JACK EL INMORTAL
cuatro ficciones
Irad Ramírez
Es increíble que se desconozca la identidad de uno de los asesinos más infames de la historia. Este misterio ha alimentado la curiosidad popular a través del tiempo, dando lugar a diversas teorías sobre su mórbida naturaleza e inspirado diversas obras de ficción. Entre agosto y noviembre de 1888 hubo una serie de asesinatos violentos en Inglaterra, las víctimas eran mujeres vulnerables que se dedicaban a la prostitución. No parecía haber indicios que apuntaran a un culpable hasta que aparecieron unas cartas donde un tal Jack el Destripador se atribuyó los crímenes. Entonces lo que parecía ser el inicio de una ola de terror simplemente se detuvo dejando cinco muertes.
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Robert Bloch publicó en 1943 el relato “Suyo afectísimo, Jack el Destripador” (haciendo referencia a la firma de una de las cartas del asesino), posteriormente recopilado en diversas antologías y adaptado para la radio y televisión con un éxito moderado. Esta historia agrega un elemento sobrenatural al suceso: Jack sacrifica a sus víctimas a los dioses antiguos, obteniendo dones como la inmortalidad, mientras es perseguido durante medio siglo por un agente que sigue sus pasos hasta Estados Unidos. Es un relato corto y contundente de crimen, donde apenas se bosqueja a Jack a través de la perspectiva de su perseguidor.
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Un joven llamado Harlan Ellison leyó con entusiasmo el relato de Bloch y años después, en 1967, le propuso llevar más allá la premisa de éste, como parte de la mítica antología de ciencia ficción Visiones peligrosas. El relato, “Un juguete para Juliette” (guiño a la depravada heroína del Marqués de Sade), tiene como protagonista a la nieta de un extraño viajero del tiempo, el cual le regala máquinas de tortura del pasado y algunas víctimas con las que desata sus retorcidas fantasías.
En la misma antología Ellison incluye un relato propio con el que continúa la historia, llamado “El merodeador en la ciudad al borde del mundo”, donde Jack se encuentra con el viajero del tiempo en un futuro estéril (similar a los de Bradbury), contrastante a los callejones inmundos y sórdidos de la Londres victoriana de donde procede.
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En ambas historias se explora un futuro en donde el asesinato se normaliza a tal punto que sus habitantes son tan bárbaros como el Destripador.
Entre 1993 y 1997 Alan Moore junto al dibujante Eddie Campbell realizaron From Hell (título que también hace referencia a una carta de Jack). A diferencia de las historias de Bloch y Ellison, este cómic tiene un acercamiento más realista y denso, tomando como base un libro titulado Jack the Ripper: The Final Solution de Stephen Knight, cuya premisa liga la identidad del asesino con la corona británica.
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En From Hell los hechos pasan a un segundo plano y la historia se convierte en un pretexto para realizar una autopsia del Londres victoriano: la familia real que vive a expensas de una sociedad plagada de crimen, pobreza y enfermedad, escenario ideal para que Jack opere impunemente. Además es un tratado mágico donde Moore revela los símbolos ocultos en la traza urbana, en sus monumentos y templos, los cuales sirven de alegoría de una guerra secreta entre la diosa luna y el dios sol, artificio que recuerda al relato “La muerte y la brújula” de Jorge Luis Borges, donde un detective también sigue las pistas de un asesino ritual a través del plano de una ciudad que, motivado por su obsesión, crea un laberinto de símbolos místicos hacia un callejón sin salida.
La teoría de From Hell apunta a William Gul como Jack el Destripador. Es un médico con conexiones con la corona y forma parte de las altas esferas de los masones, es el hombre de confianza de la reina para ejecutar tareas clandestinas con discreción. Es la encarnación del Dr. Jekyll: de día es un miembro respetable de la sociedad, reconocido por su gran intelecto, y en la oscuridad es un ser depravado. Sus actos viles están alimentados por su racionalidad.
Si bien los acontecimientos que desencadenan los crímenes en From Hell son simples y mundanos, las motivaciones de Gul son retorcidas: perpetuar los símbolos mágicos que mantienen vencedor al dios masculino sobre la deidad femenina. Enemigo de los movimientos sociales y la igualdad de género (según explica a su tonto secuaz: “Aquí yace encadenada Diana; el alma de la feminidad atada en una red de signos arcanos para que la mujer abandone sus vanos sueños de libertad y acepte que sólo existe para reflejar eternamente el cruel esplendor masculino del Padre Sol”), para él la magia es voluntad humana canalizada por el ritual, la oración y el sacrificio.
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Hay una constante en el Jack de las ficciones anteriores: un deseo de inmortalidad a través del ritual. Gul en uno de sus discursos dice: “No desdeñe a los dioses: pese a no existir en términos materiales, no por ello dejan de ser poderosos y terribles”. Al ligar a sus víctimas con los símbolos del diseño oculto de Londres, busca traer de vuelta los viejos mitos, provocando miedo reverencial en una población impresionable. Como curiosidad, durante el apogeo de los crímenes se sospechó de un actor de teatro debido a su gran interpretación de Jekyll y Hyde.
La narrativa de los medios de comunicación normaliza los crímenes violentos, todos los días somos testigos de hechos lamentables. ¿Por qué sigue siendo relevante el caso de Jack? Casi un siglo después, en Estados Unidos se empezó a utilizar el término de “asesino en serie”, creando una galería de personajes con características excéntricas, la ilusión de que los depredadores son inadaptados con los que no tenemos nada en común, pero la crueldad y el misterio que rodea a los crímenes de Whitechapel nos recuerda que los asesinos también actúan impunes mientras se ocultan tras una apariencia de normalidad.
Jack comenta en From Hell: “Los mitos son la llave de nuestro hemisferio derecho: un mundo de dioses que, como la Atlántida, se hundió bajo las aguas de la edad de la razón”.
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AQUÍ puedes leer «Suyo afectísimo, Jack el Destripador»
AQUÍ puedes leer «Un juguete para Juliette»
AQUÍ puedes leer «El merodeador en la ciudad al borde del mundo»
AQUÍ puedes leer «La muerte y la brújula»
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Irad Ramírez
Artista visual y Especialista en Promoción de la Lectura, egresado de la Universidad Veracruzana. Se dedica a la divulgación de la literatura fantástica y de horror.
Fundador de Los Antiguos y Abismales, comunidad que se reúne periódicamente desde el 2017 para la lectura, análisis y discusión de cine y literatura de horror.
También colabora en el Reflexionario Mocambo, espacio cultural dedicado a la promoción de la lectura y las artes vivas.
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