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ENERO

2023

 

Alma Mancilla

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Empezamos el año con tres novelas que hablan sobre brujas, hogueras, madres muertas (que, sin embargo, aún están presentes), casas embrujadas y espectros que empoderan, y una colección de cuentos donde el horror sobrenatural se imbrica con ese otro, real y tangible, del a veces cruel y terrible mundo en el que vivimos.

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Anna Thalberg / Eduardo Sangarcía

(Literatura Random House, 2021)

 

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Anna Thalberg, joven y bella campesina, ha sido apresada y llevada a una torre en Wurzburgo, donde será juzgada como bruja. A partir de allí, se nos ofrecen lo que parecen variaciones en torno a un hecho ya consumado: la muerte de Anna en la hoguera en un momento histórico indefinido pero previo a la gran quema de brujas claramente documentada en el principado-obispado del mismo nombre durante el primer tercio del siglo XVII. Uno de los grandes aciertos es renunciar tanto a proporcionar fechas precisas como a la trama convencional y al uso del suspenso como elemento movilizador de la historia para optar, en cambio, por un encadenamiento de voces que intentan entender, cada una desde su particular perspectiva, lo que está por suceder, lo que en cierta forma ya ocurrió, lo que no hay manera de evitar. En estas páginas habla el confesor de Anna, habla el marido enloquecido, hablan los acusadores de la bruja, habla, tal vez, el propio Satán, todo ello en pequeñas intervenciones que se desprenden de una poderosa consciencia omnisciente que es capaz de entrar y salir de los personajes de una manera muy natural, en un habilísimo uso de recursos que a ratos me hizo pensar en el flujo de consciencia o en el teatro sin, por tanto, ser realmente ninguno de los dos. Sangarcía explora los oscuros motivos de obispos, inquisidores y acusadores; la fe, acaso ingenua, acaso tendenciosa, de los que creen en el mal en la tierra y en la necesidad de eliminarlo a toda costa, y en la tortura como único recurso en la obtención de la confesión, todo ello sin olvidar las pugnas entre obispos e inquisidores al interior del Sacro Imperio Romano de la época, el folclor y supersticiones de campesinos y príncipes por igual y, desde luego, la locura y el miedo que, en última instancia, culminaron en tantas y tantas muertes. En relativamente pocas páginas este libro nos ofrece un contexto histórico preciso sin sucumbir al dictado de eso que algunos llaman “rigor histórico,” ese espanto que a veces no hace sino anquilosar todo lo demás. Acá, por el contrario, el autor deja fluir de manera más que exitosa el poder de la imaginación y consigue con ello una novela de trasfondo histórico, sí, pero poética, profunda, que en su brevedad construye un universo abigarrado y complejo que avanza siempre y lo hace con total desparpajo, con completa libertad. Maravilloso, tan crudo como poético y tan lleno de dolor como de belleza.

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La casa de nuestra madre / Julian Gloag

(Perla Ediciones, 2021)

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Los siete hijos de Violet E. Hook se han quedado huérfanos y a su suerte en la casa familiar. Temerosos de ir a parar a un orfanato deciden de común acuerdo ocultar la muerte de su madre y enterrarla en el jardín, cerca de un cobertizo que a partir de entonces es llamado el tabernáculo, espacio donde los niños se reunirán a partir de ahora a rezarle a su madre muerta y a solicitar su permiso y su opinión. Claro está, para un puñado de niños sobrevivir por sí mismos no es fácil incluso contando con el cheque que la madre sigue recibiendo puntualmente cada mes. Al dolor de la pérdida de la figura materna van agregándose poco a poco los incordios de la vida cotidiana, de la mala salud, de la religiosidad exacerbada, de la aparición del padre ausente, de la convivencia en un entorno cada vez más enrarecido en medio de la tirantez de los lazos familiares y de ese afecto que, aunque firme, parece entrar también poco a poco en franco proceso de descomposición. Narrada en tercera persona y desde la perspectiva de Hubert, uno de los hijos, la novela consigue retratar a la perfección el miedo y la indefensión de quienes se han quedado solos en el mundo, a la vez que presenta con justeza y compasión el esplendor imaginativo y el candor de los años infantiles, todo ello en una atmósfera oscura, claustrofóbica pero no por ello carente de vitalidad. Los personajes de los niños son magníficos, creíbles, entrañables; algunas de las imágenes que encontramos en estas páginas son de una rara belleza, como pequeñas joyas que el autor nos va otorgando a discreción. Si bien no se trata de terror propiamente dicho, la figura de la madre muerta cobra tintes realmente ominosos: aunque más acusada en la primera mitad del libro, su presencia permea gran parte de la novela y es similar a la de un espectro o a la de una terrible aparición; la veneración que los niños le profesan es, a ratos, no solamente malsana sino alucinante, casi rozando lo aterrador. Primera y más conocida novela de un autor a quien yo no había leído pero que con este texto se ha ganado ya mi admiración; un libro plagado de emotividad, de imágenes perturbadoras y vívidas, de personajes conmovedores y de un discreto pero eficaz horror.

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Carcoma / Leyla Martínez

(Amor de Madre, 2021)

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En esta casa viven dos mujeres: la nieta y la abuela, mujeres amargas y dolidas en cuya convivencia prima no el amor sino un aciago rencor. Y, como el título de la novela lo sugiere, este rencor resulta expansivo, ubicuo y, en última instancia, devorador. Con la nieta y la abuela habita igualmente una panoplia de aparecidos, santos, espectros, sombras de un pasado histórico y personal que termina, éste también, por corroer el presente y por negarse a partir. En Carcoma la casa está, literalmente, infestada de fantasmas y, como toda casa embrujada que se respete, oculta en sus entrañas un espeluznante secreto familiar. Pero no se dejen engañar: no se trata aquí de una novela convencional sobre casas embrujadas. En este breve texto narrado a dos voces los fantasmas coexisten con sus protagonistas, quienes han aprendido a convivir con ellos y a convertirlos en inusual arma de venganza y de emancipación. Me gustaron mucho el uso del lenguaje coloquial, la alternancia de voces, la libertad narrativa con que la autora nos va contando la historia. Si hay furia en las voces femeninas que nos hablan desde sus páginas es porque, en efecto, sus personajes han conocido la pérdida y la han conocido en carne propia, y en esa confrontación han debido hallar formas de lidiar con ella, con sus vidas, con lo que el pasado les robó. Porque, como la autora parece querer decirnos, la desigualdad social, el pasado histórico que se esconde en fosas en el monte, la violencia patriarcal, son todos temas que cuando permanecen ocultos se convierten en nieblas oscuras, en espantos que retornan, en formas permanentes y recursivas del miedo y la opresión. Una novela breve y tan bien escrita como oscura y entrañable.

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Ella dijo Destruye / Nadia Bulkin

(La biblioteca de Carfax, 2020)

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Un general dispuesto a cualquier cosa para permanecer en el poder, una hija muerta anclada a la casa donde una vez vivió, una chica sobreviviente enfrentada a un monstruo, un cuarto de hotel en el que —se rumora— se aparece el fantasma de un notorio genocida, una niñera aterrorizada ante una terrible maldición generacional, un hombre anonadado ante el descubrimiento de que su padre es una abominación, un grupo de mujeres que intenta mantener a raya a un demonio familiar. En los mejores de entre estos trece cuentos el terror es, como la autora lo dice, francamente social y nos recuerda que acaso no haya peor mundo que el nuestro ni nada más cruel que lo que podemos llegar a ser y hacer los seres humanos, dadas las condiciones y el suficiente poder. Especial mención se merecen, en ese sentido, “Zona de convergencia intertropical” y “Vida eterna”. Ello no impide que Bulkin explore otros territorios: el folk horror en “Sólo la unión salva a los condenados” y “Cabra roja, cabra negra”; lo weird en “Pugelhueso”; lo lovecraftiano en “Violeta es el color de tu energía” y “La Verdad es el Orden y el Orden es la Verdad”; “Sin dioses ni amos” es una versión actualizada de El bebé de Rosemary; “Cero absoluto” (mi preferido de toda la colección) es simplemente una obra maestra. Los escenarios de Bulkin son espacios donde prima el conflicto, la fractura social, la desesperanza de los desposeídos y, sin embargo, hay en ellos espacio para la transgresión: lo vemos en la protagonista que confronta al monstruo, en el fantasma que pretende ser quien no es, en la madre que exige que le devuelvan a la hija que le quitaron, en la princesa hechicera que desafía a sus oponentes. Entre los seres que recorren estas historias se cuentan ghouls, fantasmas, aparecidos, hechiceras, hombres ciervo, demonios y deidades tutelares. También veremos dictadores, oficiales de gobierno, y, en contraparte, niños que sufren, madres angustiadas pero poderosas y gente desesperada que sólo intenta sobrevivir. La autora recurre a todos los tópicos del horror pero sabe encontrar siempre distintas formas de reelaborarlos, amalgamando la viñeta terrorífica con el espanto real, moviéndose con igual habilidad en la voz omnisciente que en la intimista, en lo onírico que en el más crudo realismo: si bien aquí encontramos monstruos fantásticos algunas de las imágenes que Bulkin nos ofrece son sobrecogedoras a la manera en que podría serlo un documental de genocidios o a veces, por desgracia, el noticiero de las diez. Un libro excelente que va de los monstruos humanos a los no humanos y que habita, con una soltura envidiable, lo mismo el violento territorio del mundo en que vivimos que el de la más poderosa imaginación.

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Alma Mancila

Escritora y lectora voraz. Antropóloga en otra vida. Autora de los libros de cuentos Casa encantada (Instituto Mexiquense de Cultura, 2011), Las babas del caracol y otros relatos(Instituto Mexiquense de Cultura, 2014 / Lugar Común Editorial, 2019), El criado y otras historias de aflicción (Bitácora de vuelos ediciones, 2020) y de las novelasHogueras(Editorial Terracota, 2013), Archipiélagos (UAEM, 2015), De las sombras(INBA/Lectorum, 2018), El predicador (FOEM, 2019) y Fulgor (Malpaso/Salto de página, 2022). Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte.

Facebook: https://www.facebook.com/alma.mancilla.9

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