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(aquí es donde no se me ocurre un título)

 

Manuel Barroso

 

 

Pepe Rojo es uno de los escritores más interesantes que ha visto la literatura mexicana en los últimos años. Sus libros son rarezas que valen cada minuto usado en encontrarlos. Editorial Resistencia ha reeditado Punto cero y, ahora, Rojo toma la palabra.

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Pepe y Cindy (fotografía: Ed. Resistencia)

Yonke es la muestra de un imaginario retorcido que pretende mezclar la cultura pop con la mass media, la literatura y la teoría (sobre todo el psicoanálisis). ¿Cómo te sientes, a distancia, respecto a él?

Hace poco tiempo presenté la re-edición de Yonke + Ruido gris y decidí sentarme y dejar un lugar vacío que decía Pepe Rojo, escritor, por que de una u otra manera siento que lo escribió otra persona, a la que le envidio su condición de inexperiencia, lo que le permitía tomar riesgos, su emotividad cruda y lo descarnado que podía llegar a ser. Su escritura se basaba más en periodos casi vomitivos donde escupía todo lo que podía. En Yonke pude juntar varias de las cosas que me interesaban: siempre me ha fascinado la cultura popular y los subgéneros, estaba metidísimo en Lacan, y los medios masivos, y, en retrospectiva, creo que la condición del cuerpo en la era de la comunicación de masas era uno de los intereses primordiales. Hay varios cuentos de los que me siento muy orgulloso, particularmente «Ella se llamaba Sara» y «El deseo y su cura».

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I nte rrupciones es delirante, punto. Parece un largo ensayo de lo que entiendes por escritura. ¿Cómo surgió, hacia dónde apuntabas con él?

I nte rrupciones es una especie de rompecabezas que armé con varios textos que tenía desperdigados por aquí y por allá. Había intentado hacer una antología de cuentos y otra de ensayos, pero ninguna me convencía. Tenía ganas de algo más experimental y decidí seguir la línea de un texto que se llama Datos Preliminares, en donde la mitad de los datos son reales y la mitad ficticios. A partir de ese texto, fui eligiendo otros que jugaran con imposturas, con la calidad misma de la «suspensión de la incredulidad», pero tomando en cuenta también los ensayos que había escrito en esa tónica. Eso me permitió aventar a la mezcla varios textos experimentales que tenía guardados e incluí además otros textos que tenían que ver con la vida emotiva de los objetos. Después, hice una especie de DJ set con todos ellos. Luego vino el empaque de diseño que le hizo mi hermana, Careli, y que acabó de amarrar el paquete.

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Plan de juego y Punto cero son un par de novelas con una exploración muy parecida (pensando en cómo se narra, desde qué mirada y la mirada misma). Hay ecos de ellas en I nte rrupciones pero, ¿qué tanto se parecen a lo que estás trabajando ahorita?

El asunto de la mirada, el cuerpo y la subjetividad en la cultura contemporánea es algo de lo que no me puedo escapar y dudo mucho que alguna vez dejen de acechar las cosas que yo hago. Hace mucho que no me embarco en un proyecto largo de puras letritas, he estado trabajando en piezas más cortas, y algunas de ellas regresan a esos temas. Por otro lado, estoy preparando una antología de ensayos (los que no tenían cabida en I nte rrupciones) y hay varios que tratan esos temas (si no es que todos). Además, estoy trabajando en una serie larga de «fotografías escritas» que parecen más un confesionario, pero que me tienen muy entretenido, jugando también con la pérdida y confusión de la voz narrativa.

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¿Cómo fue tu experiencia como antologador en 25 minutos en el futuro?

Divertidísimo. Por un lado fue como darle formalidad a una de las cosas que Bef y yo hacemos comúnmente, que es estarnos recomendando cosas que nos gustan mucho, y por otro fue como intentar hacer un mapa de los cuentos del género que más me han emocionado en los últimos 25 años. El criterio principal fue incluir cuentos que nos «volaran la cabeza», cosa para la que la ciencia ficción es bastante efectiva. Además, siempre es un placer trabajar con Bef y el trato con Almadía siempre fue de apoyo, así que la verdad, me la pasé rebien y creo que quedó una antología bastante interesante y que hay varios cuentos que valen la pena ser leídos y releídos. Claro que después de una antología así, uno se empieza a dar cuenta de las cosas de los autores que uno no incluyó, pero es parte del trabajo. Ahora ya le propusimos a Almadía hacer un libro similar, pero esta vez de horror, género que me fascina y que está mucho menos organizado que la ciencia ficción. A ver si se animan.

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Dime un libro que te encante y que nadie pueda pensar que te guste.

Híjole, yo creo que La trilogía de Las leyendas de Dragonlance de Margaret Weis y Tracy Hickman. Creo que es el libro que más veces he leído en mi vida.

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IMG00330-20120517-2113-1Manuel Barroso nació, creció y murió antes de enterarse de ello. Por eso reseteó la consola y sigue aquí.

Lee como poseso, escucha rap y jazz de forma adictiva, escribe porque le duelen las historias. Odia las verduras.

Mañana comprará un rifle.