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LOS MOTIVOS DEL CANÍBAL

I

Laura Martínez

 

¿En su país todavía hay caníbales?

¡No, señor! Ya nos los comimos a todos. *

 

 

Algunos dicen que sabe a ternera; otros, a cerdo; y uno de los testimonios más recientes revela que “lo más terrible es que la carne humana tiene buen gusto. Es tierna como la del ciervo”.[1] Hablar de canibalismo nos remite a Masacre en Texas, El silencio de los inocentes o Soylent green, por mencionar las más populares. Para las sociedades modernas occidentales, el conocimiento de un otro que se satisface con carne humana no podría más que provocar el temor ancestral a la extinción, no obstante el canibalismo sea tan viejo como los primeros humanos.

Imagen de Roland Topor

Imagen de Roland Topor

El monstruo del nuevo mundo

¿Qué acontecimiento perdido en el origen de los tiempos pudo provocar la ingesta de carne humana en el hombre del nuevo mundo? La búsqueda de una causa que pueda explicar este acto ha impulsado la creación de diversos estudios. Una de las tesis más aceptadas es la de que hubo un tiempo de escasez que motivó al canibalismo, asegurando la supervivencia de las comunidades. Probablemente en un inicio sólo comían la carne de los que morían por causas naturales y, al no ser suficiente, se vieron en la necesidad de sacrificar a un elegido, de ahí su origen ritual. Otros, han negado la posibilidad de que en estas tierras se llevara a cabo tan terrible práctica, siendo éste un invento fabricado por los colonizadores para acreditar la imposición de una ideología imperialista dominada por el credo inquisitorial.

Aunque actualmente existan las suficientes pruebas que evidencian las prácticas caníbales en América, las razones aún se discuten. Lo cierto es que los españoles lo relacionaron a costumbres arcaicas y salvajes que demostraban la bestialidad primitiva del nativo americano y, peor tantito, la idolatría de falsos dioses sanguinarios. Sin duda, la inclusión de carne humana en la dieta no estaba dentro de los planes de los europeos recién llegados a América ni, evidentemente, el de respetar a las civilizaciones que los recibieron. Así, la idea del hombre antropófago fue satanizada con la intención de justificar la colonización: el saqueo, la esclavitud y la imposición de una ideología que las consideró sociedades en plena edad de piedra que requerían ser “civilizadas” para abandonar sus tradiciones abominables y blasfemas, un cuento por demás conocido.

El encuentro con el otro, con una concepción del mundo distinta e incomprensible, trajo consigo el descubrimiento de nuevos monstruos.

Holocausto cani?bal

Holocausto caníbal, 1980

Mucho de lo escrito por los invasores referente al canibalismo practicado en el nuevo mundo estuvo exacerbado por la imaginación de los exploradores y más por aquellos que sin haber pisado tierra americana basaron su obra en estos relatos. Tal es el caso de Theodore de Bry, quien realizó una serie de grabados en cobre dedicados al canibalismo de los tupinambá, inspirados en la descripción de Hans Standen, prisionero de estos últimos por casi un año, y que, entre otros testimonios e interpretaciones, definen la representación del caníbal del nuevo mundo en el imaginario occidental.

Americae Tertia Pars: Theodor de Bry, 1592

Americae Tertia Pars: Theodor de Bry, 1592

El canibalismo como acto supremo de venganza y, por tanto, de fiesta, se convierte en un ritual escenificado por todos los miembros de la comunidad en el que el verdugo explica las razones del porqué será ejecutado y comido, a lo que la víctima del sacrifico responde mostrando conformidad con su destino, confiado de que en otro tiempo su familia lo vengará de la misma forma y así hasta el final de los tiempos. Aunque los europeos vieron con terror la naturalidad con la que los aztecas, los tupinambá o los caribes consentían el canibalismo, sea venganza, ofrenda o absorción de las fuerzas del enemigo, el carácter ritual de éste es innegable. Dice Eliade:

El caníbal asume su responsabilidad en el mundo, el canibalismo no es un comportamiento “natural” del hombre primitivo (tampoco se sitúa en los niveles más arcaicos de la cultura), sino un comportamiento cultural, fundado sobre una visión religiosa de la vida. [2]

Americae Tertia Pars: Theodor de Bry, 1593

Americae Tertia Pars: Theodor de Bry, 1593

Andrés de Tapia y López de Gómara, ambos cercanos a Cortés, refieren que los aztecas, para reconocer la naturaleza de esos extraños seres llegados del agua, hicieron una prueba que no dejaría duda alguna sobre su verdadera índole :

Tres o cuatro días antes de esto habien venido ciertos indios al real, é traído al Marqués cinco indios, diciéndole: “Si eres dios de los que comen carne o sangre, cómete estos indios, é traerte hemos más; é si eres dios bueno, ves aquí incienso é plumas; é si eres hombre, ves aquí gallinas, é pan é cerezas”.[3]

Por supuesto, el glorioso alimento de los dioses no podría compararse al de los mortales.

Códice Magliabechiano, 1562-1601

Códice Magliabechiano, 1562-1601

 Continuará

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Imagen de cabecera: Cannibalisme de Sarajo Frieden, 2014

* Frase atribuida a Borges

[1] Declaración de Nicolas Cocaign, el caníbal de Rouen

[2] Eliade, Mircea, “Las preocupaciones del caníbal” en Mitos, sueños y misterios, Argentina, Compañía general fabril editora, 1961, p. 45

[3] Cardín, Alberto, Dialéctica y canibalismo, Barcelona, Anagrama, 1994, p. 66

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Máscaras (1)LAURA MARTÍNEZ ABARCA

Aunque todo parece incierto, los hábitos se cumplen rigurosamente; sin pensarlo, miro mi mano derecha con una taza de café negro: ¿de dónde salió? Pero qué sucederá, nadie lo sabe. Lo más probable es que veamos transcurrir la vida en espera de un vuelco que nos revire, como esos insectos tumbados sobre sí mismos haciéndose los muertos, aferrados a la vida.

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