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UNA MIRADA A LA POESÍA FANTÁSTICA

II

 

Jimena Jurado

Primera parte

 

En la primera parte de este artículo mencioné algunas propuestas de escritores y proyectos que han dado espacio a la poesía fantástica, porque, aunque ésta se reduce generalmente a un número limitado de trabajos o incluso a un solo poema entre las vastas producciones literarias de sus autores, la poesía fantástica existe y (dejando de lado el reciente término) ha existido desde mucho tiempo atrás.

Mostré también algunos fragmentos de poemas que, para mi gusto, ofrecen elementos capaces de trasladarnos más allá de lo cotidiano mediante una sensación de extrañamiento o de intriga, pero no por ello deben o no, considerarse poesía fantástica. Esto me orilla a pensar que, si se abriesen nuevos estudios en la poesía desde esta perspectiva, muy probablemente nos sorprenderíamos de hallar mucho más de lo esperado y ampliaríamos nuestras listas actuales de exponentes.

Mencioné como meros ejemplos que, dentro del quehacer lírico en la fantasía, podemos encontrarnos a Edgar Allan Poe, a H. P. Lovecraft, a Robert. A. Heinlein, a Ursula K. Le Guin, a Tim Burton, a Neil Gaiman… pero aún hay más: escritores como J. R. R. Tolkien, Lewis Carroll, Terry Pratchett (entre otros) también han dedicado obras enteras a la poesía de fantasía. Incluso, si viajamos un poco más y menos lejos, sin necesidad de saltar del continente americano, encontraremos trabajos como los de Alfredo Cardona Peña, costarricense nacido en 1917, conocido en sus tierras como “El poeta de la ciencia ficción”, o bien, propuestas como las de Amado Nervo, poeta mexicano que consideró permisible mirar desde un nuevo ángulo las maravillas del espacio que le son reveladas para luego atesorarlas en unos cuantos poemas, como algunos de los publicados dentro de su libro En voz baja, en 1909:

Yo estaba en alma y carne

en el espacio, libre y poderoso

como un ángel.

En mi torno bogaban las estrellas,

las estrellas gigantes,

como una imponderable flota de oro

incendiada, en un mar imponderable.

Recuerdo de dos soles,

verde el uno y el otro blanco; errantes

el uno eternamente en pos del otro,

buscándose los dos sin encontrarse.

Amado Nervo, “Yo estaba en el espacio” (fragmento).

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Sin embargo, la obra de esta índole dentro del bagaje artístico de Nervo no es la que mejor se conoce, al contrario: sus cuentos y sus poemas relacionados con la ciencia ficción y lo fantástico son los más olvidados y hace poco que han sido devueltos a la luz por estudiosos del género.

Y ya que hemos hecho una escala en México, ¿por qué no aproximarnos más en tiempo y espacio y nombrar a José Luis Zárate y Alberto Chimal, quienes en 1994 escribieron algunos “Haikus Cyberpunk” (scifaikus) en la revista Umbrales 10?:

 

Crea mundos (otros)

un dios nunca tangible

Divino software

***

Ciberespacio:

En las casas virtuales

la voz del hielo

Haikús de Zárate y Chimal, extraídos de Biografías del futuro: la ciencia ficción mexicana y sus autores, Gabriel Trujillo, UABC (México), 2000.

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Veremos que propuestas, las hay. Sólo es necesario buscar y alentar, tanto a escritores como a editoriales, a nutrir de fantasía y ciencia ficción este género lírico. Pero hallar más propuestas y dejarnos sorprender exige liberarnos primero de conceptos tan enraizados sobre lo que es y debe ser la poesía, la fantasía, la ciencia ficción, el horror y un largo etcétera. ¡Es que es sorprendente cómo cada vez brotan más términos para categorizar la literatura de fantasía! La elocuencia de quienes han buscado definir lo fantástico deviene en incógnitas lectoras sobre si aquello pertenece a “fantasía de la ciencia”, “ciencia-fantástica”, “estética magicorrealista”, “lo real maravilloso”, “realismo mágico”, etc. y es irónico que, a mayor número de subgéneros, los criterios se vuelven más rígidos y la mixtura de varias temáticas en un mismo trabajo pareciera ser un crimen o algo que amerita descalificación por parte del público.

Lo cierto es que pretender que una obra quepa en un restrictivo término es absurdo, puesto que la vastedad de la imaginación humana no puede amoldarse al capricho de unos pocos. Después de todo, sería mejor preguntarse: ¿Podría prescindirse de las etiquetas en la literatura? ¿Para quién son útiles realmente? Fuera de confundirnos tanto, ¿nos enriquecen o nos limitan?, y (quizá la pregunta más importante en este artículo) ¿por qué las propuestas de esta índole resultan tan escasas, sobre todo en la lengua española?

“Siempre he intentado escribir mi propia historia. Pónganle la etiqueta que quieran, llámenla ciencia ficción o fantástica o de misterio o western. Pero, en esencia, todas las historias buenas son las de una clase: la historia escrita por un individuo desde su verdad individual, dice Ray Bradbury, a quien no gratuitamente llamaron “el poeta de los fanzines” y quien, por cierto, fue más aclamado por su narrativa y por su prosa desbordante de poesía que por su poesía misma.

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Concluyendo de una vez, no hay por qué extrañarnos ante estas y otras propuestas de poesía fantástica, como tampoco hay que limitarnos a ver como algo al margen de la fantasía aquello que no está clasificado bajo este término. Es hermoso dejarse sorprender por nuevas visiones y descubrir en los libros cosas que antes habían pasado desapercibidas.

Es menester ampliar perspectivas y, así como es factible hallar fantasía en la poesía, es común y posible encontrar poesía en la fantasía, en toda la extensión de la palabra y sin importar las formas literarias en que se vierta (llámense cuento, teatro, novela, prosa, etc). ¡Los invito, pues, a ponerse La escafandra, a ver un poco lo que yo en los siguientes encuentros y a compartir cada fantástico descubrimiento en sus próximas lecturas poéticas!

"La escafandra feliz", por Andrés Nieves.

«La escafandra feliz», por Andrés Nieves.

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jimenajuradoJimena Jurado Garcia La Sienra (1991)

No nació para la ciencia, pero en su mundo hay ficción y eso es suficiente para hallar vida (y poesía). Su más reciente colaboración está dentro del dossier #150 de MiNatura (especial de poesía fantástica). Obtuvo el 1er lugar en el Certamen de poesía “El espasmo de los cuerpos”, en homenaje al poeta David Huerta, y su poema “Morte” aparece en el “FanTzine” de Faro Tláhuac. Ha colaborado en revistas como Hýbris Magazine, Infame y otros medios digitales.

La puedes encontrar en su claraboya virtual: The PoemTube donde recita y reseña.