego de lo visible y lo invisible.
Alicia Mariño define la literatura fantástica en un relato como un elemento sobrenatural o extraño que invade la vida cotidiana de un personaje y éste no encuentra una explicación racional de lo que ocurre. A partir de ahí se genera el miedo, el vértigo existencial. Puede que al final del relato se quede sin explicación. Menciona también que un relato fantástico es uno donde la técnica narrativa consiga hacer verosímil lo inverosímil.
Joanna Russ dijo que el género fantástico contraviene lo real y lo viola.
El mismo H.P. Lovecraft en un ensayo sobre el tema aseveró que lo fantástico “es un ramal estrecho aunque esencial de la expresión humana”.
La literatura fantástica tiene numerosos buenos exponentes. Sin embargo, algunos al hablar del género lo nombran como “fantasía” o “el proceso de imaginar”, e incluso invisibilizan o tratan como literatura menor a estas narrativas. Por otro lado, Lauro Zavala realizó una interesante categorización sobre lo fantástico ante lo posmoderno, con su itinerancia, simultaneidad, simulacros, hibridación, ironización; así como lo fantástico interactivo, que, según él, dio inicio a partir del primer tercio del siglo XXI.
Y bueno, a través de los años han surgido numerosos teóricos respecto al tema y, aunque en esta columna me basé en algunos de los primeros teóricos y otros escritores, quiero hacer mención que vale la pena ahondar en los teóricos contemporáneos sobre literatura fantástica, entre ellos Víctor Bravo, Antón Risco, Omar Nieto, entre otros. Algo que realizaré en las siguientes entregas.
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AQUÍ puedes descargar Introducción a la literatura fantástica de Todorov.
AQUÍ puedes descargar el seminario El sistema de lo fantástico de Zavala.
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Marilinda Guerrero Valenzuela (1980)
Guatemalteca. Ha publicado en revistas electrónicas, así como los libros de narrativa Relatos de sábanas (Letra negra, 2011), Escenarios de un mundo paralelo (Letra negra, 2012), Voyager(Subversiva, 2015) y Odisea de tres mundos (Santillana, 2016). Fue incluida en la antología Cuerpos, relatos eróticos por mujeres (F&G, 2015). En poesía, publicó el libro Todos tenían derecho a estar presentes (Editorial cartonera Alambique, 2014).
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