DRAINED
LA ADICCIÓN MÁS NECESARIA
Lord Crawen
A Tisha, quien, sin ser mi adicción,
nos tenemos desde hace 15 años.
Llevamos cuatro meses esperando, como todos los amantes del horror y lo fantástico, alguna película que pueda reinventar el género, revolucione nuestras ideas y nos haga viajar a esos planos existenciales más allá de nuestras pesadillas.
Tras un arranque de impresionismo gótico americano-alemán con el remake de Nosferatu, aguardamos a los seres míticos (presentados por la Universal en los 30) que este año saldrán de la oscuridad a la pantalla cinematográfica. En esta espera, rebuscamos entre portales, aplicaciones y otros medios algo que nos dé un vuelco a las historias ya contadas.
Tratándose del tema vampírico, que se han recuperado del brillo intenso del sol y hasta de reseñas extrañas sobre el famoso mostacho, aparece Drained.
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Esta cinta, proveniente de Reino Unido y dirigida por Peter Stylianou (quien ha trabajado en un par de filmes que no he tenido tiempo para darles una revisión), nos presenta una historia de vampiros nada típica.
¿Cuántas figuras de vampiros no tenemos a la fecha? En su gran mayoría, personajes que la han manipulado a placer y revocan el género de la masculinidad (el vampiro es inclusivo, sólo dejemos fuera a Edward Cullen), presentándolo como una necesidad del hombre por buscar respuesta a la muerte y cómo evitarla. También, esta figura nos presenta en ocasiones lo aterrador que puede ser la criatura humana si se le deja vivir tanto tiempo y, en ciertos casos, el aterrador momento en que ciertos vampiros se transforman en murciélagos gigantes que acabarán con toda la humanidad.
Drained propone, más allá de un estereotipo de la figura vampírica y sexo de la protagonista, un tema muy actual y que está carcomiendo nuestras entrañas: necesidad y dependencia.
Thomas, el ser humano en cuestión, es un joven mayor de 30 años que vive con sus padres, dibujando todo el tiempo. Tiene una capacidad artística incuestionable, pero no la explota y su madre, quien ha encontrado una segunda oportunidad de tener pareja, toma la firme decisión de enviarlo al campo laboral y a la solitaria vida adulta, donde el mundo va a devorarlo por no tener un buen oficio y sin tener un solo beneficio. ¿Acaso no les suena real?
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Nuestra juventud-adultez actual, a ratos artística, otras en redes sociales, busca sueños infundados (sin apoyo de los padres en muchas ocasiones), resistiéndose a esta enorme maquinaria capital que no permite la adquisición de sueños, fabricando pesadillas constantes y esa codependencia donde una habitación es un refugio y los padres, el enemigo. La búsqueda de un amigo o pareja que pueda “sostener” o “mantener” este sueño es indispensable, sacrificando nuestra propia paz y estabilidad mental.
Para Thomas, el sacrifico de su inestable vida y el inicio de un trámite codependiente se llama Rhea, una “joven” que le atrae en un bar. Pero su belleza no está al alcance de un pobre diablo como él. Aunque, si se sacrifican otras cosas físicamente, puede haber un intercambio bastante intenso. Para Thomas se llama amor: presentar a Rhea como la mujer más hermosa ante sus pocos amigos y sus padres —aunque no consiga empleo y no tenga un hogar fijo— ha sido el logro más grande en su carrera. Para Rhea, es alimento seguro.
Thomas hace hasta lo imposible para que Rhea no se vaya. Ella le reitera que tiene pareja y que debe cuidarla, le indica que él es tan sólo un recipiente de intercambio sanguinolento; mas Thomas ofrece completamente sus servicios a Rhea y su pobre hogar (del cual están a punto de desalojarlo) para que esté con él.
El precio que pagar Thomas es actualmente muy parecido a las decenas o miles de personas que buscan una relación amorosa que los rescate de un desfalco o mala decisión, al ser lo único que les queda en la vida por hacer y para, en algún momento, no desaparecer de este mundo solos. Vivir de las apariencias en redes sociales o amigos, presumir que tenemos algo o alguien en nuestra vida mucho más hermoso que nosotros, sacrificando todo en un solo objetivo cuando el mundo planeta millones de respuestas.
Mientras la película continúa y Thomas sigue dejando que Rhea drene su existencia a ratos, se percata de su supuesta pareja: un joven de 35 años, convaleciente, que ya no tendrá nada a futuro. Thomas ve que la consecuencia de tener a Rhea en su vida es morir en un futuro no muy lejano; aun así, decide continuar esta relación amorosa basada en intercambios. Pero, como todo en esta vida amorosa humana, Rhea no tiene sólo un receptáculo de alimento, tiene más parejas que Thomas descubre una noche al volver a casa.
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Traicionado, tiene dos opciones: olvidar a Rhea o vengarse.
La naturalidad humana al entrar en desesperación, el nublado juicio humano, las carencias y la necesidad de tener esa belleza física a nuestro lado permean en lo más aterrador de su anti-humanidad. Thomas confronta a su monstruo y le arrebatará lo que ha sido una maldición para Rhea.
Al final, Thomas se transforma en un monstruo inmortal, presumiendo su ahora belleza, olvidando a Rhea, drenando jóvenes mujeres en los bares, construyendo, de la nada misma, un vacío mundo.
En Drained, la figura del vampiro se basa en la dependencia total y absoluta de una especie que actualmente se empeña en mostrar una ilusión en las redes sociales, vendiendo su esencia, olvidando que tenemos alma y espíritu.
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Jezreel Fuentes Franco (Lord Crawen) nació el 29 de junio de 1986 en la Ciudad de México.
Estudió Ingeniería en Comunicaciones y Electrónica en el Instituto Politécnico Nacional.
Participante de Concursos Interpolitécnicos de Lectura en Voz Alta, Declamación, Cuento y Poesía.
Ha realizado ponencias en eventos de «Literatura del horror” en el auditorio del centro cultural Jaime Torres Bodet.
Actualmente publica en El nahual errante y Sombra del aire, ambas revistas de corte virtual.
Autor de Poltercast (2024).
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