INVINCIBLE

¡el mejor comic de superhéroes que existe!

(Robert Kirkman, Cory Walker & Ryan Ottley, Image, 2003 a la fecha)

Pok Manero

 

Comenzaré esta reseña declarando lo siguiente: odio a Robert Kirkman. Lo odio por varios motivos, siendo el primero de ellos lo bien que escribe. El muy desgraciado tiene un ritmo fenomenal, hace que el lector devore página tras página frenéticamente y es un gran maestro del final de suspenso (o, como le llaman los anglófonos, el cliffhanger). También lo odio por ser tan prolífico: mes tras mes desarrolla ideas nuevas e interesantes. Y para terminar, lo odio porque me hace sufrir: pone a sus protagonistas contra las cuerdas a cada rato, mata a personajes a diestra y siniestra, si cometes el error de encariñarte con alguien en particular sufrirás cuando las cosas se pongan feas (en The Walking Dead está casi garantizado que todo personaje tendrá una muerte horrible tarde o temprano; en Invincible tal vez sobreviva, pero eso no necesariamente significa que saldrá ileso). Principalmente por esos motivos es que lo odio, pero también precisamente por ellos lo amo. Pues escribe grandes historias, completamente adictivas y disfrutables.

Es difícil hablar de Invincible sin revelar partes de la historia, dado que lleva más de diez años publicándose. Según las palabras de Mark Waid, en su introducción al primer trade paperback, podemos decir que se trata sólo de un comic de superhéroes, mas no es OTRO comic de superhéroes. Hago esta distinción porque es importante: en estos tiempos en que muchos escritores, artistas y lectores de comic repudian el subgénero superheróico (con el cual la gran mayoría comenzó su afición o su carrera, al cual crecieron amando y disfrutando), muchos títulos nuevos intentan contar historias en otros géneros o abordan a los superhéroes haciendo deconstrucciones o sátiras irónicas. Invincible no es así. Sin pretender reinventar nada, sin descubrir el hilo negro, Robert Kirkman y Cory Walker crearon en 2003 a Mark Grayson y su cada vez más amplio elenco de personajes.

A todos nos ha tocado una charla similar: «Hijo, quiero hablar contigo. En los próximos años experimetarás ciertos cambios. Tendrás acné, vas a tener que lavarte la cara más seguido. Te va a salir vello en algunas partes del cuerpo. Tu voz se va a quebrar y eventualmente cambiará. Empezarás a ver a las chicas desde otra perspectiva.» Pero cuando Nolan tuvo esta plática con su hijo Mark, agregó: «Probablemente heredarás mis superpoderes: superfuerza, supervelocidad, vuelo. Todo eso.» Interesante, ¿no?

 

Invincible empieza contando las aventuras de un estudiante de preparatoria que sigue los pasos de su padre Omni-Man y se vuelve superhéroe cuando sus poderes se manifiestan. Conoce a otros héroes adolescentes, combate a sus primeros villanos y va conociendo sus habilidades, todo esto mientras termina la prepa, sale con sus amigos, consigue novia, estudia para sus exámenes y convive con su familia. Pero para el tercer trade, un giro inesperado (mas planeado desde un principio) cambia por completo la perspectiva.

Kirkman nos presenta un acercamiento fresco que nos recuerda por qué nos gustaron en un principio los comics. Sin la carga de una continuidad de varias décadas (de manera similar al Ultimate Spider-Man de Brian Bendis), se va ampliando un «nuevo» universo de superhéroes que incluye a otras creaciones de Kirkman (Brit, Tech Jacket, Capes, The Astounding Wolf-Man, Guardians of the Globe) e incorpora a otros superhéroes viejos y nuevos de Image (Savage Dragon, Superpatriot, Dynamo 5), llegando a mostrar cameos de otros personajes, incluso Spider-Man y Batman.

Narrativamente, lo tiene todo: traiciones, aventuras cósmicas y espaciales, invasiones alienígenas, realidades paralelas, viajes en el tiempo. Las historias se van sembrando poco a poco, las tramas van creciendo a través de los números mensuales hasta explotar en toda su gloria, tal como en las mejores etapas de los X-Men cuando Chris Claremont escribía y John Byrne dibujaba. Distinto a lo que se acostumbra hoy en día, en que todas las historias se diseñan para durar de seis a ocho números para después ser recopiladas en un libro, aquí las semillas de una aventura se plantan y puede que no den fruto sino hasta dos o tres libros más tarde. Para marcar la llegada de su número cincuenta, Invincible tuvo un cambio de imagen tan drástico como aquel que experimentó Spider-Man con el traje negro o Wolverine cuando utilizó su vestimenta de colores café y ocre. Más adelante, para el número setenta y cinco, regresó a una variación del traje original. También apareció un personaje juvenil, para algunos tan insoportable como Jason Todd o el más reciente Robin, Damian Wayne.

Pero no sólo eso, también está el lado humano de los personajes. Mark tiene romances que nada le piden a los amoríos de Peter Parker con Gwen Stacy, Mary Jane Watson o Black Cat/Felicia Hardy. La mamá de Invincible, Debbie Grayson, es un gran personaje que da bases sólidas al aspecto familiar del comic, logrando que la convivencia diaria no contraste sino que se acople perfectamente con el lado fantástico. Y el comic no se limita al explorar dilemas morales, como las eternas preguntas: ¿Debe un superhéroe matar a sus enemigos? ¿La existencia de un héroe engendra a sus villanos? ¿Hasta dónde puede marcarse la línea entre el bien y el mal? ¿Es posible rehabilitar a un villano, hacer pactos con él? Las historias en Invincible muestran las ramificaciones y las consecuencias de cada decisión y cómo muchas vidas se tornan en tragedias cuando alguien simplemente está en el lugar incorrecto y en el momento equivocado. Los villanos no son planos ni maniqueos, sino que poseen una gran profundidad y, en algunos casos, resulta difícil juzgarlos o negar que pueden tener algo de razón. Un punto interesante es que no siempre se resuelven las cosas con golpes, sino que a veces los personajes intentan pensar lateralmente y dialogar las cosas, dando resultados diferentes.

En el aspecto gráfico, una vez que el comic empezó a salir tarde dado que Cory Walker no podía terminar el arte a tiempo, entró en escena Ryan Ottley para salvar el día. Con dibujos que al principio se asemejaban al estilo limpio de Walker (con sus debidas influencias de Mignola e incluso de Hergé, al dibujar los ojos como puntitos), con el tiempo ha ido depurando su trabajo conforme se va acostumbrando a los personajes. Por un tiempo su estilo tomó un aspecto un tanto más realista, pero conforme avanza la serie se ha vuelto cada vez más dinámico y fluido, jugando sobre todo con las expresiones faciales. Ahora, si bien Walker ya no es el artista regular, frecuentemente ha contribuido diseñando personajes cuando Ottley se siente atorado o cuando algún diseño de este último no convence del todo a Kirkman. El co-creador del título también de vez en cuando ha contribuido con el arte de un par de números dedicados a Allen el alien, o bien con los segmentos ocurridos en la dimensión flaxiana en el  arco What’s happening (que corresponde al volumen diecisiete).

Y la violencia, la gloriosa violencia. Invincible es uno de los comics más gráficos y sangrientos que hay, pero todo hecho de una manera a la vez detallada y hermosa (de ser posible considerarla así): fracturas expuestas, intestinos volando, ojos abandonando sus cuencas oculares y decapitaciones, todo esto bañado en sangre del rojo más brillante que podamos ver. Algo que comenzó como un comic familiar ha ido subiendo de tono hasta volverse material para adolescentes y adultos, sólo falta que se incluyan desnudos totales para restringirlo a lectores maduros (pues en la última página del último trade ya aparece por primera vez la palabra fuck).

Hasta el momento se han publicado ciento nueve números de manera casi mensual (a veces se da uno que otro ligero retraso, pero nunca de más de dos meses, y a veces se publican dos números en el mismo mes), que han sido recopilados en varias formas. El formato más accesible son los trade paperbacks, o TPBs, de los cuales van diecinueve. Cabe mencionar que todos ellos, con excepción de The Viltrumite war y The death of everyone (cuyo título me parece engañoso pues, a pesar de que mueren miles de civiles en un cataclismo de escala global, no acaba con la vida de ningún personaje principal) están nombrados en honor a alguna serie televisiva estadounidense, las llamadas sitcoms. Otra alternativa más costosa es conseguir los Ultimate Collection hardcovers, o bien los volúmenes de la Complete Invincible Library, también de tapa dura y con estuche. También está la impráctica pero económica presentación de los Invincible Compendium, dos librotes (hasta ahora) en formato de rústica que reimprimen aproximadamente cincuenta números cada uno. Adicionalmente a la serie principal, se han publicado algunos títulos aledaños que serán reseñados en la próxima entrega de esta columna, pues aquí ya no cabe mucho más.

Ahora quiero hablar de uno de los peores enemigos de los comics. Y no se trata de ningún villano: me refiero a la barrera del lenguaje. Como apasionado del medio, mi búsqueda me ha llevado a conseguir comics en inglés: consecuencias de esto son mi anglofilia y el (¿lamentable?, ¿desafortunado?) hecho de que poseo un mayor vocabulario en la lengua de Shakespeare que en la de Cervantes. Si bien hay muchos lectores de comics que dominan el inglés, son minoría comparados contra todo el mercado potencial de gente a quienes les interesa pero que se les dificulta la lectura en este idioma. Por fortuna, en últimas fechas hemos estado viviendo un nuevo boom del comic en México y, para gusto de muchos, no sólo con comics de Marvel y DC. Editoriales como Kamite, Panini, Caligrama y Bruguera se han dado a la tarea de publicar títulos tan diversos y variados como se ven en el mercado estadounidense, y fue la primera de éstas la que empezó a publicar y distribuir Invincible en español. Si no me equivoco, a la fecha han publicado los primeros cuatro volúmenes y se pueden conseguir fácilmente, tanto en puestos de periódicos como en la tienda de los tecolotes, o bien en el stand de la editorial en cualquier evento o convención (de las cuales se realizan varias al año). Así que, si no le han dado una oportunidad o estaban dudándolo, no lo hagan más. Ábranle su corazón a Kirkman y a Invincible, les aseguro que no se arrepentirán.

 

 

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Adrián “Pok” Manero, tras años como lector asiduo, decidió que el siguiente paso en su manía consistía en elaborar sus propias ficciones. Se dedica compulsivamente a leer comics y libros y a ver películas, quisiera ser como los gatos y disfruta escribiendo sobre sí mismo en tercera persona.  vinetaspalabrasyfotogramas.blogspot.com