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VIVIR PARA MATAR Y REPRODUCIRSE

Bernardo Monroy

Si tú sientes que te pica el estomaguito, en una de esas, tienes al alien…

No sé ustedes, pero yo, cada que veo una película de la saga “Alien” creada por Ridley Scott, lo primero que hago es beberme medio litro de laxante. Sí, sé que pasaré toda la tarde en el baño y padezca embarazosas flatulencias, pero tendré la certeza que el monstruo cabezón se fue por el desagüe. Ignoro si mis problemas psicosomáticos relacionados con la ciencia ficción serán incluidos en una nueva versión del DSM IV, lo que sí sé es que la literatura de este género tiene varios personajes depredadores además del alien, que únicamente vive para matar y reproducirse… y andarle jodiendo la marrana a Sigourney Weaver.

La reciente exhibición de “Prometheus” en todos los cines del país, es una excelente oportunidad para darle un merecido lugar a todos esos animalitos de galaxias lejanas que les encanta descuartizarnos. No podemos dejar de mencionar al Wampa, parte de la fauna del planeta Hooth en la saga “Star Wars”, o bien, a los Brood en el universo de Marvel Cómics, unas especies de avispas gigantes cuyo comportamiento es muy semejante al del ya antes citado alien. Otra raza depredadora son los Insectores, antagonistas de las novelas “El Juego de Ender” de Orson Scott Card.

Un depredador extraterrestre que se menciona vagamente en un cuento de Isaac Asimov es el Cachorro de las tormentas, que aparece en el cuento “Primera Ley” recopilado en los dos tomos de cuentos completos. Teniendo Titan como su hábitat natural, Asimov nos describe de esta forma al depredador:

Había un pequeño objeto oscuro directamente frente a mí. Apenas podía verlo, pero sabía lo que era. Era un cachorro de las tormentas, la única cosa viva capaz de resistir una tormenta titaniana, y la cosa viva más maligna con la que puedas encontrarte en ningún lado. Sabía que mi traje espacial no iba a protegerme una vez viniera a por mí, y con aquella mala luz tenía que esperar a asegurarme un blanco perfecto o no atreverme a disparar. Un sólo fallo, y saltaría sobre mí.

Pero falta hablar de los depredadores que inspiraron a Ridley Scott… incluso demasiado parecidos al famoso alien.

Discordia en escarlata y destructores negros

En 1950 se publicó el libro “El Viaje del Beagle Espacial” de A.E. Van Vogt, que más que una novela, era una serie de relatos interconectados. Trata sobre un grupo de científicos a bordo de una nave espacial que viaja por todo el universo buscando diferentes formas de vida. Sí, al igual que el barco del mismo nombre en el que viajaba Charles Darwin. El tema central nos recuerda a “Star Trek”… pero también al “Alien” de Ridley Scott, ya que entre las criaturas que los personajes encuentran, hay unas muy parecidas al monstruo diseñado por H.R. Giger.

Dos de las criaturas con las que se topan los personajes se llaman Ixtl, protagonista del cuento “Discordia en Escarlata” y Coeurl, que aparece en “El Destructor Negro”. El primero tiene la costumbre de incubar sus huevecillos en el interior de seres humanos. El segundo, es un descomunal felino que vive únicamente para matar y reproducirse.

Coeurl es descrito como un gigantesco gato al que le salen tentáculos de sus hombros. En la narración que protagoniza acaba rápidamente con tripulantes del Beagle espacial, y desde las primeras líneas Van Vogt nos describe su naturaleza:

Coeurl merodeaba sin pausa. La noche oscura, sin luna, casi sin estrellas, se resistía ante el alba rojiza y lúgubre que se arrastraba por la izquierda. Era una luz vaga que no daba ninguna sensación de calor. Poco a poco, esa luz fue mostrando un paisaje de pesadilla.

Ixtl es una masa de alambres roja, y sus poderes son superiores a los del monstruo de Scott, ya que puede manipular la estructura molecular de su cuerpo. Los huevos que incuba en el interior de los cuerpos, y cuando nacen se comen las entrañas del huésped, aunque las crías pueden permanecer sin romperse durante años, a diferencia del antagonista de Ellen Ripley, que crecen a una velocidad vertiginosa. Una marcada diferencia con “Alien” es que Van Vogt narra la historia no desde el punto de vista de los exploradores espaciales sino del monstruo, logrando que el lector sienta empatía por seres completamente diferentes a él.

Ante las similitudes del cuento con la cinta de Ridley Scott, A.E. Van Vogt demandó a la 20th Centruy Fox por plagio, aunque al final llegaron a un acuerdo sin necesidad de juicio, aplicando el viejo aforismo de “vale más un mal acuerdo que un buen pleito”.

 Posiblemente dicho acuerdo consistió en un viaje en una nave espacial con el nombre de “Nostromo” o “Prometheus”.

BERNARDO MONROY

Bernardo Monroy nació en 1982 en México D.F. y actualmente vive en León, Guanajuato. Es periodista y ha publicado el libro de cuentos “El Gato con Converse” y la novela “La Liga Latinoamericana”, así como la novela electrónica “Slasher”, disponible gratuitamente en el portal “Zona Literatura”. Es aficionado a los videojuegos, los cómics y los géneros de terror, fantasía y ciencia ficción y escribe porque está frustrado, ya que nunca pudo ingresar a la Escuela de Jóvenes Dotados del Profesor Xavier.