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J.R.R. Tolkien y C.S. Lewis

o de porqué prefiero vivir en Rivendel que en Cair Paravel

(1/2)

Ceci Oliveros

Gandalf y Asian

Gandalf y Asian

1. Introducción

J.R.R. Tolkien y C.S. Lewis son dos visiones de literatura fantástica que parecen ser similares, sin embargo poseen características completamente distintas.

El inicio de la amistad de ambos autores se encuentra en las reuniones literarias de los Inklings y Coalbiters, en la Inglaterra de 1940, donde alumnos y catedráticos de Oxford se reunían para leerse entre sí obras literarias de su propia autoría, todos inéditos. Entonces, llegó la Gran Guerra, las reuniones se suspendieron, pues, como Tolkien dijo: “ya no era tiempo de ponerse a pensar.”

Las comparaciones entre Las Crónicas de Narnia y El Hobbit, incluyendo a El Señor de los Anillos, se dan con base en su popularidad y temática parecida. Podría decirse que quien debería llevar la ventaja es Lewis, ya que él era escritor y ha publicado mucho más material que Tolkien, que era lingüista, pero la riqueza encontrada en El Señor de los Anillos no tiene únicamente origen en la forma y fondo de la obra literaria, sino en una percepción del mundo (y del proceso de crear) profundamente más amplia.

Las Crónicas de Narnia fueron escritas entre 1939  y 1956, publicadas originalmente por la editorial Harper Collins. Consta de siete libros, que son:

  1. El sobrino del mago
  2. El león, la bruja y el ropero
  3. El muchacho y el caballo
  4. El príncipe Caspian
  5. La travesía del viajero del alba
  6. La silla de plata
  7. La última batalla

Todos los libros son dedicados a un público infantil, y las aventuras giran alrededor del león Aslan y varios niños que se involucran en diversas peripecias, teniendo como lugar común Narnia, un reino del tipo medieval clásico, y su ciudad enemiga –que Lewis nunca explica bien de donde salió– Calormen . Intervienen una Bruja Blanca y varios villanos por ahí, siempre con características opuestas a los héroes de Narnia.

De El Hobbit sólo diré aquí que fue publicado por la editorial George Allen & Unwin en el año de 1937 (Nota 1), y su continuación, El Señor de los Anillos, fue escrito en un largo período que se estima desde 1937 hasta 1949, durante la Gran Guerra. Fue publicado finalmente entre 1954 y 1955, en forma de trilogía, siendo la primera en imprimirse La Comunidad del Anillo.

Debemos hacer nuestra primera observación aquí. Mientras Las Crónicas de Narnia permanecen sin cambios como narrativa infantil, de las obras sobre la Tierra Media de Tolkien sólo El Hobbit puede encajar en ese género. El Señor de los Anillos es a menudo catalogado como “fantasía juvenil”, pero sólo por el tema, ya que aún existe el falso supuesto de que ningún adulto en sus cabales se entretendría leyendo sobre dragones, balrogs, elfos y anillos de poder.

Lewis y Tolkien

Lewis y Tolkien

2. Mitopoieia

Mitopoieia es un poema de J. R. R. Tolkien escrito allá por 1931. En la introducción de Christopher Tolkien menciona que su padre escribió una carta a “un hombre que describía mitos y cuentos de hadas como “mentiras” aunque, haciéndole justicia, llamaba amable y confusamente a los cuentos de hadas, “una mentira dicha a través de plata”. Ese hombre se trata de C.S. Lewis. Aunque al principio el encabezado del poema decía “De J.R.R.T a C.S.L.”, fue sustituido por “De Filomito a Misomito”. “Filomito” es Tolkien, aquel que “ama los mitos” y “Misomito” es Lewis, aquel que los detesta.

El poema en si es algo irregular en su métrica y cadencia, y trata de una defensa del poder creador del hombre, en referencia a la fantasía y a la “Subcreación”, englobada dentro de la suprema Creación Divina, atacando de paso la visión materialista y racionalista que desdeña lo fantástico por considerarlo inútil.

En otras palabras, Lewis asume que las narraciones fantásticas son irreales en su totalidad, que son sólo “mentiras y por lo tanto sin valor, aun cuando son dichos a través de plata”. Lewis no le da ese sentido de profundidad y seriedad que los mitos encierran, los ve sólo como cuentos cuyo posible y único valor sea la hermosura de sus imágenes y prosa.

En cambio, Tolkien dice que los mitos son más que narraciones, son creaciones que funcionan como mundos alternos e independientes, valiosos porque son muestra del poder del hombre para construir, aun sólo con ideas, mundos y seres asombrosos y profundos.

Eso explica, en parte, una de las diferencias fundamentales entre Narnia y la Tierra Media. Narnia fue creada para ser hermosa y enseñar moralejas, y la Tierra Media fue construida como una Tierra real, desde las raíces de las montañas hasta el nombre de las estrellas.

Asian en Narnia

Asian en Narnia

3. Acerca del estilo

Revisando  El Hobbit con algún título de la serie Crónicas de Narnia, dos libros infantiles según sus propios autores, la diferencia de estilo es notable. Leamos dos párrafos tomados al azar:

Entretanto, la chicas ayudaron a la señora Castor a llenar la tetera, a poner la mesa, a cortar el pan, a colocar los platos en el horno para calentarlos, a llenar una enorme jarra de cerveza para el señor Castor de un barril situado en una esquina de la casa, a poner la sartén en el fuego y a calentar la grasa. Lucy dijo que los castores poseían una casita muy confortable aunque no se parecía en nada a la cueva del señor Tumnus. No había libros ni cuadros, y en lugar de camas había literas, igual que a bordo de un barco, empotradas en la pared. Y había jamones y ristras de cebollas colgando del techo, y apoyados en las paredes había botas de goma, impermeables, hachas pequeñas, pares de tijeras grandes, palas, paletas, cosas para transportar argamasa, redes de pesca y sacos. Y el mantel de la mesa, aunque muy limpio, era muy tosco.

                                                                                Las Crónicas de Narnia: El león la bruja y el armario.

 

Mientras cantaban, el hobbit sintió dentro de él el amor de las cosas hermosas hechas con ingenio y magia, un amor fiero y celoso, el deseo de los corazones de los enanos. Entonces algo de los Tuk renació en él: deseó salir y ver las montañas enormes, y oír los pinos y las cascadas y explorar las cavernas y llevar una espada en lugar de un bastón. Miró por la ventana. Las estrellas asomaban fuera, en el cielo oscuro, sobre los árboles. Pensó en las joyas de los enanos que brillaban en las cavernas tenebrosas. De repente, en el bosque de más allá de Delagua se alzó un fuego –quizá alguien encendía una hoguera– y pensó en dragones devastadores que invadían la pacífica Colina envolviendo todo en llamas. Se estremeció; y enseguida volvió a ser el sencillo señor Bolsón, de Bolsón Cerrado, Sotomonte otra vez.

El Hobbit

 

En lo personal, me parece que Lewis está contando una hermosa historia a un niño de una forma tan sencilla y clara para que éste pueda entenderla. Tolkien relata una hermosa historia también, pero no la reduce ni la simplifica, sino que únicamente la hace entretenida, pues parece pensar “quizás ahora no lo entiendas, pero algún día lo harás”. (Nota 2)

Esta es la clave de algo que alarga y engrandece la obra de Tolkien, la relectura. Un niño que lee a Narnia la descubre de inmediato, ya no hay más que contar, y si vuelve a releer el libro descubre las analogías y los  mensajes éticos que quizá ya descubrió desde el principio, pues Lewis no hace mucho esfuerzo en disimularlas. Un niño que lee El Hobbit volverá a releerlo mucho tiempo después, y a pesar de conocer la historia, puede encontrarse con un mensaje oculto que no fue capaz, por la edad, de percibirlo en el primer encuentro, como una moraleja, algún detalle curioso, o revisualizar las cuevas, una casa o un paisaje. Cuando acabe, la entenderá más, y probablemente tenga ganas de otra relectura, en busca de algo que haya sido pasado por alto. (Nota 3)

Mientras Narnia queda estática en la eternidad fantástica, la Comarca crece y decrece, tanto en las palabras de Tolkien como en nuestras propias mentes.

Segundo desayuno con los trolls

Segundo desayuno con los trolls

Continuará la siguiente semana…

Notas

Nota 1

Lo quiero mencionar porque es un ejemplo de la formalidad inglesa. Stanley Unwin, presidente de la editorial, sabía que El Hobbit era un libro para niños, así que se lo dio a leer a su hijo de diez años, Rayner. El niño cumplió su trabajo, leyó el libro y  entregó la cuartilla formalmente  firmada. El pequeño asistente editorial dio el visto bueno a la obra, y por lo tanto, El Hobbit fue publicado.

Esta fue la reseña del pequeño crítico:

Bilbo Bolsón era un hobbit que vivía en su cueva de hobbit y nunca salía en busca de aventuras, hasta que el mago Gandalf y sus enanos le convencieron de que fuese. Pasó momentos emocionantes luchando contra trasgos y wargos. Por fin llega a la montaña solitaria. Smaug, el dragón que la custodia, muere, y después de una batalla con los trasgos, el hobbit vuelve a su casa ¡rico! Este libro, que tiene mapas, no necesita ilustraciones, es bueno y debería gustar a todos los chicos entre 5 y 9 años.

Informe de Rayner Unwin sobre El hobbit.

 Nota 2

Dijo Tolkien en su ensayo “Sobre los cuentos de hadas”:

De todas formas, siempre es preferible que algunas cosas que lean, en particular los cuentos de hadas, sobrepasen su capacidad y no se les queden cortos. Los libros, como la ropa, no deben estorbar el crecimiento; los libros deben, cuando menos, alentarlo.

Nota 3

A mí me pasó con el nombre “Beorn”. Incluso después de mi época maniática en el asilo Arkham, donde dormía abrazada con mi  ejemplar de El Hobbit, ilustrado por Alan Lee, redescubrí en el ensayo de Tolkien, “Beowulf, los monstruos y los críticos”, que el nombre “Beorn” es en efecto una palabra de inglés antiguo, que tiene varios significados que incluyen “hombre” y “oso”. La palabra evolucionó de ser un “oso” a “hombre grande y poderoso”. Por lo tanto, el personaje “Beorn” incluye todo las acepciones y características posibles de dicha palabra. El nombre no es gratuito, inventado, tiene un significado muy antiguo, tomado y reutilizado de una forma que le regresa su valor genuino, un hombre que es un oso, o un hombre que parece un oso.

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dark_fairy_by_evergard-d52qkm4Cecilia Oliveros

Soy una mujer renacentista, amante del té y los gatos. Para mí la literatura, en especial la fantástica, ha sido un deseo innato de mi corazón. He escrito desde que tengo uso de razón. Por lo que soy autodidacta, en cierto sentido, pero en otro, mis maestros han sido los grandes literatos del pasado, y aprendo con base en sus obras.
Soy escritora, amo escribir y seguiré escribiendo hasta que Muerte venga a visitarme