BRUCE WAYNE… ¿ASESINO? Y BRUCE WAYNE: FUGITIVO

(Greg Rucka, Ed Brubaker y varios escritores y dibujantes, DC, 2002)

Pok Manero

Hace ya más de diez años, Batman era un amargado de primera: se la pasaba de malas todo el tiempo, se tomaba su “trabajo” como el hombre murciélago demasiado en serio, no tenía el aura de sofisticación que hoy en día le conocemos. Podría incluso argumentarse que estaba en una de sus peores etapas y que nunca había superado en verdad el trauma por la muerte de sus padres. Bueno, si lo hiciera dejaría de ponerse un disfraz de Halloween todas las noches para salir a romperle la cara a los criminales y llevaría una vida normal y saludable, pero también se acabarían las historias. Sólo digamos que ha tenido mejores dinámicas en tiempos recientes.

Por aquel entonces, se publicaron un par de historias que despertaron mi interés. La primera fue Bruce Wayne… ¿asesino?, en la cual mientras Batman y su guardaespaldas Sasha Bordeaux regresaban de salvar vidas en las calles de Gotham llegaron a la mansión Wayne para encontrarse con el cadáver de la más reciente pareja romántica del millonario. Y la policía llegó de inmediato para arrestar a ambos. La cosa se pone interesante, pues ni siquiera la guardaespaldas podía estar segura de su inocencia, dado que se habían separado momentáneamente antes de volver a la mansión. Y conforme los allegados de Batman –Nightwing, Robin, Oracle, Spoiler, Batgirl y Alfred- sacaban a la luz más pistas, todo parecía indicar que tal vez sí la había asesinado. Su inestable estado mental y su renuencia a hablar con quien fuera no ayudaban tampoco. Para acabarla de amolar, tras catorce capítulos decide fugarse (de manera nunca explicada) y meterse de lleno en su papel de vigilante, sin ocuparse de limpiar el nombre de su alter ego.

Esto da pie a la continuación, Bruce Wayne: fugitivo, en la cual siguen haciéndonos dudar si en realidad lo hizo o no. Batman sigue haciendo berrinches por un buen rato y, como niño chiquito, se empeña en negar a Bruce Wayne hasta que ciertos hechos -en especial un encuentro con el detective retirado que intentó resolver el caso del asesinato de sus padres- lo hacen entrar en razón y logra descubrir al asesino verdadero, revelar la conspiración que dio pie al crimen en sí y de paso limpiar su nombre. Suena bien, pero cabe aclarar que la historia se prolongó de manera innecesaria a lo largo de diecisiete capítulos, muchos de los cuales cuentan historias aparentemente de relleno que al final estaban relacionadas con el complot de manera un tanto forzada. Al menos están bien escritas, por lo que no se vuelve tediosa su lectura. Eventualmente, cuando se resuelve todo, las piezas encajan a la perfección como en la mayoría de las novelas policiacas.

Ambas historias se publicaron a través de varios títulos: Detective Comics, Batman, Gotham Knights, Batgirl, Birds of Prey, Nightwing y Robin. Las partes principales de la historia fueron escritas por Greg Rucka y Ed Brubaker, ambos con experiencia en el noir y con mucho talento. Los capítulos complementarios estuvieron a cargo de Devin Grayson, Kelley Puckett y Chuck Dixon. El arte fue algo muy poco constante, contando con la participación de muchos dibujantes lo cual le da un aspecto muy heterogéneo a la historia. Los que más capítulos ilustraron fueron Steve Lieber (frecuente colaborador de Rucka, con quien co-creó Whiteout) y Scott McDaniel, cuyos estilos son diametralmente opuestos: Lieber muy realista y McDaniel muy caricaturesco. El arte que más disfruté fue el de Roger Robinson y la participación en un solo capítulo de Sean Phillips. Rick Burchett, Sergio Cariello, Rick Leonardi, Phil Noto, Trevor McCarthy, William Rosado, Dave Ross, Damion Scott y Pete Woods completan la alineación de colaboradores en el lado gráfico de la saga.

Mi acercamiento a la historia fue a través de la edición en español que publicó Editorial Vid hace ya varios años. Cabe resaltar su pésima traducción, la cual entorpece mucho el flujo de la lectura, y que no publicaron el tercer acto de Fugitivo, dejándonos sin el epílogo correspondiente que ataba los cabos sueltos. Así que supongo es mejor buscar las ediciones en inglés, las cuales serán reeditadas este año en sólo dos tomos, uno para cada serie (lo que significa que el segundo será muy grueso, pues la edición anterior constaba de tres libros para Fugitivo).

Lo que puedo decir al haber leído esta historia es que Greg Rucka se sigue manteniendo como el indiscutible maestro a la hora de escribir personajes femeninos fuertes -sus capítulos centrados en Sasha Bordeaux mientras está en prisión dan fe de ello- y que al parecer con esta historia se dio la transición hacia el Batman más centrado y estable, dejando a su otrora versión oscura y deprimente que, me imagino, nadie extraña hoy en día.

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Adrián “Pok” Manero, tras años como lector asiduo, decidió que el siguiente paso en su manía consistía en elaborar sus propias ficciones. Se dedica compulsivamente a leer comics y libros y a ver películas, quisiera ser como los gatos y disfruta escribiendo sobre sí mismo en tercera persona.  vinetaspalabrasyfotogramas.blogspot.com