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LILIANA HEKER

LA INCOMODIDAD DE LO COTIDIANO

 

Amaranta Castro

 

La conocí en un taller, mientras escribía sobre una mujer obsesionada con el hambre. No era un hambre de comida, al menos, no únicamente. Fue entonces cuando me recomendaron leer “La fiesta ajena” de Liliana Heker. Me bastaron unas cuantas páginas para comprender que Heker sabe ver el revés de las cosas. La autora tiene la capacidad de provocar inquietud sin desmesura. Su escritura se desliza con desvíos sutiles hacia lo absurdo en situaciones cotidianas, a veces situada en esa frontera entre lo fantástico y el extrañamiento. Sus cuentos, que a menudo se perciben obsesivos, también parecen instalarse donde minutos antes todo era calma.

Recuerdo que, en una clase que tomé con ella, confesó que escribió “La fiesta ajena” casi como una afrenta personal; le habían propuesto participar en una antología titulada Gente que lee en la playa. Ese fue el detonante que la impulsó a terminar un cuento que le había llevado tiempo concluir. Lo escribió, dijo, para arruinarle el día a quien leyera en la playa, o algo así recuerdo. Los textos que describiré a continuación pueden encontrarse en Cuentos reunidos (Alfaguara, 2016).

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LA FIESTA AJENA

Rosaura asiste a una fiesta de un grupo de niñas y un mono. En este relato no es el desenlace, sino la forma gradual con que Heker abre las puertas a una atmósfera marcada por la crueldad infantil y la hipocresía adulta a través de la violencia de lo no dicho. La fiesta en realidad es un relato en que, bajo la apariencia de celebración de niñas, se revelan los mecanismos sociales e íntimos que se mueven detrás de estos dos planos. Quizás ahí reside la sensibilidad de Heker para poder captar eso detalles mínimos, que hacen que el imaginario de las fiestas infantiles se conviertan en una experiencia dolorosa.

AQUÍ lo puedes leer.

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UN SECRETO PARA VOS

Los cuentos de Liliana Heker me invitan a observar cada uno de esos momentos en donde, sin nombrarse, se siente que algo injusto ocurre, y este cuento es un ejemplo de ello. La protagonista, Albertina, es una mujer que causa rechazo inmediato en los demás apenas entra a Maison Saint-Simon. Su figura desentona con el espacio y las mujeres que la observan. Sin necesidad de hacer algo, su presencia molesta. En el cuento habita la violencia silenciada; la crueldad envuelta en cortesía. Resalto las escenas en donde la ternura de Albertina contrasta con la atmósfera del cuento, y en donde se enmarca con énfasis su compromiso laboral y en su maternidad. En el cuento aparece lo que Heker nombrará en más cuentos como “los otros”, tema que me gustaría escribir en otra columna. Hacia el final, la figura de Albertina alcanza los bordes con lo grotesco que desentona con los colores, las telas y la suavidad del lugar. En el cuento no se tolera lo distinto, aunque sea noble. Aquello que se oculta con gestos amables o frases educadas es lo que más daña en el relato.

AQUÍ lo puedes leer.

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DELICADEZA

En este relato, Liliana Heker narra  un evento doméstico en la vida  de la señora Brun: una pequeña fuga de agua. Lo anterior se convierte en el detonante del cuento, pues inicia una serie de sospechas hacia quienes la rodean. En este escenario la atmósfera crece a partir de miradas desconfiadas, además de los pensamientos que alimentan la desconfianza de la señora Brum. En este relato también aparecen “los otros”, figura que va delineando  temas como la exclusión o el prejuicio social. Con un final casi demencial que nos hace preguntarnos cuántos de nuestros miedos son reales.

AQUÍ lo puedes leer.

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En síntesis, en los relatos de Liliana Heker observamos esa violencia silenciosa y soterrada. La energía del misterio está puesta en los vínculos ambiguos de los personajes. Heker nos recuerda que lo pertubador se disfraza, se cuela en la cotidianidad de una fiesta, en nuestras desconfianzas hacia lo que desconocemos y en nuestros propios prejuicios. Su obra, tan dulce como inquietante, nos confronta con nuestra propia hostilidad hacia los otros. Esa hostilidad que se proyecta en la exclusión y que, aunque oculta, se muestra apenas a unos centímetros debajo de la tierra. Una exclusión cómplice, que siempre está presente, más infiltrada que nunca.

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Amaranta Castro

Primer lugar en la categoría de Poesía en el Festival Internacional de Escritores y Literatura de San Miguel de Allende.

Ha publicado en diversos periódicos y revistas.

Sus poesías fueron seleccionadas en la obra de escritoras contemporáneas mexicanas Romper con la palabra (Eon, 2017)

y participó en la antología peruana Microrrelatos de horror escritos por mujeres (Luna Negra, 2022).

Autora del libro Bosque Camaleón (Crisálida, 2022).

IG:_amantine_

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