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PENUMBRIA

33

 

En esta convocatoria pedimos que los personajes principales fueran mujeres. No sabíamos cuál sería su efecto numérico, pero esperábamos alentar la producción de estos relatos, escritos tanto por hombres como por mujeres. Decidimos no incluir únicamente autoras para saber cómo respondería el público masculino, mayoritariamente joven, a la invitación de utilizar una voz femenina. Por lo general, el porcentaje de participación de mujeres en las convocatorias es de un 30%, y tratamos que la publicación se mantenga dentro de ese rango. En este número, la participación y publicación femeninas superaron el 50%. Otro dato: en cada convocatoria recibimos alrededor de 70 cuentos; en ésta, recibimos 105. Así que no sólo aumentó la participación, sino que más mujeres se animaron a mandarnos un cuento. Qué gusto saber que esas habitaciones propias se han multiplicado.

Cuerpos y nombres de mujeres como Prudencia, Galatea, Almoryl, Úrsula, Hortensia y Lucrezia se encuentran en esta antología que, sin quererlo, casi coincidió con la marcha nacional contra las violencias machistas realizada el domingo 24 de abril. Penumbria 33 se volvió entonces más importante para nosotros, porque las voces femeninas contenidas en ella expresan, como lo diría Giulia Colaizzi, las coordenadas históricas, sociales y culturales de ese punto de quiebre, de esa situación de violencia que no vamos a tolerar más. También queremos enfatizar el cambio cuya búsqueda forma parte de nuestros objetivos: el trabajo de las mujeres y sus voces no deben ser más ausencia o infrarrepresentación en ningún espacio, y eso incluye, por supuesto, a la literatura. Que este pequeño impulso sirva a todas las autoras y autores para que su labor creativa continúe, libre de opresión y estereotipos.

Sean bienvenidos a estas historias que, parafraseando el diálogo de Edith en Crimson Peak, son de mujeres, pero con sangre y fantasmas.

Ana Paula Rumualdo