Seleccionar página

EL CINE Y LAS MUJERES PSICÓTICAS

 

Miriam Gálvez

 

 

Hace poco participé en un conversatorio sobre mujeres  «desequilibradas», en donde las talentosas y hermosas Carolina Rojas —programadora del Festival Fantasmagoría— y Alejandra Rocas —curadora del contenido en Arrebato— me invitaron para realizar un análisis de algunos de los filmes más icónicos que formaron parte del libro House of Psychotic Women: An Autobiographical Topography of Female Neurosis in Horror and Exploitation Films de Kier-La Janisse (2012). Debido a mis notables pánico escénico y nervios no pude parlamentar de la manera que hubiera querido, ya que los textos son mejores aliados para mí de lo que puedo expresar hablando (sin redundar). A pesar de los inconvenientes personales, el contenido despertó una conciencia única que me permitió hacer introspección sobre la importancia de la psiqué en la cinematografía femenil.

*

*

Aleja y Caro —a quienes admiro mucho— me transmitieron y sucedieron sapiencia y expertise para retomar la premisa de La Janisse, cuya representación en sus vivencias explícitas y metafóricas plasmadas en este espectacular quehacer —ahondando en la estética y gusto (al igual que nosotras) por los filmes de horror, serie B y explotación; argumentos que maneja con rutilante proeza y que llevan por caminos femeninos inusuales para detonar nuestras prácticas como espectadoras y aficionadas del terror— nos permitieron  proyectar estas experiencias en lo habitual: el lugar recóndito en donde las mujeres habíamos sido confinadas por nuestro género. Sin embargo, hoy hemos trazado a pulso un espacio para expresarnos y compartir las destrezas por el particular gusto de estas singulares categorías —anteriormente exclusivas para hombres—, obteniendo un reconocimiento genuino sobre su perspectiva.

*

*

Por la fecha de su publicación, el libro deja fuera a películas que pueden dar cabida a la obcecación de la autora en nuestra actualidad. Féminas como la homónima Pearl (Ti West, 2022) o Dani Ardor de Midsommar (Ari Aster, 2020) encajan a la perfección en la filosofía de esta distinción. Por ello quiero retomar a Annie Graham (Toni Collette), la protagonista de Hereditary / El legado del diablo (Aster, 2018), figura que en el presente fungiría de lumbrera sincrónica en las personalidades de las crónicas que Kier preludia en su obra.

*

*

Hablar a grandes rasgos de los abolengos sucedidos como lo son la tragedia hogareña y la «mamá monstruo», cliché de una brutalidad conservadora que representan un gran desafío personal como una fatalidad de los preceptos sociales que constituyen a la clásica figura de la mujer y tema  —evidentemente— tabú, simbolizan una sujeción en la cotidianidad. Considerando que mi maternidad no fue planeada y que ahora observo como una experiencia que me ha marcado y pudiera dar cabida a emitir un juicio (perceptivamente) aproximado de venia parental para poder entender de lleno filmes con una narrativa que se centra en la procreación y la pérdida de un vástago de una manera quizá más objetiva —sin sonar pretenciosa—, no es necesariamente igual a la realidad de aquellos que no han vivido este hábito que podría diferir en otro panorama igual de válido.

   . 

A24 simboliza —en mi universo— el 4AD del cine. Casa productora que alberga algunos de los filmes contemporáneos más brillantes: The Blackcoat’s Daughter (Oz Perkins, 20015), The Killing of a Sacred Deer (Yorgos Lanthimos, 2017), A Ghost Story (David Lowery, 2017), The VVitch (Robert Eggers, 2015) y Hereditary son una muestra de ello.

*

*

El deceso de la matriarca en la familia Graham evidencia que nuestros leviatanes, desde los figurativos a los literales, envenenan nuestras líneas consanguíneas, incluso por los que consideramos más arraigados. Caso de Paimon, el demonio estrella, así como todo el culto parafernálico que gira alrededor de él (presente en joyería, dibujos); además del huésped humano: el cuerpo de Charlie (Millie Shapiro) —la nieta y más pequeña miembro del clan— y su característica peculiar que irrumpe a través de todo el filme con un perturbador chasquido que hiela la sangre.

*

*

El largometraje presume simbolismos tales como hormigas asociadas con bestiarios e infiernos. La manipulación de los objetos representada en una casa de muñecas —una forma metafórica de posesión— hacen ver al elenco más pequeño como si de marionetas se tratara. Esta manera infortunada de coexistir en el núcleo doméstico sobreviviendo al día a día por creencias morbosas enraizadas son elementos que conjuntamente con los sobrenaturales, decapitación y el fuego son determinantes para construir su atmósfera.

*

*

Refulgente cinta; un thriller de horror escrupulosamente esquematizado. Como el título lo ostenta, los personajes «heredan» la perversión, la enajenación. Sin embargo,  Aster no abusa de los recursos demoníacos como los clichés del pentagrama o de los jump scares. Collin Stetsol (compositor del score) presiona el ambiente con su saxofón, adentrándonos en un firmamento incorpóreo. Un tipo de largometraje que hace cotejos contiguos de terrorismo emocional y surreal del tipo de Lynch o Polanski, mientras flota con su propio salvavidas estético al mismo tiempo que va exprimiendo las emociones humanas relacionadas con el dolor, el resentimiento y la culpabilidad del engendramiento para convertirse en una alucinación autócrata, incluso si el rumbo final de la historia no es tan seductor como el trayecto que a veces juega con el onirismo.

El cast es ilustre: Gabriel Byrne y Alex Wolff, entre otros. La aureola para Collette como una de las mejores actrices y mujeres psicóticas más alegóricas del siglo XXI en el cine.

*

*

Remirar la cinta para poder hilar cabos sueltos me resultó aún más fascinante e inquietante que la primera vez. La crítica en su momento la describió como «el nuevo» Exorcista (William Friedkin, 1973). No estaría tan segura de esa etiqueta, pero definitivamente fue un nuevo hito que la convierte en una de las mejores y particulares películas de terror de todos los tiempos. Si hubiese un categoría como la que precedió a los Masters of Horror en los 2000, Aster exhibiría uno de los títulos principales.

*

****

Miriam Gálvez

SuperHeroína coyoacanense. Pseudo aprendiz sibarita. Bakeadicta. Cazadora de imágenes. Pesadilla, malestar creado por la mente enferma de algún noctámbulo en insomnio desesperado.

Instagram

https://www.instagram.com/noirtopia/

Twitter

https://twitter.com/noirtopia

Letterboxd

https://letterboxd.com/Noirtopia/

¡LLÉVATELO!

Sólo no lucres con él y no olvides citar a la autora y a la revista.