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LA PRIMERA ARAÑA

III

Emiliano González

Primera parte

Segunda parte

 

 

El autor de “La araña negra” es romántico. El paso de religión a literatura científica es propio del romanticismo. Percy B. Shelley observa, en sus notas para Reina Mab, que la pluralidad de los mundos y la grandeza indefinida del Universo (terrible objeto de contemplación) hace sentir a los humanos un misterio de inmensidad que los lleva lejos de las falsedades seductoras de los sistemas religiosos y los humanos no corren ya el peligro de deificar el principio del Universo. El poeta romántico se acerca al humano y a la Naturaleza (como el científico humanista) más que a la deidad religiosa.

Shelley es precursor de Flammarion. La opresión familiar es criticada en La metamorfosis de Kafka, Gregorio Samsa es convertido en un monstruoso insecto indefinido. En la edición española de Revista de Occidente (colección “Novelas extrañas”) de La metamorfosis aparece una araña en la portada. La fantaciencia de este cuento es psicológica.

El cine de arte de nuestro siglo se ha acercado al tema del dios-araña. Dios es una araña en el filme de Bergman A través de un espejo oscuro (1961). Pero la idea es tomada como gnosticismo delirante, más que como algo artístico o filosófico, y Bergman critica ese hecho en el filme.

COMO EN UN ESPEJO – Såsom i en spegel – 1961 – Ingmar Bergman

El título A través de un espejo oscuro proviene de varios autores. De San Pablo, que inspiró a Léon Bloy: “Al presente no vemos a Dios sino como en un espejo, y bajo imágenes oscuras, pero entonces le veremos cara a cara.” Cipriano de Valera escribe: “Ahora vemos por espejo, en oscuridad, mas entonces veremoscara a cara.” Léon Bloy escribe: “Aterradora idea de Juana, acerca del texto Per Speculum in Aenigmata: los goces de este mundo serían los tormentos del infierno, vistos al revés, en un espejo”. Esto lo escribe Bloy en El viejo de la montaña, libro de 1907. Juana es su novia.

La divinidad vista oscuramente en un espejo se origina en la caverna platónica en la que se perciben sombras de cosas, más que cosas. El origen de esta creencia religiosa es filosófico.

Edgar Allan Poe en su poema “Tierra de sueños” nos habla de un mundo en que el alma lo ve todo a través de vidrios oscuros. Ese mundo es una “nebulosa Tulé”, ubicada más allá del espacio y del tiempo. El poeta americano se basa en el recuerdo de Maravillas de más allá de Tule, relato perdido de Antonio Diógenes acerca de un viaje a la luna. Diógenes es precursor de Luciano de Samosata.

En la Historia verdadera de Luciano, del siglo II d. C., el rey de la luna (tierra flotante, suerte de isla esférica y resplandeciente) se enfrenta a los guerreros del sol.

El rey de la luna ordena a unas enormes arañas que tejan el espacio aéreo entre la luna y el lucero del alba.

El rey de la luna se llama Endimión, en recuerdo del personaje mitológico que se duerme en una caverna y es visitado amorosamente por Selene. El rey de Luciano se llama Endimión, asimismo, y en recuerdo del personaje del relato de Antonio Diógenes, que despierta en la Tierra luego de desear su regreso en la luna. El deseo es como una premonición del despertar, en mitad del sueño del personaje.

Desde la primera araña de la literatura de miedo, el afán de alejarse del desequilibrio religioso y supersticioso es evidente. Y el anónimo autor de “La araña negra” impregna su prosa de sueño y de visión.

En “El miedo”, poema decadente de Maurice Rollinat, la noche es “lóbrega tejedora”, que forma su tela con la sombra que da miedo, cuando el cielo se vela. José Juan Tablada traduce un fragmento del poema, y lo publica en 1891.

En 1919, aparece el poema sintético “La araña”: “Recorriendo su tela / esta luna clarísima / tiene a la araña en vela.”

El poema forma parte del libro Un día…

En Li-Po (1920) incluye unos versos que dicen: “La luna es araña de plata / que tiende su telaraña / en el río que la retrata.”

En Los primeros hombres en la luna (1901) de Wells los habitantes de la luna, grandes hormigas con tentáculos, recuerdan a las arañas de Luciano y hay “ujieres” que son literalmente como arañas. La novela de Wells es una nueva versión de la Historia verdadera, y en un capítulo, “La historia natural de los selenitas”, los seres imaginarios son descritos. En una nave en forma de poliedro (llamada “esfera” en recuerdo del globo que lleva a Hans Pfall a la luna en la historia de Poe) los personajes de Wells viajan de la Tierra a la luna, gracias a la sustancia anti-gravitatoria (llamada “cavorita” en recuerdo de su descubridor Cavor) que cubre el vehículo. En la luna crecen hongos que dan raros efectos y se describe un mundo sublunar de horror: memorias de Eleusis, de los hongos enteogénicos y del viaje subterráneo de los iniciados.

En “Melancolía”, poema en prosa del modernista colombiano Isaías Gamboa, “surgen los recuerdos escondidos en un lúgubre rincón de la mente, donde negra araña se ha hospedado y tiende sus hilos invisibles”. Estos recuerdos son a la vez como “vampiros perezosos” que despiertan en una “mansión ruinosa abandonada”. Quedan sólo cartas amorosas de la madre y flores ya secas de la novia. Entre las hojas de la corona triunfal “una araña, símbolo tal vez del desencanto”, vive allí “tejiendo sus hilos invisibles”.

El poema está incluido en Composiciones sueltas, libro que incluye poemas escritos de 1896 a 1901.

Pío Baroja, en sus prosas oníricas tituladas «Sueños de otoño», de 1946, nos habla de una araña colocada dentro de media nuez vacía por una mendiga para hacer llorar a un niño. La mujer le pone al niño una venda en un ojo con la nuez y la araña. Esta última mueve las patas sobre el ojo de la criatura, que llora. Este cuento le es narrado por varias personas al autor. Otras aseguran que no es una nuez sino cáscara de huevo. Un médico invita a la mendiga a su clínica para ver al niño, pero ella no quiere ir y es forzada. El médico encuentra la araña al quitarle la venda al niño.

Con base en esto, el autor sueña que ve a una joven rubia en una cama, con el cabello esparcido, “como en un cuadro prerrafaelista que representa a Ofelia”.

Una araña peluda, con mirada maliciosa, se le acerca a la joven y vacila sin decidirse por dónde empezar a comerla.

A esta prosa sigue “Otra vez la araña”, cuento corto en que un médico invita al autor a ir a un castillo que ha comprado, ubicado en el Sur. Llegan a un castillo “de piedra y arena, triste y feo”, con sótanos, bóvedas y un estanque. El médico le dice al autor que puede pescar, y éste saca unos peces “como arañas viscosas, con unos ojos legañosos”, que lo miran desdeñosamente. ¿Qué tienen contra él? El médico ha desaparecido. El autor ve una puerta abierta y sale a la calle. No reconoce el sitio. Hay ahora barracas negras y pequeñas. El autor se asusta y cree ver un guardia, pero se equivoca. El hombre es un golfo harapiento con un pañuelo rojo al cuello. Parece doble, hipócrita, y posee un aire amenazante. Por la chaqueta le anda una araña. Camina por un camino que se estrecha y se eleva. El autor se cree perdido y piensa que el hombre va a arrojarlo a un precipicio. Se ve en un abismo pero entra con el hombre en una taberna ubicada en lo alto, con gente astrosa. Una mujer joven con una niña en el regazo lo invita a entretener a la criatura. La niña es horrible, con ojos negros que la fiebre ilumina, con la piel amarillenta y harapos. Una araña le anda por la cara y le pasa por un ojo. El insecto mira al autor con una persistencia y una furia tales que se queda helado. Cree que la araña va a hablarle. Y se dice que es imposible, con una voz tan fuerte que la taberna entera tiembla y él se despierta angustiado.

La primera prosa termina con una especie de homenaje a Horacio Quiroga. En los peces-arañas de la segunda prosa vemos una original variación del cuento de Erckmann-Chatrian. En el cuento de Baroja el ojo del niño se ve sustituido por el ojo de la niña.

Concluirá…

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Imagen de cabecera: «Skull Spider», por NightmareHound.

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Emiliano González

Autor de Miedo en castellano (1973), Los sueños de la bella durmiente (1978, ganador del premio Xavier Villaurrutia), La inocencia hereditaria (1986), Almas visionarias (1987), La habitación secreta (1988), Casa de horror y de magia (1989), El libro de lo insólito (1989), Orquidáceas (1991), Neon City Blues (2000), Historia mágica de la literatura I (2007) y Ensayos (2009).

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