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LA FICCIÓN SUPERA A LA FICCIÓN

Juan Albor

 

Quien piense que las historias que nos entretienen por horas, días y vidas enteras existen de forma aislada como si fuesen sistemas cerrados, se ha perdido de mucho. Es más, ni siquiera ha disfrutado al máximo las ficciones con las que ha vivido toda su vida.

Bien sabemos que los autores de tales relatos son mentirosos sensacionales, que nos rodean con sus palabras e imágenes, cual abrazo de súcubo, cual destino de uróboros: sensualmente y para siempre. Es así que rompen la frontera con la realidad y se llevan la cuarta pared… y la quinta, sexta, séptima y el techo y nos roban el piso y nos llevan a viajes tan bellos o espantosos como les permitamos.

Esa misma capacidad no sólo nos lleva a su mundo, sino que derrama ficción dentro del nuestro. Es entonces que, sin importar la presencia o falta de intención por parte del creador, aprendemos de las narraciones en las que nos sumergimos y su horror y gozo nos acompañan día con día.

Cada persona vive esto a su manera, pero en algunas ocasiones lo más fabuloso sucede: experimentamos la mezcla de ficciones y realidades de manera colectiva. Por ejemplo, Andrew Gordon y Kathi Jackson remarcaron el impacto que la cinta de 1975 Jaws (Tiburón) tuvo en la gente, que identificó el mar como un nuevo motivo de miedo y ansiedad tras el lanzamiento de la película. No sólo eso, sino que en el año de su estreno se registró una baja en la cantidad de visitantes a playas de EUA y, según Stefan Lovgren, tuvo mucha influencia en la perpetuación de estereotipos negativos sobre los tiburones.

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Incluso en su película de 2011, titulada Contagio, Steven Soderbergh hizo una referencia al efecto de Jaws. Uno de los personajes menciona cómo la gente a veces toma decisiones radicales por causa de una historia ficticia, al tiempo que ignora la información verídica de la cual puede depender su vida.

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Cuando la ficción es buena, nos lleva dentro de ella; cuando es excelente, nos transforma y la cargamos con nosotros por el resto de nuestros días. ¿Es un autor responsable por educar a sus lectores? ¿Un director de cine tiene que preocuparse por cada detalle para que no haya nada falso? ¡Para nada! Siempre que la coherencia interna se mantenga es suficiente. Somos nosotros quienes cargamos con la tarea de educarnos e investigar.

Los artistas sólo despertarán nuestra curiosidad, de la mano de fantasías que nos hagan amar, llorar, volar, temer, viajar y sufrir por millones de versiones diversas de mundos que nos recuerdan al nuestro. Sin embargo, nunca debemos olvidar que todo lo inventan como niños que dicen excusas cada vez más grandes y complejas, para no afrontar las consecuencias de sus errores.

Así, también los escritores y cuenta cuentos de este planeta disfrazan nuestra gris realidad con fábulas y mitos. De la misma forma los aprovechan para ensayar ideas y nos invitan a pensar “¿qué tal si…?”.

No olvidemos cómo Robert A. Heinlein ensayaba diversas posibilidades políticas en sus novelas, para imaginar futuros idealistas sin caer nunca en la utopía.

Robert A. Heinlein

Robert A. Heinlein

Y qué decir de Arthur C. Clarke, quien nos ha ayudado a cuestionar lo que somos como especie y lo que nos espera en el horizonte, más allá de los límites de nuestra propia humanidad.

Arthur C. Clarke

Arthur C. Clarke

El horror, la fantasía, la ciencia ficción y toda especulación sobre lo que va más allá de nuestras vidas son bellos caminos para dejar a ratos el tedio de las oficinas, las camas, las mesas y la existencia misma. Alimentan nuestro intelecto con dudas sanas y nutren el alma con caricias suaves como “te vas a ir al cielo” que nos facilitan los días, nos quitan la muerte de la cabeza por un rato y nos cargan hasta la cama de sueños mejores.

Aprendamos a pasar nuestros días de la mano de la ficción. Aprendamos de sus mentiras el mejor camino para enfrentar la realidad que no desaparece y sigue ahí cada mañana. Por eso, nunca dejemos vivir más y más; de pedir y consumir más ficción, por favor.

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Imagen de cabecera: «Lost in the Rain», por Erik Johansson.

 

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jalJuan Albor es editor de tiempo completo y un escritor muy incompleto. Adora aprender cosas nuevas y es tan curioso que si fuera gato ya habría muerto más de 7 veces. Transhumanista, amante del Earl Grey y la fotografía, espera ingresar a la maestría en filosofía de la ciencia en 2018.

@lector.urbano

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