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MEMETIC

(James Tynion IV & Eryk Donovan, Boom! Studios, 2014)

 

Pok Manero

 

Los Comicólogos, nuestro proyecto hermano especializado en el noveno arte, propusieron un reto de lectura para este 2018. El reto con nivel de dificultad medio invita a su audiencia a leer comics de al menos tres números de extensión (o un trade paperback recopilatorio) para cubrir doce distintas categorías que van desde leer comics de fantasía épica, horror y ciencia ficción, hasta comics de romance, comedia o autobiográficos. Si tienen dudas de la dinámica, diríjanse a sus redes sociales (Facebook: Los Comicólogos, Twitter: @LosComicologos, #RetoComicologo) para consultar la convocatoria. Como parte de dicho reto, he decidido reactivar El Protocolo Pok para compartirles reseñas de mis lecturas.

¿Qué es un meme? No, no son las imágenes chistosas e irónicas que pululan por el internet y las redes sociales. Bueno, sí son memes, pero el concepto de meme es algo mucho más amplio y complejo. Supongo que la mayoría de los lectores de Penumbria estarán familiarizados con él, pero por si alguien lo desconoce lo explicaré brevemente. Un meme es la unidad básica de una idea, así como el átomo es la unidad básica de la materia. Es decir, las ideas se componen de memes. Asimismo, también es comparable con los genes en cuanto a que se auto-replica, muta y responde a presiones selectivas. En otras palabras, un meme es cualquier idea que puede ser propagada de persona a persona, que puede ir desde una tonada, una expresión, un saludo, una imagen o un video, hasta cualquier ritual o comportamiento social. Por ende, las imágenes chistosas que circulan en internet SON una forma de meme, pero el concepto va más allá de eso. ¿Esa cancioncita pegajosa que, una vez que la escuchan, no pueden sacar de su mente? Sí, también es un meme. Los slogans, el Grumpy Cat, los logotipos de empresas, el corte de cabello de moda, las barbas, las referencias a cultura pop, etcétera. Todos son ejemplos de memes, algunos más poderosos que otros.

Un componente importante de los memes es su viralidad, la cual hoy en día se ha visto potenciada por las redes sociales. A través de ellas, una idea puede llegar a prácticamente cualquier rincón del mundo y hacerlo en cuestión de minutos o, a lo mucho, horas. Ahora, imaginen que un meme en particular, digamos que la imagen de un perezoso sonriente, se vuelve el meme popular del momento porque te hace sentir una felicidad regocijante e indescriptible cuando la ves. Todo mundo querría compartirlo con sus amigos y familiares. En estos tiempos, todo mundo la vería: niños, jóvenes y adultos por igual. Todo aquel con acceso a un smartphone o una computadora sería testigo y haría lo propio en difundirlo. La oleada sería tan potente que incluso en las noticias hablarían de la imagen, de modo que incluso aquellos que no usan el internet tan frecuentemente podrían verse expuestos a ella. Ahora imaginen que, exactamente doce horas después de haber visto el meme, se desata un cambio en el sujeto y éste se convierte en una especie de zombie iracundo que ataca viciosamente a aquellos a su alrededor que no están bajo el influjo de la imagen. Ésta es la premisa de Memetic, el comic indie de horror que James Tynion IV, protegido de Scott Snyder y escritor de varios títulos de Batman, nos presenta a través de Boom! Studios.

Los protagonistas son Aaron, un estudiante universitario que sufre de daltonismo, y Marcus, un militar retirado con cataratas en los ojos. Por sus deficiencias visuales, el meme no surte efecto en ellos y se vuelven testigos del fin del mundo como lo conocemos. El arte de Eryk Donovan, si bien a ratos puede parecer apresurado o caricaturesco, logra transmitir perfectamente la atmósfera desoladora de esta historia que nos hace temer el potencial destructivo de algo en apariencia tan inocente. Tras leer este comic, que versa sobre la futilidad de cualquier empresa humana, uno siente ganas de destruir sus dispositivos electrónicos y recluirse en una cabaña en medio del bosque. Bueno, tal vez exagero, pero sí nos muestra un panorama bastante perturbador sobre una vulnerabilidad muy grave que hasta ahora no hemos contemplado del todo.

Originalmente publicado como una miniserie de tres números, cada uno de cuarenta y ocho páginas (el doble del tamaño regular de un comic), también está disponible un trade paperback, que además incluye notas sobre la creación del comic, diseños de personajes y una conversación entre sus creadores. Lo único que no me encantó es que hacia el final se explica tal vez demasiado el origen de esta amenaza, pero no es algo tan grave como para arruinar la experiencia de leer este estremecedor comic. Ampliamente recomendable, a menos que no tengan estómago para las cosas sangrientas y repugnantes, porque tiene bastante de eso.

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Adrián “Pok” Manero, tras años como lector asiduo, decidió que el siguiente paso en su manía consistía en elaborar sus propias ficciones. Se dedica compulsivamente a leer comics y libros y a ver películas, quisiera ser como los gatos y disfruta escribiendo sobre sí mismo en tercera persona.

@PokManero

 

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