FROGMAN
sorpresivo found footage lovecraftiano
Israel Yerena
Hay una hipnótica belleza en las monster movies, pues su combinación de efectos prácticos y criaturas tanto monstruosas como misteriosas crean en nosotros una loca fascinación. Asimismo, a pesar de ser cada vez más explotados, ciertos found footage aún conciben atmósferas aterradoras que nos meten de lleno en su historia. Cuando mezclas ambas, obtienes maravillas como lo es Frogman.
Un grupo de amigos viaja al pueblo de Loveland para comprobar de una vez por todas la existencia del hombre rana. Motivados por una creencia ciega en la criatura, descubrirán que el origen de aquel mito se edifica en creencias mucho más antiguas y peligrosas de lo que pensaban.
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Anthony Cousins y John Karsko nos entregan una de las mejores monster movies a manera de found footage de los últimos años. A través de una historia tan sencilla que desde su sinopsis pareciera ridícula, se nos muestra el terrible destino de un grupo de jóvenes cuya historia nos remonta tanto visual como narrativamente al cine de terror ochentero.
Frogman tiene todo lo necesario para convertirse en un pequeño clásico, pues sus limitados recursos y su disparatada idea la obligan a dar todo de sí. Tan así, que llega un punto en que, cual renacuajo, se metamorfosea en algo que se toma 100% en serio a sí mismo y, por ende, evoluciona en un bello pero viscoso ser.
De esta manera, los amantes de las monster movies quedarán satisfechos con lo que aquí verán, pues tanto la edición de la cinta como los efectos especiales de la misma evocan totalmente a la época dorada del cine de terror. Asimismo, su trama y villanos hasta llegan a ser dignos de un relato lovecraftiano que, por no dar spoilers tan claros, remontan a ciertas obras del director Stuart Gordon.
En cuanto a los fans del metraje encontrado, esta cinta nos recuerda que mientras más sencilla y barata sea una obra de este tipo, más creíble se vuelve. Claro, el mismo título de la película ya augura algo exagerado y fantasioso, pero la técnica del found footage la dota de una curiosa seriedad que consigue lo imposible: hacer que el espectador se crea la historia.
En resumen, Frogman es de esos filmes de bajo presupuesto cuyo esfuerzo por crear un producto digno de terror se agradece y reconoce e, increíblemente, lo logra.
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Carlos Israel Yerena Cruz
Amante de los temas tabúes, lo retorcido y lo bizarro, desde muy temprana edad -cuando apenas era un pequeño Ghoul– encontró en el género de terror un refugió en el cual depositar y liberar todos aquellos deseos perversos que crecen hasta en la mente más pura. Sin importar la vertiente, ya sea literaria o cinematográfica, el horror es un género que lo ha sumergido en un mundo que le ha enseñado que, a veces, la belleza más extrema se encuentra en las obras más grotescas.
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