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PENUMBRIA
el origen

Miguel Lupián

La semana pasada no sólo celebramos la presentación de PENUMBRIA, AÑO I, también la presencia de Emiliano González, quien, acompañado de Beatriz Álvarez, formó parte de nuestra fiesta fantástica.

PENpres9

Como bien saben, el nombre de este proyecto le rinde tributo a la ciudad crepuscular que aparece en «Rudisbroeck o los autómatas» de Los sueños de la bella durmiente. Por lo que resultó interesantísimo (y de mucho valor) saber de dónde Emiliano González se había inspirado para imaginar dicha ciudad.

En este video, cortesía de Marco y Skandar, lo explica brevemente:

Además nos regaló un fajo de cuentos y ensayos. En uno de ellos, que capturamos gozosos, aborda de manera extensa, con su sello característico de erudición lúdica, de dónde vino Penumbria; y un listado de «correspondencias» con su obra.

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ACERCA DE BANÚ

Emiliano González

Entre Una sorpresa en el desierto y El rey (trova-love) se encuentra Banú, la tierra prometida. En este ejercicio literario escrito en colaboración con varios compañeros de la escuela, en 1967,* se encuentran las comidas extrañas, los varios personajes que a través de mi obra literaria reaparecen, transformados. A continuación trascribo las notas mías, que abren el libro:

 

Notas de Emiliano

13 de agosto— Nos encontramos a un “cuate” negrillo “bien cuate” y éste nos va a enseñar más playa en Acapulco.

14 de agosto— Hoy conocimos playas “bien suaves” y estuvimos buceando un rato. Después fuimos a comer y es todo.

9 de septiembre— Hoy encontré una botella de brandy con el manuscrito siguiente:

“En la región NS de los mares Índicos se encuentra Banú, isla en donde todo puede ser cierto.

Capítulo 1

Tipo de gente

 

La gente de Banú es morena casi siempre.

Viven en aldeas con casas hechas de hoja de palma. Sus sabios conocen todo absolutamente. Hay profesiones como la de guía espiritual, biólogo general, médico, etc.

Los sabios en general dominan lo que los antes mencionados.

Los niños al nacer saben lectura y escritura. Allí no se necesita ir a la escuela. Se aprende con la naturaleza.

Los aviones del mundo estúpido nunca pasan y los barcos tampoco.

Nunca ha habido guerra ni habrá.

El amor es libre y las drogas se ingieren sin peligro.

Las relaciones sexuales son como comer y dormir y no importa la natalidad.

El niño que nace es completamente libre.

Capítulo 2

Flora

La flora es espléndida. Hay especies de frutas de todas clases, sin semillas. (Si traen semillas, son comestibles).

Hay flores como: blera, paka, katendra, andrusa, lementaine y otras.

Frutas como la pencamarilla, muy comida por los hiztz, que mencionaré en el bestiario.

Capítulo 3

Bestiario

Entre las bestias se encuentran los hiztz, gorilas azules que salen al atardecer a tomar agua en los arroyos de la selva. Sus ojos despiden algo raro. No tienen pupilas, sino que en su totalidad son azules.

En los pantanos hay unos anfibios llamados pleros que devoran cualquier criatura que pasa encima de ellos.

En las noches de luna llena se ven salir los pegasos que vuelan, mientras extraños ruidos de aves acompañan el ritmo de la noche.

También hay sirenas, que tienen una belleza esplendorosa.

Se dice que bajo la tierra viven unos seres, creen que son duendes; muy poca gente los ha visto y salen por las ratoneras en la noche. Son barbones y visten ropa fosforescente.

En los altos bosques viven unos seres-ojos, peludos que comen dátiles y viven en lo alto de las palmeras. Nunca bajan de ellas.

También hay centauros que viven en la región inexplorada de la isla.

Las personas que se quieren aventurar por esa región nunca regresan. No se sabe la razón de esto.

Hay un viejo ermitaño que vive en la montaña que está al lado del río Kukz. Nunca baja y todo el mundo lo cree loco. Dicen que hace brujerías y que implora a Buda.

Capítulo 4

Antiguas leyendas

Los domingos a las 12 de la noche se ve una barcaza cerca del valle de los duendes. Se oyen gritos y se ve la figura de un soldado inglés que dispara un cañón.

Hay un monte en cuyas laderas hay estatuas de gente rarísima, como… (borrado en el original)

Se cuenta que hace milenios un sujeto con túnica amarilla hizo señas frenéticas a un pequeño de 3 años.

Desde esa época nadie se atreve a hablar de este monte.

También hay un ar…er…re… (borrado)”.

Final del manuscrito

11. Dulac, Edmund - Peri Banu And Prince Achmed (Arabian Nights)Nótese que “Penumbria” se vio precedida de “Banú”: Penu-Banú: originalmente las únicas penumbras de tal lugar eran las de las sombras de las palmeras sobre la playa: en un principio, el ambiente es más bien soleado (recordemos Cariona, situada en el desierto). Elementos inconscientes: Pen recuerda “pena”; en Banú hay menos pena por el propio cuerpo. El hada Peri-Banú, de cuya existencia me enteré mucho después, es de origen persa. Los primeros monos de mi obra aparecen aquí; los “hiztz”, gorilas azules, y otro fragmento, a mitad de este texto, que trascribo a continuación:

“15 de octubre— En la mañana hubo un espectáculo sorprendente. El barco había salido del fondo del agua y la playa tenía una capa de nieve, igual que el barco.

16 de octubre— Volvió a nevar fuertemente esta tarde.

17 de octubre— La nieve tiene 3 metros de espesor y las montañas parecen los Alpes. He construido un carro que se desliza por la nieve y me “tiro” de los cerros. El río está congelado. Lo que parece más raro es que en pleno Ecuador nieve. Estamos en invierno y en esta isla en verano hace calor y en invierno frío.

18 de octubre— La nieve se ha secado y sólo quedan restos de “monos” mal hechos. Jim explora la isla con el barco.”

Un descendiente de estos “monos” mal hechos reaparece luego en mi cuento La otra orilla (1972), de ambiente y argumentos distintos. Alusión también inconsciente. Luego leemos más acerca de los extraños seres:

“Los unicornios no se dejan agarrar y con los hiztz hay que tener cuidado. Nadie ha probado si son amistosos. Tienen mal aspecto, melena, huelen a incienso y beben agua helada que los seres no toman.

28 de octubre— El ser nos llevó a una región selvática en donde crecen frutas coloridas y hay hiztz dormidos. No vimos ninguno. Hacen túneles en la tierra y ahí viven sin que nadie los moleste. En la noche juegan, comen y beben.”

Y más adelante:

“10 de noviembre— El duende estuvo con nosotros mucho tiempo y nos contó historias banutas.

Después se fue y dijo que tenía un hiztz vivo y atrapado.

Lo traería al otro día. Nunca habíamos visto un hiztz vivo, sólo sombras en las películas.”

La mona de El discípulo, mi novela de horror, tiene su origen en estas fantasías originales. Todas las correspondencias que pude hallar después las reuní en mi ensayo El mono en la literatura. Descubrí recientemente que Banú es una transformación del libro de texto, meramente educativo, que leí en 6º año, en la escuela anterior, en situaciones muy incómodas; libro que resultaba demasiado elemental ante mi nivel de entonces: Cielo, tierra y mar de V. Zamora Orozco, en que aparece el tema de los niños (Poncho y Gela) que por accidente van a dar a una isla desierta. Salvan al copiloto del avión y corren diversas aventuras. La niña se pierde y es asediada por lobos. La rescata un ejército de monos encabezados por el mono Pipiolo (que según el vocabulario quiere decir novato, principiante) y en el rescate interviene asimismo un conejo, animal que es luego salvado por Gela de un incendio. El libro es un pretexto para inocular nociones de historia, civismo, electricidad, agricultura. Finalmente, los niños y el copiloto son rescatados por unos marineros y, una vez sobre París, la stewardess que los acompaña grita: “¡Hasta México!”

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En Banú reaparece la isla y los monos, pero el resto del ritual es absolutamente transformado. Lo educativo es sustituido por lo cultural. Aparecen los laberintos y dibujos con espirales que luego hallaré en la obra de Machen, The London Adventure, con sentido mágico.

Otro ritual de aquella escuela transformado sería este: uno de los maestros tenía la costumbre de decir “¡A la rajatabla!” (cuando estaba enojado) y de leernos un libro titulado Oros viejos. Este ritual es transformado por Ravi Shankar, pues en sus primeros discos aparece siempre la indicación Alla Rakha-Tabla. Respecto de Oros viejos, el título Oldies but Goldies (un álbum reelaborado desde la perspectiva de los post-Beatles, que empiezan a hacer a partir de Rubber Soul) ofrece asimismo una transformación de ritual y de ambiente. Hay una correspondencia con “Savoy Truffle” (comida rara, como en Una sorpresa en el desierto) seguida de “Cry, baby cry” (en que aparecen el Rey y el amor).

Otra correspondencia, recientemente descubierta, es con el disco de Procol Harum con portada Art-Nouveau en que aparecen “Cerdes” (una ciudad imaginaria, como Cariona), “A Christmas Camel” (en que se alude al rey mago Balthazar) y “Repent Walpurgis” (en que hay referencia a la hechicería).

Procol Harum front

 

 

El “antro de los duendes” al que aludo en mi poema “El vampiro” (en Los rituales de la Danna) era originalmente el Valle de los duendes.

Una descendiente de las sirenas de Banú va a dar a “Lo que trajo la red”**, cuento escrito en 1972.

El antecedente del viejo capitán inglés enfermo de canibalismo, de mi poema “Paseo dominical”, aparece aquí: se trata del soldado inglés e inmediatamente después, menciono un monte en cuyas laderas hay estatuas de gente rarísima.

                       El viejo capitán inglés

                       enfermo de canibalismo

                       perdura en esta imagen

                       de laca y mármol negro

                                       (poema de Los rituales de la Danna)

Frutas como la pencamarilla. En El rey (trova-love) aparece el personaje Penny después del primer acto (“Cámara”). Penumbria es un juego de palabras relacionado también con esto. “El peregrino amarillo” de mi libro Los sueños de la bella durmiente, se origina aquí. El hermafrodita amarillo de “Paseo dominical” parece indicar que en este poema se trata inconscientemente de “Una sorpresa en el desierto”. Al hermafrodita lo rodean las colegialas, en un museo extraño. Por otro lado, antes de Penny estaba Jennifer Wilson, personaje acerca del cuál escribí una novela corta anterior a “Una sorpresa en el desierto”, de la que recuerdo poco. El argumento de Jennifer Wilson era de espionaje: importaban más un cierto estilo y un ambiente. Jenny se convierte en Luisa, Luisa en Penny, Penny en Joan… y aquí vuelve un poco el recuerdo de Jenny. Hay un gradual predominio de lo esotérico y de los significados amorosos. El misterio anecdótico, realista aparentemente —pues la ideación modifica mi entorno cotidiano, me transporta lejos de ése— se ve sustituido por un misterio más irreal y poético. Pervive una voluntad de vida divertida e intensa planeada conscientemente, la noción de misterio, a la curiosidad, el erotismo. Logré ver realizado uno de mis sueños de entonces: ver mi libro en la librería de Liverpool, junto con otras obras afines. Yo siempre imaginé una vida intensa y divertida acompañado de ese libro: una vida de estudio y a la vez de placer. Esto va dándose poco a poco. Hace unos cinco años encontré una novela de Muriel Resnick titulada La muchacha del bikini turquesa (1965), sobre la Riviera, donde aparece un personaje llamado Jennifer Wilson, pero, claro, el argumento es distinto. Mi libro, originalmente habría sido acompañado de otras obras de misterio, fue con los años cambiando de carácter, fue relacionándose con otros libros también vendidos en la misma librería: de ciencia-ficción, poesía, prosa modernista, erotismo, arte. Ya no es la misma obra que entonces habría figurado allí, pero es la obra ideal, que con el paso del tiempo fue tomando todos estos sentidos diferentes: fue matizándose, refinándose, originalmente configuraba el ritual de Libertad: misterio, amor, fantasía, placer, humor, erotismo, gusto por la prosa, y una cierta frescura.

El personaje cambió, no sólo de nombre, sino también de significados internos. Joan es Jennifer protestando por estar olvidada: de haberla recordado yo en esa época, habría aclarado elementos de Joan. El personaje protesta por un olvido que cubre el pasado significativo.

Crisrager, de Alaska, (gran navegante obsesionado por la Atlántida y que sueña con una isla cuyo nombre es Banú) pasa a la Crisofagia de “Rudisbroeck”. Recordemos que, originalmente en “Una sorpresa en el desierto”, el canibalismo carece de significado religioso. La crítica gnóstica es un matiz intelectual que aparece hasta “Rudisbroeck”. Todas estas lecturas de textos viejos eliminan elementos que resultaban incómodos y añaden frescura. Otros matices, ante mis nuevas situaciones vitales, surgieron después.

Otras alusiones inconscientes a “Una sorpresa en el desierto” y a “El rey (trova-love)” se encuentran a lo largo de mi obra. En “Los viejos compañeros” se alude a “La espera” del final de “El rey (trova-love)”, en un contexto árabe, y se alude a un desierto del África Central —una África inferior, alternativa— en la nota al pie de página. “¡La espera!” (obra larga y aburrida), se dice en “Rudisbroeck”. Se critica el hecho de que “El rey” se vea sustituido por obras en que intervienen freaks y se insinúa que la representación alrededor del autor sea una extensión inútil y cansada del final de “El rey (trova-love)”. El poema “Pesadilla” de Los sueños… alude a “una ciudad desierta”, a un rey de “ciudad muerta”, “monarca en un dominio helado”, con lo cual se une —sin saberlo yo— lo cálido del desierto original con lo frío de la ciudad criticada. “La última sorpresa del apotecario” incluye uvas gigantes, lo cálido-helado del “Jardín que florecía en invierno”. En “La extraña aventura de Bruisov” aparece un desierto de arenas azules y la comida, los robots de “El rey”. En “Memorias de un caracol”, extrañas comidas. En “Jardín del placer”, Margarita Maravilla (pencamarilla, la fruta-mujer-ciudad-mujer). En un texto inédito, con dibujos, aparece resaltado el juego de palabras Desire-Desirée. Recordemos que en “Una sorpresa en el desierto” se insinúa el juego desert (desierto) y dessert (postre). En un poema titulado “Manuscrito en una botella” se lee:

Iluminada

en una luna con

paisaje,

espíritu elemental,

flotando entre los sauces,

que lloras

brillando con treinta lunas

en la noche de arena,

mausoleos de penachos rojos,

peces y cantos,

tambores de grillo en

una noche africana

más allá de la estrella

del sur,

ante el sol de los dibujos;

elemento

alquimia,

sustancia.

 

(Los gritos de los pájaros no nos dejan dormir.)

 

AYÚDENME.

MORÍ EN 1792.

 

devorado por los caníbales…

Y en “El Kraken” (Tríptico) podemos leer:

Arenas doradas de Etiopía, rotas y

Vejadas por el viento,

que emiten murmullos de mediodía,

murmullos de crepúsculo,

palitos secos, hojas cortadas

ramas en sepia

el camello pisó y dejó su huella

y la huella del hombre que dormía;

camello y estrellas en la noche

camello y estrellas en el viento

camello y estrellas en el polvo.

Tienes derecho a rugir, viento,

acompañado de lluvias

y suspiros humanos,

la manzana del Tigris

maduró, se pudrió y desapareció.

Aún queda

una semilla en tu lecho.

Las aguas, cobardes,

desaparecieron

con los maullidos del monstruo.

Un gran animal,

con cien bocas y mil oídos,

come mis manos

servilmente.

En el sexto poema de mi serie inédita “Los días de la semana” se lee:

cada vez que salgo de tu casa

me sorprende el cielo sus

matices

creo que voy por otra ruta los

autos en Reforma parecen

dromedarios

tomo un taxi el conductor me devuelve

dos monedas de plata y a mi lado no hay

nadie

(tímidamente chiflo)

la cola en el cine

matógrafo termina dos cuadras después

ya es hora de almorzar nueve

aceitunas

Los autos-dromedarios, las monedas, las nueve aceitunas (comida excéntrica).

Finalmente, en Los sueños… aparece otro poema corto en que se retoma el motivo de las aceitunas, esta vez con “oros” y “mantas”.

El crítico o crítica ideales pueden, con estas indicaciones que les doy, elaborar un texto que tome en cuenta los nuevos elementos que entraron en ese ritual, y los matices intelectuales a que he aludido. Otras historias, que no son “Una sorpresa…” no “El rey”, fueron creándose poco a poco. Siempre ramificaciones del final de la obra teatral (el vampiro, el hombre-lobo), o bien alusiones a otro mundo, de placer (“Quinta de los dos peces”, “Memorias de un caracol”, “La otra (g)orilla”, “Jardín del placer”, “Casa de las buganvilias”), en que reaparecen un poco los temas de la comida, o del amor, pero que resultan ya ramificaciones de “Una sorpresa” y “El rey”, susceptibles de convertirse en mundos nuevos. El hecho de que la mayoría de mis textos sean cuentos o poemas o ensayos y no obras teatrales alude un poco al hecho de que yo deseaba, en mi vida, una realización verdadera de hechos intensos, no tanto representados como vividos. Antes de “El rey” hubo una “tocada” del grupo Shutney —allí está la alusión a la comida rara— con bellas bailarinas, en el teatro Insurgentes. Esto habla del mundo exterior, que si bien no accedió nunca a ver “El rey (trova-love)”, en algún momento presenció una extraña función en que intervinieron la comida rara y la alusión al Amor. Yo participé como baterista. Me pregunto cómo habrán sido las otras danzas que acompañaron aquella función, pues no las presencié. Las imagino eróticas, mágicas. He realizado algunos deseos de la época de “El rey”: vivir con mi mujer en el Desierto de los Leones, consagrarme al arte, vivir fuera de lo convencional. He continuado con Beatriz, cosas que se quedaron interrumpidas entonces (por una serie de circunstancias ajenas a mí). Y desde mis primeros cuentos continué lo de “Una sorpresa” y lo de “El rey” de manera inconsciente, pero muy creativa.

He tratado de entrar, por todos los caminos posibles, en otro mundo.

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** Incluido en PENUMBRIA, AÑO I.