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MICHAEL: CRÓNICA DE UNA OBSESIÓN

Carlos Meléndez

Una de las grandes sorpresas del 32 Foro Internacional de la Cineteca Nacional fue la película Michael: Crónica de una obsesión, ópera prima de Markus Schleinzer, quien antes de debutar como director, se dedicaba a dirigir casting para cine y televisión en Austria.

Dentro de su trabajo como director de casting estuvo involucrado en películas como El listón blanco, El tiempo del lobo y La pianista, películas dirigidas por Michael Haneke, quien ha ganado dos veces la Palma de Oro en el festival de Cannes, y que evidentemente ha influenciado al director debutante en la realización de su ópera prima, Michael.

Michael cuenta la historia de un pederasta que tiene secuestrado a un niño en el sótano de su casa. Un hombre aparentemente normal, retraído en el trabajo, que pareciera incluso acomplejado, que vive en un hogar arreglado y limpio, pero que esconde tras una puerta a un infante secuestrado del cual abusa sexualmente.

A partir de viñetas y una cámara objetiva, la película  muestra la cotidianidad de la vida del pederasta y su relación con el infante. La cual, a momentos, se siente cercana y entrañable, pero poco a poco vamos descubriendo como enfermiza. A modo de thriller, la historia se va complicando a niveles muy sutiles hasta llegar a un final perturbador.

La yuxtaposición de eventos cotidianos, entre el niño y su secuestrador, contrasta con los momentos de abuso, que son manejados de manera sutil, con un sólo diálogo o una simple imagen, dejando a la imaginación del espectador lo más terrible de la historia: las violaciones. De esa manera, la película va sumando poco a poco, causando en la audiencia una sensación de incomodidad y angustia creada por una gran sutileza visual y un gran uso del lenguaje cinematográfico, donde lo que no se dice ni se muestra en pantalla, es lo que realmente importa, permitiendo a la audiencia la construcción mental de la historia.

Es notable la gran influencia de las películas de Michael Haneke tanto en ritmo, composición y sutileza, sin embargo no se siente como una copia de su trabajo. Markus Schleinzer logra crear una historia perturbadora a su propio modo. Las actuaciones son contenidas, incluso frívolas, logrando de esa manera una gran profundidad de personajes.

Michael es una película que logra  destacar por la inteligencia con la que está contada y, sobre todo, la exigencia que pide de la audiencia para que construya la historia. Es muy recomendable que si se acercan a esta película, revisen de igual manera la filmografía de Michael Haneke, representante de este tipo de narrativa e historias.

 

CARLOS MELÉNDEZ

Neurótico, obsesivo y compulsivo.

Casado con el cine y amante de la literatura.

Sufre de delirios de persecución.

Temido por los hombres-lobo y deseado por las mujeres-vampiro.

http://www.cmelendez.com.mx/