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LOS VIAJES DESPUÉS DE LAS PUERTAS

 

Vanessa Puga

 

Todos hemos leído o visto historias de viajes fantásticos: alguien abre un baúl, persigue un conejo, se esconde en un ropero y de repente ya no está en este mundo. Los mundos a través de esas escurridizas puertas son reinos con reglas ajenas a las nuestras: por ejemplo, los hermanos Pevensie crecen en Narnia, para regresar a nuestro mundo como los chicos que eran cuando atravesaron el ropero.

Pero ¿alguien ha pensado qué ocurre con estos viajeros cuando vuelven a nuestro mundo? La respuesta es sí: Seanan McGuire lo ha pensado.  En la primera entrega de su saga Los niños rebeldes (The Wayward Children), McGuire nos introduce a la escuela de la señorita Eleanor West, un sitio para chicos que han encontrado una puerta, atravesado y regresado a nuestro mundo.

Seanan McGuire

En Every Heart a Doorway, breve novela fantástica, nos enfrentamos a Nancy, la niña fantasmal que habitó en el mundo reinado por el Señor de la Muerte. Ahí, Nancy tuvo que aprender a estar perfectamente quieta, cual estatua, y a vivir sólo con jugo de granada. ¿Suena fatal? ¡Para nada! Lo fatal para Nancy fue el regresar a este mundo y enfrentarse a sus padres amorosos que anhelan que ella vuelva a vestirse con colores en lugar de usar blanco y negro. Es por ello que la mandan a la escuela de la señorita West, para que la curen.

Lo que los padres de Nancy no sospechan es que si alguien entiende a Nancy es justo la señorita West, quien también ha atravesado una puerta. Ella comprende el anhelo y la nostalgia: las puertas se abren para las personas que tienen algo que ese otro mundo desea. Todos los que van a la escuela de la señorita West desean regresar a esos otros mundos, porque ahí sí encajaban. Nuestro mundo en realidad no es su hogar. Pero las puertas son escurridizas, las reglas de los mundos dominados por la Alta Lógica o el Alto Sinsentido no son tan entendibles y no todos podrán regresar.

Nancy empieza a entender esto gracias a su amistad con Kade, con Sumi y con las gemelas Jack (diminutivo para Jacqueline) y Jill. Kade y Sumi fueron a mundos de hadas, siendo el de Kade un mundo de Alta Lógica y el de Sumi, uno de Alto Sinsentido. Jack y Jill, en cambio, fueron a un mundo de Alta Lógica con una pizca de maldad: Jack fue aprendiz de un científico loco y Jill, la sirviente de un vampiro.

Los problemas inician poco después de la llegada de Nancy, pues misteriosamente varios estudiantes empiezan a ser asesinados y, claro, todos sospechan de la niña fantasmal recién llegada. Kade, Jack y Jill se niegan a creer que Nancy puede ser la culpable. Pero el tiempo se está agotando y si no apresan al asesino, es probable que la escuela, el último santuario para estos viajeros perdidos, sea cerrada por la policía.

¿Quién está asesinando a los estudiantes y por qué? ¿Habrá forma de que todos hallen sus puertas y regresen a sus hogares antes de morir?

La novela de McGuire es breve y contundente. Llena de una imaginación desbordante y macabra, es ideal para los amantes de la fantasía y la oscuridad. Si bien yo la leí en inglés, sé que este año será traducida al español (en la colección RUNAS de Alianza Editorial). Así que no habrá pretextos para no leerla.

Además, la saga de Los niños rebeldes tiene la ventaja de funcionar, hasta donde veo, como “stand-alone”. Si bien Every Heart a Doorway es el inicio, la segunda parte (Down Among Sticks and Stones) nos cuenta lo que pasó antes: lo que vivieron Jill y Jack al ir a los Páramos donde estuvieron desde los 12 hasta los 17 años, mientras que el tercero (Beneath the Sugar Sky) nos cuenta el futuro en el reino donde habitó Sumi.

Si quieren saber más de la autora, les recomiendo echarle ojo a su sitio web.

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Ilustraciones: Rovina Cai.

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Vanessa Puga

También responde al nombre de Nerea o al apelativo de bruja. Dicen que nació en la Ciudad de México, pero ella sospecha que la inventaron las novelas de fantasía y aventura y la aventaron en un mundo que no le corresponde. Tiene un serio crush con lo creepy. Ávida lectora y escritora —de preferencia a mano, con letra cursiva y tintas de colores—, es imán de geeks aunque no entienda todos los fandoms. Hornea panqués cuando está excesivamente estresada.

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Twitter: @Nereavpv

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