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LAS HISTORIAS PARA NO DORMIR

DE NARCISO IBÁÑEZ SERRADOR

 

Uggla Horrorwitz

 

 

El pasado 9 de junio falleció Narciso Ibáñez Serrador, un nombre muy poco conocido en América Latina quien hace algunos meses  recibió el premio Goya de honor por su contribución al cine de género. Sin duda, su trabajo y legado en los géneros fantástico, terror y ciencia ficción perdurará mucho tiempo. “Chicho” dedicó la mayor parte de su vida a difundirlos en diferentes medios.

Nació en Uruguay el 4 de julio de 1935, fue hijo de Narciso Ibáñez Menta (actor cuyo trabajo impulsó también el terror y la ciencia ficción) y Pepita Serrador. Tras la separación de sus padres viajó a España para trabajar en la compañía de teatro de su madre como actor y posteriormente como director. Después de un tiempo regresó a Argentina, donde su padre incursionó en la televisión. A finales de los años 50 hace su primer guión para la televisión en la serie Obras maestras del terror, realizando adaptaciones de relatos del género en formato de miniseries; muchos de esos capítulos fueron protagonizados por su padre Ibáñez Menta. Basado en este trabajo y de la mano del mismo director, en 1960 haría el guión para Obras maestras del terror, una película que adapta tres historias de Edgar Allan Poe:  “La verdad sobre el caso del señor Valdemar”, “El barril del amontillado”y “El corazón delator”.

Posteriormente haría la miniserie El fantasma de la ópera, basada en el relato de Gastón Leroux (autor al que ya había adaptado antes en un episodio llamado “El muñeco maldito”, lanzado en las Obras maestras del terror). Todavía en Argentina lanza Mañana puede ser verdad, donde demuestra su gusto por la ciencia ficción adaptando relatos de autores como: Bradbury, Huxley, Robert A. Heinlein. Tiempo después le ofrecen hacer el remake de la serie en España.

Tras hacer la nueva versión se encargaría de hacer el guión de Historias para no dormir, serie que empezará a transmitirse en 1966 con el capitulo «El cumpleaños». En ella retomaría su interés en adaptar algunos relatos de ciencia ficción, pero terminaría decantando hacia el terror y la literatura fantástica, usando la obra de autores como Ray Bradbury, Carlos Buiza, Henry James, Arthur C. Clarke, Edgar Allan Poe, Robert Bloch, W.W. Jacobs. Aquí, Chicho elaboraría varios guiones bajo el seudónimo de Luis Peñafiel.  El episodio «El Asfalto» sería premiado con La Ninfa de Oro en el festival de Montecarlo de 1967. Hoy en día se pueden adquirir los episodios en formato DVD y se puede echar un ojo a varios de los episodios ACÁHistorias para no dormir y Mañana… pueden ser consideradas como La dimensión desconocida del mundo hispanohablante.

La serie dejó de transmitirse en 1968. Para 1974 se lanza un nuevo capítulo, llamado «El televisor», que trata sobre un hombre con trastorno obsesivo compulsivo; episodio del cual el propio Chicho afirmaba era uno de sus favoritos. Para 1982 hace un último intento de revivir las viejas glorias lanzando 4 capítulos:  “Freddy”, “El caso del señor Valdemar”, “El fin empezó ayer”y “El trapero”.

En 1966, a la par del lanzamiento de la serie televisiva, Ibáñez dirigió la publicación en papel de Historias para no dormir, una colección de antologías de singular cariz que contenían traducciones de relatos de autores de género. En ellas coronaba a los autores más conocidos: Lovecraft, Poe, Bradbury, Blackwood, Derleth, pero también abría brecha a autores totalmente desconocidos en el mundo hispanohablante, como Reginald Denham, Mervyn Peake, Maria Moravsky, muchos de los cuales no han vuelto a ser traducidos al español. Contenían también artículos sobre brujería, artes ocultas, muy en la línea de lo que hiciera la mítica Weird Tales. A partir del tercer volumen (cada volumen de la publicación era algo así como una temporada), las antologías adoptaron el formato de revista y se dice tuvieron bastante difusión: su tiraje alcanzó más de 50 números publicados. La labor era muy parecida a lo que hacía Alfred Hitchcock con su programa Alfred Hitchcock presenta.

A lo largo de su carrera Ibáñez sólo dirigió dos largometrajes, ambas bastante notorias: La residencia (1969) y ¿Quién puede matar a un niño?(1972), esta última ha sido olvidada en las lista de películas de niños malditos.

Para el 2005 lanza la serie Películas para no dormir en un intento de revivir el espíritu de terror de los años 60, por lo que invita a varios directores a hacer películas que serían lanzadas en DVDs de alquiler y posteriormente lanzadas en DVD. En ella encontramos La habitación del niño de Álex de la Iglesia –que destaca por su ambientación y trama–, Para entrar a vivir de Jaume Balaguero, Regreso a Moira de Mateo Gil, Adivina quién soy de Enrique Urbizi, Cuento de navidad de Paco Plaza y La culpa del mismo Narciso Ibáñez.

Sin duda, durante su carrera Narciso Ibáñez apostó por géneros que en diferentes momentos de la historia fueron considerados poco serios o para niños, los mismos que hoy en día, al igual que hace 50 años, construyen su propia realidad en la televisión, el cine y la literatura.

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Uggla Horrorwitz

Lector compulsivo de terror y fantasía. A veces escribe sobre las pesadillas que aún no ha tenido,

pero que tanto le gustaría que lo aterraran.

https://traeum-suess.blogspot.mx/

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