BÓVEDAS DEL TIEMPO Y AUTOBIOGRAFÍAS

análisis de Indigno de ser humano de Osamu Dazai

 

Lord Crawen

Para todos los que se han ido…

 

La muerte es la más extraña naturalidad a la que tenemos que acostumbrarnos desde el momento en que nacemos: no existe medicina o cura, solamente el remedio de vivir cuantiosamente día a día lo mejor que podamos.

Estas atrevidas líneas, extremas y aterradoras como se leen, pueden ser interpretadas de forma distinta de acuerdo con el ser humano que las esté leyendo; su impacto no es el mismo al de un niño que ha encontrado este texto o al de un adulto mayor postrado en cama.

¿Cuál es entonces el motivo de vivir antes de morir?

A lo largo de su creciente estancia en este mundo, la humanidad tiene una lucha contra el tiempo para mantenerse vivo de alguna forma, ya sea física o a través de algún arte. A pesar del empeño de tratados médicos, grandes estudios del arte, composiciones musicales o fotografías de lugares que también cambian, existen seres que se niegan a vivir.

La humanidad ha tenido momentos oscuros en su vida, tanto así que se ha señalado que actualmente entre todos los periodos de la humanidad durante siglos se ha acumulado al menos dos días de absoluta paz. Los números aterradores de decesos en todo el mundo por circunstancias que no entendemos tratan de ser ahora borrados, los comentarios sobre muertes son tachados; hoy el suicidio lleva el mote “desvivir”, como si trataran de ocultar lo difícil que ya es la vida para un puñado de personas, mientras su servidor escribe este artículo con verdades aterradoras más allá de los cuentos fantásticos y de horror.

No menosprecien a la vida, pero tampoco menosprecien a la muerte.

Hoy en día hacen campañas de ayuda a quienes, sin necesidad de gritarlo, pasa por su mente una delgada línea que atraviesa su corazón y comienza a detener el sentimiento de vida que muchos otros tienen u ocultan. Las redes sociales son el panorama más intrincado, lleno de personas cuya función es tratar de hacer felices a una audiencia que sobrevivió a una pandemia, pero que detrás tal vez no estén del todo felices. La automatización laboral no ha hecho más que agravar en ciertos casos estos sentimientos.

Detengan un momento esta abrumadora lectura de realidades y respiren. Observen a su alrededor. Encontrarán su pequeño mundo, construido a través de su trabajo e imaginación. Piensen en lo difícil que sería dejar todo atrás por lo que hemos soñado.

El mundo actual, fuera de nuestros pequeños universos mágicos, no ha cambiado, pero ha regulado, hasta cierto punto, el impacto mundial que existe. Hoy todos tratamos de preocuparnos por todos; tratamos de preocuparnos más que nunca por nosotros. Tal vez la situación no es tan grave como la que vivió Osamu Dazai, un escritor japonés que decidió quitarse la vida en el año de 1948. Si buscan al autor, encontrarán en su obra muchos libros sobre intentar vivir. Cabe señalar que este escritor japonés tuvo que lidiar con el impacto de una bomba atómica y sus repercusiones.

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Japón, sin duda, es un país que ha sabido sobreponerse (con la ayuda de su gente y su mentalidad) y ser una potencia mundial en cuanto a tecnología, pero también tiene un alta tasa de suicidios debido a la soledad individual de su cultura.

Dazai escribió un libro autobiográfico, desafortunadamente, titulado Indigno de ser humano. Cualquier otro autor de horror fantasmagórico y cósmico comenzaría a trazar las líneas de un decadente monstruo metafísico del que se desprende el personaje en cuestión, pero este libro no es así.

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En este libro, Dazai cuenta la vida de Yozo, un joven decidido a morir, a suicidarse, a quitarse la vida. Si, así se lee y así se escribe, es la cruda realidad. Pero Yozo, en un resquicio de esta nueva identidad suya y una decisión que nadie va a cambiar, escribe su vida en tres fragmentos, como si se tratara de un diario. Yozo termina en el último capítulo; no culmina bien su historia, pero sabemos lo que ocurrió después. Gracias al descubrimiento de otro joven, que encuentra tres fotografías y los escritos de Yozo, podemos leer todo lo que tuvo que pasar para llegar a la firme decisión de dejar de existir en este plano.

Más allá de la ficción sobrepuesta en este libro, agradecemos a Dazai por saber plasmar lo terrible que es tratar de vivir con la muerte a cuestas.

El panorama de este autor, mientras escribía el libro, fue también de tres intentos, hasta que consiguió liberarse de la vida. Terminando así, el que posiblemente sería su último libro. Dazai no pudo ver el Japón del futuro ni cómo se convertían en potencia mundial ni tener familia o verla crecer. Dazai no pudo ver las tardes con árboles de cerezos ni el impacto del anime y los videojuegos. Tal vez no lo necesitaba. Dentro de su obra plasmó valientemente una carta a los desfavorecidos.

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Una vez que terminé el libro no pude más que abrazar el alma inmortal de Dazai transformada en páginas; abrazar mi persona, tomar la decisión de vivir no sólo por mi familia sino también por mí (porque aún hay muchas historias que contar), por mis monstruos bajo la cama y en el armario (que llegan en sueños en busca de un hogar frío y tenebroso bajo cada una de mis páginas).

Este artículo no es una reseña. Indigno de ser humano es una obra con el sobrenombre de ficción, difícil de leer, pero esperanzadora al final del último capítulo. Este artículo, más allá de invitarlos a leer un libro que va a ser difícil digerir, pretende invitarlos a vivir, a hablar sobre sus problemas, a externar su duelo, a pedir ayuda, abrazarse y dejarse abrazar en los momentos más terribles de la vida.

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Escriban. Pinten. Moldeen. Hagan música. Sean creativos. Respiren.

Que sus monstruos los inspiren, que no los hundan. Aquí estamos todos, en el mismo barco, con habitaciones donde la imaginación fluye.

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Jezreel Fuentes Franco (Lord Crawen) nació el 29 de junio de 1986 en la Ciudad de México.

Estudió Ingeniería en Comunicaciones y Electrónica en el Instituto Politécnico Nacional.

Participante de Concursos Interpolitécnicos de Lectura en Voz Alta, Declamación, Cuento y Poesía.

Ha realizado ponencias en eventos de «Literatura del horror” en el auditorio del centro cultural Jaime Torres Bodet.

Actualmente publica en El nahual errante y Sombra del aire, ambas revistas de corte virtual.

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