RADIACTIVIDAD PARANORMAL
Bernardo Monroy
Acabo de ver Terror en Chernóbil y siendo sincero, no supe si se trataba de Silent Hill o Resident Evil. La película de Bradley Parker, producida por Oren Peli, bien pudo haberse titulado Radiactividad Paranormal.
Tras una breve consulta al Dios Google, descubrí que las opiniones de esta película han sido muy variadas: por un lado, Hollywood Reporter reconoce que el productor logra crear suspenso con un mínimo de presupuesto (al igual que en su obra previa, Actividad Paranormal), por otro, aseguran que la película es una serie de clichés del cine de terror (opinión que yo comparto), y la más constante es que se aprovechó de una tragedia para ganarse unos dolarucos. Por otro lado, entre las opiniones más objetivas está la de Esti Herman, director ejecutivo de la asociación Chabad’s Children of Chernobyl, pues declara: “Espero que la película reactive la curiosidad de la gente respecto del desastre; (…) nuestra organización la usará para crear conciencia y recaudar fondos”.
Lo cierto es que, pese al descontento generalizado por no respetar una de las más terribles tragedias del siglo XX, no es la primera vez que se usa el desastre nuclear ruso para narrar una historia de terror, ciencia ficción o fantasía. Chernobil ha servido como tema para videojuegos, cómics, y series de televisión.
Empecemos con las leyendas urbanas: no es la primera vez que se presupone que en Pripyat “espantan”. La serie televisiva Destination Truth dedicó todo un capítulo a investigar los supuestos fenómenos paranormales de la ciudad desierta. Como resulta evidente señalar, no existe una sola prueba sólida de ello, salvo testimonios que aseguran “sentirse observados” cuando caminan por las desiertas calles de Chernobil y Pripyat. Teniendo en cuenta que fueron sede de tan terribles tragedias, no es de extrañar que se experimente inquietud.
Los cómics de Marvel también se han inspirado por la tragedia que nos ocupa. Un ejemplo es la miniserie Havok/Wolverine: Meltdown. La historieta corre a cargo de Walter y Louise Simonson, y enfrenta a los dos X-Men contra una célula terrorista que planea hacer estallar una central nuclear. La serie de cuatro números hace constantes referencias a lo acontecido en Chernobil.
La popular serie de los novena Expedientes Secretos X, habla también de mutantes y radiación en el capítulo de su segunda temporada The Host, donde los agentes Fox Mulder y Dana Scully enfrentan a un mutante de forma viscosa y repulsiva llamado Flukeman, surgido a partir de lo acontecido en Rusia. Las críticas de este episodio fueron más que positivas y no se juzgó a Chris Carter, el creador de la serie, por “burlarse” de la tragedia, sino que el monstruo es uno de los diez villanos más recordados de la serie.
El genial Hayao Miyazaki también se ha inspirado en la tragedia, produciendo el video On Your Mark.
No podemos evitar mencionar el videojuego S.T.A.L.K.E.R.: Shadow of Chernobyl, un first person shooter desarrollado en las ciudades de la tragedia, donde en 2006 sucede una ficticia segunda explosión. La trama está inspirada en la novela clásica de ciencia ficción Picnic junto al camino de los rusos Boris y Arkadi Strugatski.
Por cierto, la imagen que usan en el póster de la película, que muestra a una niña usando máscara de gas y sosteniendo una muñeca, está inspirada en una fotografía real tomada por Efrem Lukatsky, destacado fotógrafo de la AP, que tiene todo un portafolio del abandonado Pripyat.
Como resulta evidente señalar, cuando fue a tomar las fotos ningún mutante se lo comió.
BERNARDO MONROY
Bernardo Monroy nació en 1982 en México D.F. y actualmente vive en León, Guanajuato. Es periodista y ha publicado el libro de cuentos “El Gato con Converse” y la novela “La Liga Latinoamericana”, así como la novela electrónica “Slasher”, disponible gratuitamente en el portal “Zona Literatura”. Es aficionado a los videojuegos, los cómics y los géneros de terror, fantasía y ciencia ficción, y escribe porque está frustrado, ya que nunca pudo ingresar a la Escuela de Jóvenes Dotados del Profesor Xavier. Sus textos han sido traducidos al klingon y al élfico.