SUPERNOVA 2016
Los límites entre la realidad y la ficción
Valerie Vetra
Desde hace tiempo me he interesado por los efectos de la ficción en el lector o espectador común. En cuanto a la literatura, esta se ha reflejado principalmente en el lenguaje, pero me he encontrado con otra modalidad en que lo irreal se ha abierto paso entre nosotros y me parece importante reconocerlo. Las convenciones de comics y ciencia ficción permiten al amante de la fantasía un espacio seguro donde romper los límites entre la realidad y la ficción. Antes de presentar los resultados de mi pequeño trabajo detectivesco, permíteme, lector, exponerte a la situación:
El sábado 10 de septiembre de este año se llevó a cabo la edición 2016 de la convención llamada Supernova. En Mexicali, donde resido, se realizan al año aproximadamente 6 o 7 eventos, la mayoría dirigidos a otakus o amantes de los animes y mangas. De este número de eventos, sólo 2 o 3 son de tamaño considerable, con programación para todo el día, concursos, premios e invitados de fama. El resto son pequeñas aglomeraciones en plazas públicas con eventos sencillos y que en realidad están hechas para obtener dinero de las ventas de mercancía geek que no se encuentra fácilmente.
Queda claro entre los que estamos adentrados en este ambiente (aunque sea superficialmente) que hay una clara división entre otakus, gamers y amantes de la ciencia ficción. En esta ciudad fronteriza y desértica, ninguno de los grupos son lo suficientemente numerosos para tener eventos exclusivos a su área de interés. Por ello, cuando uno decide ir a uno de estos eventos en la ciudad sabes bien de antemano que, en cuanto a mercancía, prácticamente lo único que vas a encontrar son animes y mangas, posters y playeras de videojuegos. Hay convenciones promocionadas para gamers, pero engloban a los tres tipos de personas. Convenciones como Supernova se publicitan como “comics, games y sci-fi”, pero no había ni un solo comic (aludiendo a obras occidentales). Sin embargo encontré muchísimos mangas y productos relacionados. Había un área gamer y encontré el “fi”, pero no el “sci”.
No me malentiendas, lector, no intento demeritar a ningún evento; sin embargo, reconozco que hay una predominancia de cierto sector poblacional pese a la publicidad. No puedo culpar a los organizadores que tenían definido el enfoque del lema “comics, games and sci-fi” en su publicidad, pero los mismos asistentes y vendedores decidieron adoptar otra perspectiva. ¿Deberían de cambiar las convenciones? Lo considero innecesario, puesto que los que asistimos sabemos bien qué vamos a hallar.
La convención Supernova es en Mexicali una de las con más grandes y completos locales. No tiene comparación con otras reuniones extranjeras o nacionales, pero es uno de los eventos que espero año con año. Hay varios detalles que se esfuerzan en tener y que dan una especie de toque hogareño que no es fácil de lograr. Desde que entras al lobby previo al centro de convenciones te encuentras con pequeños expositores que muestran proyectos locales artísticos. Se presenta el club de Lolitas, un proyecto de comic local llamado Ultraviolencia y pequeñas estatuas de papel mache para ambientar. El año pasado había una Tardis tamaño real, y este año distribuyeron varias pokeparadas como de un metro y medio. Una vez dentro, ubicas de inmediato el área gamer (decenas de PCs, consolas y pantallas), el área de juego de roles y cartas (Yugioh principalmente), el área de comida, el área de venta y el pasillo de los artistas: un pasillo dedicado a artistas locales para que vendan pequeños productos (la mayoría son diseñadores gráficos y artistas digitales): stickers, libretas y dibujos chibi bajo comisión.
Es, pese a todo lo enlistado, el capital humano el que hace la diferencia. No he conocido hasta el momento un lugar tan amigable donde puedan convivir cosplayers, otakus, gamers, amantes del sci-fi, familias, espectadores curiosos y personas totalmente ajenas al ambiente. Cuando ves pasar a los cosplayers por el lugar, en muchos de ellos ya no reconoces al aficionado que decidió vestirse. Ves a un Tony Stark sin armadura, a las Sailor Moon listas para enfrentarse a sus enemigos, a Deadpool (o varios Deadpools) divirtiéndose como lo harían en los comics o las películas.
Cuando volteas al escenario te encuentras con que basta el ambiente apropiado para perder la pena y hacer lo que te gusta, para cantar a todo pulmón el opening de un anime o hacer la impresión de un personaje de fantasía. Para cuando llega la noche, cuando ya se presentan los cosplayers y los grupos de coverdance, se ha roto totalmente cualquier duda. Estamos todos ante un mundo que creímos sólo hallaríamos en la ficción. Nos enfrentamos a una nueva realidad. Por unas horas, sólo unas cuantas, no hay imposibles ni divisiones. Somos uno con la ficción.
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Fotografías: Abygail Contreras.
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Valerie Vetra nació en Irapuato, Guanajuato, el 5 de diciembre de 1994. A los pocos meses se trasladó a Mexicali, Baja California, donde ha vivido casi toda su vida. Formó parte del taller de creación literaria del programa Talentos Artísticos de Baja California del 2010 al 2013, en cuyo periodo se publicó una antología con los trabajos del grupo. Obtuvo mención honorífica en el certamen de cuento Intercobach 2011. Cursó satisfactoriamente el seminario de formación de novelistas impartido por el académico de la lengua, el profesor Elmer Mendoza. En el 2012 contribuyó a la publicación de dos antologías de cuento (Voz en Silencio II y Frutos del árbol muerto). Publicó un cuento en la revista electrónica Letras Raras de julio del 2012, así como en Círculo de Poesía a mediados del 2015. En 2014 formó parte del taller de cuento del Centro de Apreciación Literaria de la Universidad Autónoma de Baja California. En agosto del mismo año fue invitada como escritora a participar en el VI encuentro de escritores Tiempo de literatura, celebrado en Mexicali. Fue becaria de Signos en rotación, de la Caravana Cultural del ISSSTE a principios del 2015. Actualmente cursa la licenciatura de docencia de la lengua y la literatura en la UABC e imparte un taller de escritura creativa en un plantel de COBACH en Baja California. Prefiere la narración, enfocándose principalmente en la ficción.