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MEMORIA

Miguel Lupián

 

Mi obsesión (sí, lo reconozco) con Lovecraft me ha llevado a “seguir” a un montón de páginas que comparten información, tanto de la obra del demiurgo de Providence como de productos derivados (ilustraciones, música, películas…). La oferta es copiosa y, sorprendentemente, de gran calidad.

Así, recorriendo los pasillos de geometría no-euclidiana de la ciudad sumergida (y virtual) de R´lyeh, me encontré (¿o ella me habrá encontrado?) con la versión ilustrada de “Memoria”.

“Memoria” es uno de los cuatro poemas en prosa (“fantasías oníricas que se leen con el gusto de relatos breves y que poseen una imaginación desbordante y colorista”, como apunta Alberto Santos Castillo en la introducción de Más allá de los eones y otros escritos; Edaf, 2002) que escribió Lovecraft (los otros tres son: “Nyarlathotep”, “Ex Oblivione” y “Lo que nos trae la luna”).

La adaptación corrió a cargo del artista noruego Kim Holm, durante el evento Oslo 24h Comics Challenge.

Kim comenta que siempre le ha fascinado dibujar directamente con tinta, escuchando música pesada y oscura; pero sabía que para este proyecto necesitaría algo más atmosférico, melancólico y represivo… como Triptykon.

Desde un principio se planteó que la adaptación ocuparía 48 páginas, por lo que llevó 50 piezas de papel, permitiéndose únicamente dos errores.

A las 10 horas terminó… ¿Qué hacer con las 14 horas restantes? Cocinarles un delicioso bacalao a sus colegas.

El resultado fue impresionante:

 

El libro se vende aquí a $4.99 dólares, pero si compartes el enlace sólo te costará $1.00… ¡Una ganga!

Aquí puedes enterarte de las razones por las que Kim eligió “Memoria” para el reto.

Y aquí puedes ver su adaptación de “El modelo de Pickman”:

Regresando a Lovecraft, poco se ha hablado (y analizado) sobre su obra poética, que, a mi gusto, siempre nos regala un lenguaje hermoso e imágenes brutales. “Memoria” no es la excepción:

MEMORIA*

H. P. Lovecraft

En el valle de Nis, la maléfica luna menguante brilla tenue, abriéndose paso con su luz, con difusos rayos, a través de los letales follajes de los grandes árboles upas. Y en las profundidades del valle, allí donde no llega la luz, se mueven formas que no están hechas para ser contempladas. La maleza crece prieta en las laderas, allí donde las malignas enredaderas y plantas rastreras se enroscan en torno a las piedras de palacios arruinados, ciñéndose con fuerza a columnas rotas y extraños monolitos, y levantando pavimentos de mármol que fueron dispuestos por manos olvidadas. Y en los árboles que crecen inmensos en ruinosos patios, brincan pequeños monos, mientras que, entrando y saliendo de profundas criptas llenas de tesoros, se retuercen las serpientes venenosas y seres escamosos sin nombre.

Inmensas son las piedras que dormitan bajo capas de musgo húmedo, y poderosos son los muros de los que se han desprendido. Sus constructores las erigieron para la eternidad y en verdad que aún sirven con nobleza, ya que, debajo de ellas, habita el sapo gris.

En el mismo fondo del valle se encuentra el río Than, cuyas aguas son fangosas y repletas de algas. Nace en arroyos ocultos y fluye hacia frutas subterráneas, y el Demonio del Valle no sabe por qué sus aguas son rojas, ni en dónde desemboca.

El Genio que acecha en los rayos de luna se dirigió al Demonio del Valle, diciéndole:

—Soy viejo y es mucho lo que he olvidado. Dime los hechos, aspecto y nombre de aquellos que edificaron estas ruinas de piedra.

Y el Demonio repuso:

—Mi memoria es buena y sé mucho del pasado. Pero también yo soy viejo. Aquellos seres eran como las aguas del río Than, y no estaban hechos para ser entendidos. No recuerdo sus hazañas, ya que no fueron más que momentáneas. Recuerdo débilmente su aspecto, ya que era parecido al de los pequeños monos arbóreos. Sí recuerdo con claridad su nombre, ya que rimaba con el del río. Esos seres pretéritos se llamaban Humanidad.

Entonces, el Genio voló de vuelta a la luna creciente y el Demonio miró pensativo a un pequeño mono, que estaba subido en árbol que crecía en un patio arruinado.

 

*“Memory” (1919). Publicado por primera vez en The United Co-operative 1, no. 2 (junio, 1919).

Traducción de José A. Álvaro Garrido; Más allá de los eones y otros escritos; Edaf, 2002.

«Lovecraft and the Daemon» de Kim Holm.

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Miguel Antonio Lupián Soto

Ex alumno de la Universidad de Miskatonic, feligrés de la iglesia Cthulhiana y devoto de San Lemmy.

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@mortinatos