¿COLOQUIO DE LITERATURA FANTÁSTICA?
Miguel Lupián
Del 24 al 26 de junio se llevó a cabo el «Primer coloquio internacional de literatura fantástica» en la UNAM.
Conforme transcurría el coloquio (que se difundió con mucho agrado en Penumbria), la felicidad inicial se fue convirtiendo en inquietud, misma que expuse públicamente el último día, aunque fui interrumpido, apresurado e ignorado por los organizadores.
Impresiones del primer día, publicadas en mi cuenta de FB.
Para empezar, el nombre del evento, al final, resultó inadecuado. Cuando pienso en coloquio, las acciones que vienen a mi mente son conversar, discutir, debatir… Todas ellas ausentes. Se recurrió a la clásica ponencia, donde el invitado hablaba (o leía) sin parar durante 50 minutos.
Lo de internacional sólo lo aplicaron por la procedencia de tres ponentes (España, Argentina y Colombia), pues en ningún caso hubo un acercamiento a lo que se está haciendo en materia de literatura fantástica en sus respectivos países. Qué enriquecedor hubiera sido que nos contaran cómo se ve (y vive) lo fantástico allá y que nos recomendaran autores, sobre todo contemporáneos.
Pero la gota que derramó el vaso, y que me llevó a tomar el micrófono y a escribir esta entrada, fue que la literatura fantástica brilló por su ausencia. El objetivo principal de Penumbria es explorar los límites de lo fantástico, sus alcances, sus posibilidades. Por lo que hubiera sido necesario que se discutiera qué se entiende por fantástico. No para llegar a una definición universal (siempre he sostenido que el día que se logre formular una, lo fantástico ya habrá muerto), sino para entender el rumbo que tomaría el coloquio. Sé que al ver el programa se podía intuir hacía dónde iría, pero tenía la esperanza de que en algún momento todo encajara. Vaya desilusión. Por momentos se utilizaba como sinónimo fantasía y fantástico, así como horror y terror. Y las poquísimas veces que se habló de literatura, se hacía únicamente mirando hacia atrás. ¿Dónde quedaron todos esos escritores que, después de batallar muchos años, están siendo publicados? ¿Dónde, aquellos profesores y talleristas que han dedicado gran parte de su vida a difundir e incentivar la lectura y escritura de lo fantástico? ¿Dónde, las nuevas generaciones, cuyos textos están rompiendo las fronteras, olvidándose de clasificaciones? Sí, hay que mirar hacia atrás, pero siempre dando un paso al frente.
Imagino que organizar un evento de tales proporciones es complicado, sobre todo tratándose del primero. Siempre aplaudiré y apoyaré este tipo de esfuerzos. Sin embargo es preocupante que en un género donde se intenta comprender al otro y se critica a los demás géneros por su intolerancia, los organizadores estuvieran tan cerrados a la crítica. Tal parece que, parafraseando a uno de ellos, deseaban que los asistentes fuéramos perritos de automóvil: asintiendo todo el tiempo.
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Si quieren conversar, discutir y debatir sobre el tema (y otros), pueden hacerlo a través de mis redes personales.
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Miguel Antonio Lupián Soto
Ex alumno de la Universidad de Miskatonic, feligrés de la iglesia Cthulhiana y devoto de San Lemmy.