Seleccionar página

UNA MIRADA A LA POESÍA FANTÁSTICA

I

 

Jimena Jurado

 

Es probable que cada vez la Ciencia Ficción tenga mayor número de adeptos y más aceptación, literariamente hablando. Me refiero, por supuesto, al género novelístico y al cuento, porque es evidente que:

  1. No es percepción propia que la CF sea aminorada en la literatura.

  2. Nunca –que yo sepa– se ha escuchado sobre ensayos sci fi y todavía es poco común oír sobre poesía de ciencia ficción.

Pues bien, sobre esta última categorización, he tenido la convicción de hablar, por lo menos de forma breve, con el propósito de desenterrar, dar a conocer o a re-conocer algunos movimientos o propuestas de asociaciones, editoriales o escritores que, sin importar su época ni geografía o miedo a la crítica, se han arriesgado a difundir o crear versos de corte fantástico (en palabras de Penumbria, entiéndase “terror/horror, ciencia ficción, fantasía y demás cosas raras difíciles de clasificar”).

Lo sé, tal término podría causar muecas y revuelo entre literatos puristas que se han cerrado a ideas ortodoxas sobre el arte.  Incluso, me da la impresión de que algunos creen que la ciencia ficción es sólo para un pequeño grupo marginal de adolescentes, adultos con SPP o unos cuantos chiflados en busca de entretenimiento. En este caso podría resultar arriesgada la inserción de la palabra “poesía” antes de “sci fi” (una doble ofensa, quizá), pues pareciera que la “poesía” es asunto de Dioses. Es probable que, por ello, muchos escritores se reserven de tales etiquetas al definir o clasificar sus obras: así no siembran una preconcepción negativa ante el público; tal vez, los mismos lectores ni siquiera se percaten de esos tintes especulativos que tienen frente a sus ojos; quizás, otros, se pregunten por qué demonios tal o cual obra no es o fue considerada oficialmente como ciencia ficción.

Sea como sea y además de las estrategias de marketing que cada creador considere o la definición que el público desee ponerle a la obra, hablar de temas especulativos, científicos, tecnológicos, o sencillamente de alienígenas pansexuales y enanos voladores, no debería ser más o menos trascendente que hablar de las cosas tradicionales y de la realidad que nos rodea.


Las hojas muertas se precipitan con giros fantásticos, raros

y el humo de las chimeneas se arremolina con gracia extraña

siguiendo geometrías del espacio exterior,

mientras Fomalhaut vigila a través de las nieblas del sur.

 

Esta es la hora en que los poetas lunáticos saben

qué hongos brotan en Yuggoth, y qué perfumes

y matices de flores, desconocidos en nuestros pobres

jardines terrestres, llenan los continentes de Nithon.

H.P Lovecraft: Hongos de Yuggoth y otros poemas fantásticos, 1988.

Hongos de Yuggoth de H.P. Lovecraft

Poemas como éste, fueron escritos por Lovecraft alrededor de 1908 y 1913, y así como él, múltiples escritores han explorado distintos estilos, mostrándonos con la misma maestría innumerables mundos sombríos, excéntricos y únicos a través de la novela, la prosa, la poesía o cualquier forma literaria: saltemos de Poe a Bradbury; de Lovecraft a Isaac Asimov y de Asimov a Tim Burton o Neil Gaiman, pero también nombremos a Heinlein, quien introdujo versos en uno de sus relatos narrados a modo de artículo: “The Green hills of Earth”, donde Rhysling, un ciego viajero, escribe poemas en el espacio:

 

Nos podrimos en los aledaños de Venus

nos combamos bajo su pútrido aliento.

Falsas son sus inundadas selvas,

serpenteando con la sucia muerte.

Robert. A Heinlein: Las verdes colinas de la Tierra, 1947.

Ghoe51

De ahí los Rhysling Awards, dedicados a premiar poemas sueltos (a propósito, una de las ganadoras en los años 80 ha sido la famosa Ursula K. Le Guin con «The Well of Baln»). También existen los Dwarf Stars Awards para poemas cortos y los Elgin Awards para obras completas. Éstos últimos creados desde el 2013, y todos ellos llevados a cabo por la Science Fiction Poetry Association, fundada desde 1978. Por otro lado, tenemos desde 1995 un manifiesto acerca de los scifaikus (sci-fi haikus), que, como el nombre sugiere, son una expresión poética inspirada a partir del haiku.

2016

 

ds15

Pero en países hispanohablantes no nos quedamos atrás: premios anuales como el Ignotus, instaurado desde 1991 por la Asociación Española de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror (AEFCFT), dedica, desde 1994, una categoría a mejor obra poética; pequeñas editoriales como El Gaviero han creado un manifiesto sobre la poesía sci fi, y dentro de su catálogo encontramos libros completos y hasta simpáticas postales con poemas e ilustraciones; revistas digitales como Cosmocápsula o MiNatura también dan espacio a propuestas de este estilo.

Portada-Revista

minatura

Pero sin afán de encerrarnos en la pura idea técnica de lo que debería ser y no la poesía fantástica (o debería decir, la literatura fantástica en general), quisiera compartir mi percepción sobre cómo la naturaleza subjetiva y a veces misteriosa del poema podría disimular o apenas sugerir posibles tintes fantásticos, sin un uso necesario de lo explícito. Partiendo de esto, podría citar ejemplos varios de poemas con guiños o insinuaciones sutiles al surrealismo o a la fantasía como me lo parecen, por ejemplo, algunos versos de Xavier Villaurrutia dentro de sus Nocturnos:

Soñar, soñar la noche, la calle, la escalera
y el grito de la estatua desdoblando la esquina.
Correr hacia la estatua y encontrar sólo el grito,
querer tocar el grito y sólo hallar el eco,
querer asir el eco y encontrar sólo el muro
y correr hacia el muro y tocar un espejo.
Hallar en el espejo la estatua asesinada,
sacarla de la sangre de su sombra,
vestirla en un cerrar de ojos,
acariciarla como a una hermana imprevista
y jugar con las flechas de sus dedos
y contar a su oreja cien veces cien cien veces
hasta oírla decir: «estoy muerta de sueño».

Xavier Villaurrutia, “Nocturno de la estatua”.

 

O como el siguiente fragmento de “Los espejos”, de Borges:

Yo que sentí el horror de los espejos 
no sólo ante el cristal impenetrable 
donde acaba y empieza, inhabitable, 
un imposible espacio de reflejos.

Algunos me dirán que, formalmente, esto no es poesía fantástica (¿será porque aquí no hay mutantes o magos?), pero sí me parece que podemos hallar elementos valiosos que nos aportan la sensación de estar ante otras líneas alternas a la realidad común, quizás en un sueño, quizás en otro mundo…

Y sobre las etiquetas, ¿de verdad será necesario distinguir los linderos entre la ficción y el horror, la fantasía y la ciencia ficción, la CF dura y blanda, el Space Western y la Space Opera, el Cyberpunk y el Steampunk, etc, etc?

No olvidemos que, después de todo, más allá de concebir cada tópico como algo infranqueable entre sí, el valor o la aceptación que le damos a las obras debería ser influido por la calidad del texto y aquello que logre transmitirnos y no por su “marca”.

Continuará…

 

**

Imagen de cabecera: Shaun Tan.

 

****

jimenajuradoJimena Jurado Garcia La Sienra (1991)

No nació para la ciencia, pero en su mundo hay ficción y eso es suficiente para hallar vida (y poesía). Su más reciente colaboración está dentro del dossier #150 de MiNatura (especial de poesía fantástica). Obtuvo el 1er lugar en el Certamen de poesía “El espasmo de los cuerpos”, en homenaje al poeta David Huerta, y su poema “Morte” aparece en el “FanTzine” de Faro Tláhuac. Ha colaborado en revistas como Hýbris Magazine, Infame y otros medios digitales.

La puedes encontrar en su claraboya virtual: The PoemTube donde recita y reseña.