Seleccionar página

BUSCANDO EL FOLK HORROR

EN “LA LOTERÍA” DE SHIRLEY JACKSON

 

Uggla Horrorwitz

 

 

El término Folk Horror se refiere a un subgénero dentro del cine terror. Este concepto ha tomado mucha fuerza en los últimos años y se han publicado libros y realizado documentales alrededor del tema.

La primera referencia  fue publicada en 1936 en el periódico English Journal y fue acuñada por Oscar James Campbell en su artículo “The Biographical Approach to Literature”, en el que hablaba de la influencia del folk horror en la literatura gótica[1].

Otra de sus primeras menciones fue en abril de 1970, cuando apareció un artículo titulado “Folk Horror Study from Hemdale and Chilton”, firmado por Rod Cooper en el periodico especializado en cine Kinematograph Weekly, haciendo referencia a la película La piel de Satanás de Piers Haggar[2].

En 2004, Piers Haggard, director de La piel de Satanás (The Blood on Satan’s Claw, 1971), vuelve a mencionarlo en una entrevista para la revista Fangoria[3].

En ella, Haggard explicaba que su película era diferente al terror convencional: ambientaciones góticas de grandes mansiones y castillos (refiriéndose de manera puntual a los escenarios usados de manera habitual por compañías filmográficas como la Hammer Films), y cuenta que eligió intencionalmente el bosque como escenario, así como las supersticiones de sus habitantes. «Quise hacer una película folk-horror, no una camp».

El género se popularizaría seis años más tarde, cuando el escritor y actor Mark Gatiss lo usara de nuevo en el episodio 2 de su serie documental de la BBC A History of Horror en el año 2010, mencionando a la película de Haggard como parte de lo que él califica como la trinidad del Folk Horror[4].

Dicha trinidad está formada por: Witchfinder General (Michael Reeves, 1968), The Blood on Satan’s Claw (Piers Haggard, 1971) y The Wicker Man (Robert Hardy, 1973). Estas tres películas comparten elementos en común: paisajes rurales, comunidades apartadas, personas con creencias diferentes  que practican ritos y hacen ofrendas a deidades ancestrales paganas[5].

En la actualidad existen varios ensayos y artículos que analizan los elementos en común de estas tres películas (y de muchas otras), intentando determinar las características que deben tener las obras para caer dentro de esta categoría.

Dentro de los estudios publicados en torno al Folk Horror destaca la tesis de Adam Scovell, que establece cuatro elementos para determinar si una obra es o no es Folk Horror. Los elementos considerados por Scovell son:

El paisaje, las historias se desarrollan en entornos rurales, repletos de imágenes bucólicas: montañas, valles, bosques, en los que existe un contacto cercano con la naturaleza. El aislamiento, las historias se desarrollan en comunidades aisladas; este aislamiento puede ser geográfico o no, pues su ubicación puede ser cercana a la ciudad, pero estar apartadas de la “civilización”. Las creencias morales sesgadas, los habitantes de estas comunidades pueden pertenecer a tribus o sectas y poseen un código moral “diferente” donde la frontera entre lo bueno y lo malo se difumina. El suceso o la invocación, este punto alude a un ritual que ofrece o rinde tributo a una deidad ancestral y hace referencia a creencias paganas “salvajes” no sincretizadas, que generan un choque cultural con la vida moderna [6].

Debemos tener claro que el Folk Horror es un concepto acuñado dentro del cine. Sin embargo, podemos buscar sus características en obras literarias, ya sean cuentos o novelas. Y veremos que muchos escritores de terror han explorado el tópico en varios de sus relatos, incluso desde antes de que el concepto se materializara.

En algunos artículos en internet —en inglés, principalmente— podemos encontrar listas de relatos cuya trama o elementos pueden caer dentro del Folk horror. Uno de los relatos que  aparece de forma recurrente es “La lotería” de Shirley Jackson. Sin embargo, vale la pena preguntarnos si realmente es un relato de folk horror.

“La lotería” se desarrolla en un viejo pueblo en el que cada año todas las familias se reúnen en la plaza principal para llevar a cabo un ritual: una especie de tómbola en la que cada familia del pueblo mediante un representante saca un papel que decidirá su suerte. La familia elegida será apedreada por toda la comunidad, en un acto salvaje y atroz.

El relato comienza hablándonos de las características del pueblo, su número de habitantes y su tamaño. En lo que respecta al paisaje, podríamos asumir que se trata de un entorno rural, pero carece de los paisajes bucólicos que suelen enmarcar estas obras y no se habla de un contacto directo con la naturaleza.

La mañana del 27 de junio amaneció clara y soleada con el calor lozano de un día de pleno estío; las plantas mostraban profusión de flores y la hierba tenía un verdor intenso. La gente del pueblo empezó a congregarse en la plaza, entre la oficina de correos y el banco, alrededor de las diez; en algunos pueblos había tanta gente que la lotería duraba dos días y tenía que iniciarse el día 26, pero en aquel pueblecito, donde apenas había trescientas personas, todo el asunto ocupaba apenas un par de horas, de modo que podía iniciarse a las diez de la mañana y dar tiempo todavía a que los vecinos volvieran a sus casas a comer.

Un dato curioso es que el ritual de “la lotería” se practica en otros pueblos, por lo tanto en cuanto al aislamiento podríamos decir que se trata de un pueblo pequeño en crecimiento, que comparte “tradiciones” con otros pueblos y que a pesar de su crecimiento ha preservado sus costumbres.

Según había argumentado el señor Summers, las fichas de madera fueron muy útiles cuando el pueblo era pequeño, pero ahora que la población había superado los tres centenares de vecinos y parecía en trance de seguir creciendo, era necesario utilizar algo que cupiera mejor en la caja negra. La noche antes de la lotería, el señor Summers y el señor Graves preparaban las hojas de papel y las introducían en la caja, que trasladaban entonces a la caja fuerte de la compañía de carbones del señor Summers para guardarla hasta el momento de llevarla a la plaza, la mañana siguiente. El resto del año, la caja se guardaba a veces en un sitio, a veces en otro; un año había permanecido en el granero del señor Graves y otro año había estado en un rincón de la oficina de correos y, a veces, se guardaba en un estante de la tienda de los Martin y se dejaba allí el resto del año.

Sobre las creencias morales sesgadas, la lapidación fue una forma de ejecución muy recurrente en libros como la Biblia; era un acto que, a pesar de lo salvaje, seguía vigente hasta hace unos años en algunos países. El hecho de apedrear a una de las familias como una “tradición” denota que no hay un criterio moral de la población para discernir entre lo bueno  y lo malo.

Aunque los vecinos habían olvidado el ritual y habían perdido la caja negra original, aún mantenían la tradición de utilizar piedras. El montón de piedras que los chicos habían reunido antes estaba preparado y en el suelo; entre las hojas de papel que habían extraído de la caja, había más piedras. La señora Delacroix escogió una piedra tan grande que tuvo que levantarla con ambas manos y se volvió hacia la señora Dunbar.

Shirley Jackson

De la mano de las creencias morales va el tema del rito o la invocación. En el caso de este cuento el objetivo final es lapidar a la familia elegida y toda la historia gira en torno a dicho ritual, que para alguien de pensamiento occidental resulta un acto de total salvajismo. Aunque podría parecer que el ritual es una mera invención, posiblemente la autora se basó en un rito que sí existió. Lisa Morton, en su libro Trick or Treat: A History of Halloween, habla de un curioso rito celta[7]:

 Los celtas realizaban sacrificios humanos, pero a menudo elegían a las víctimas dentro de sus propias tribus mediante un sorteo en forma de trozos de pastel: quien recibía el trozo con el fondo ennegrecido era ofrecido a los dioses para asegurar la fertilidad de los rebaños, una cosecha fructífera o la victoria en la batalla. (Traducción propia)

Este ritual es muy parecido al desarrollado en “La lotería”. Sin perder de vista que se trata de una obra de ficción, podríamos asumir que se trata de un sincretismo o de un rito parecido que ha  sobrevivido hasta nuestros días.

Si bien Adam Scovell considera que para ser Folk Horror  las obras deberían tener todos los elementos señalados, en el camino nos encontraremos con historias que los cubrirán totalmente y otras que se centrarán en la exploración y explotación de sólo algunos de ellos. Sin embargo, no por eso son menos interesantes o se les puede expulsar de esta categorización.

 

**

 

1.- https://www.eofftv.com/index.php?title=Category:Folk_horror

 

2.- https://www.eofftv.com/index.php?title=Category:Folk_horror

 

3.- http://mjsimpson-films.blogspot.com/2013/11/interview-piers-haggard.html

 

4.- https://www.horrifiedmagazine.co.uk/television/horror-documentaries-mark-gatiss/

 

5-6.- Adam Scovell (2017). Folk Horror: Hours Dreadful And Things Strange.

 

7.- Lisa Morton (2012). Trick o Treat: A history of Halloween.

 

**

 

Articulos recomendados para adentrarse en el Folk Horror:

 

http://www.penumbria.mx/el-cuento-de-horror-ii/

 

http://www.penumbria.mx/no-esta-muerto-lo-que-yace-eternamente/

 

https://www.espinof.com/otros/folk-horror-introduccion-al-terror-rural-paganismo-cine-hombre-mimbre-a-midsommar

 

***

 

AQUÍ pueden leer «La lotería».

 

***

Adaptación dirigida por Lary Yust:

 ****

Uggla Horrorwitz

Lector compulsivo de terror y fantasía.

A veces escribe sobre las pesadillas que aún no ha tenido,

pero que tanto le gustaría que lo aterraran.

https://traeum-suess.blogspot.mx/

¡LLÉVATELO!

Sólo no lucres con él y no olvides citar al autor y a la revista.